Se sabe que dormir bien es sinónimo de buen rendimiento durante el día, pero especialmente cuando se trata de niños un descanso adecuado es fundamental para un buen aprendizaje.
Un interesante estudio realizado en Canadá y publicado por la revista americana Sleep relaciona los patrones de sueño y las horas que duermen los niños de hasta 6 años con su capacidad de aprendizaje, comportamientos hiperactivos y desarrollo del lenguaje.
Los investigadores han demostrado que perder apenas una hora de sueño diaria en los primeros 4 años de vida puede acarrear un peor rendimiento escolar del niño al iniciar el colegio a los 6 años, mientras que dormir poco tiempo durante esos años triplica el riesgo de tener un desarrollo del lenguaje más lento.
Recomiendan que los niños duerman unas 10 horas cada noche al menos durante los primeros tres años y medio.
Un tiempo de sueño corto durante los tres primeros años y a pesar de que se normalice a partir de los 4, hace que existan mayores posibilidades de que el niño disminuye su nivel de rendimiento escolar.
El estudio viene a confirmar que el buen dormir, tanto en calidad como en tiempo, durante los primeros años de vida es imprescindibles para un óptimo desarrollo posterior del niño.
O dicho de otro modo que el tiempo que no duermen durante los primeros años no se recupera y trae consecuencias de aprendizaje en el futuro.
Creo que no se necesitan más evidencias para que ayudemos a nuestros hijos a dormir bien desde el primer día de vida.
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