Es casi imposible describir lo que siente un padre o una madre al ver sonreír a un hijo.
Un estudio realizado por el Colegio Baylor de Medicina en Houston (Estados Unidos) viene a darle una explicación científica a la emoción que experimentamos las madres cuando vemos la sonrisa de nuestro bebé.
Según los investigadores, la sonrisa de su bebé activa el centro de recompensa cerebral de la madre como lo haría una droga adictiva. Es curioso, porque de acuerdo a esa comparación, la sonrisa de un hijo podría considerarse una necesidad.
Analizaron la respuesta cerebral de 28 madres primerizas de niños de entre 5 y 10 meses al observar fotos de sus bebés y de otros bebés en tres actitudes: sonriendo, tristes y con expresión neutral.
Midieron el flujo sanguíneo del cerebro de las madres y notaron que cuando las madres veían las caras de sus propios bebés se activaban las áreas centrales del cerebro asociadas con la recompensa.
La fuerza de la reacción dependía de la expresión facial del bebé. Las áreas estimuladas se activaron con mayor intensidad al ver las caras de sus propios hijos sonriendo y con menor intensidad al ver las caras tristes o neutrales.
Aquí viene la relación con las drogas aditivas. Los científicos indican que esas zonas del cerebro están asociadas con el neurotransmisor dopamina y son las mismas que han sido activadas con otros experimentos vinculados a la adicción a las drogas.
Especificaron que se trata del área tegmental ventral y las regiones de la sustancia negra, el estriado, y las regiones del lóbulo frontal, que participan en el procesamiento de la emoción, la cognición y las salidas de información motora y conductual.
Podríamos decir que ver la cara sonriente de un hijo podría compararse a las drogas por el subidón que ambas producen. No me extraña que la sonrisa de nuestros propios hijos active la parte del cerebro asociada a la recompensa, porque verles felices es precisamente una de las mayores gratificaciones que tienen los padres en su vida.
Vía | Público En Bebés y más | La sonrisa del bebé