Este es uno de los casos que más revuelo originó en el programa. La madre dormía a menudo con su hija de 18 meses y mantenían una relación de necesidad mutua de lo más habitual.
Parece ser que ni una cosa ni la otra fueron consideradas como “buenas” por las expertas del programa y quisieron modificar estas conductas.
Hace tiempo que el colecho está aceptado como una posibilidad a la hora de dormir con los bebés y los niños. De hecho la AEPAP (Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria) comenta lo siguiente al respecto: “Probablemente a muchas mujeres le sea más cómodo dormir con el niño en la misma cama [...] Los niños que comparten la cama suelen estar más tranquilos y dormir mejor”.
Según la AEPED "no existe ninguna prueba que indique que es mejor que el bebé esté en habitación independiente. Es más una cuestión de cultura y una opción personal de cada familia". Por lo tanto no hay ninguna contraindicación física (ni psicológica) para que la niña del vídeo duerma con su madre. Es cierto que hay que tener en cuenta algunas consideraciones a la hora de colechar para evitar riesgos, pero decir “con lo grande que es” (que lo dice una mujer adulta que seguramente no duerme sola) o “esa madre debe estar incomodísima” es un simple juicio personal que no debe llevar a realizar ninguna acción terapéutica.
Voz en off del vídeo: “durante los últimos días un sonido invade cada rincón de la casa. Es el llanto angustiado de la hija de Victoria llamando a su madre”.
No me extraña que llore. La niña aparece sola deambulando por la casa. Esta niña tiene un año y medio. Debe conocer su casa al milímetro y sin embargo se encuentra en una casa ajena, sola con su madre (¿es que no tiene padre?) y con un montón de gente desconocida que parece ser que intentan separarla poco a poco de su madre. Creo que yo también llamaría a mi madre desconsoladamente.
En la siguiente secuencia la mamá, con muy buen criterio, dice: “No sé qué le está pasando esta semana, está muy extraña…”, cosa que interpreto como un “normalmente no está tan llorosa ni tan pegada a mí, pero esta semana sí”. La profesional, que parece no entenderlo de esta manera le responde que “esta angustia que está viviendo, si no la corregimos, la va a tener toda la vida, y tú lo sabes…”.
"Y tú lo sabes" es poner en la mamá pensamientos que no ha expresado y es hacerla partícipe de las teorías de la psicóloga. Yo creo que esta madre no sabe si esa angustia va a durar toda la vida o se va a pasar cuando salga de esa casa, por eso está en este programa, para aprender (entre otras cosas, supongo).
La angustia de separación es un fenómeno que se produce cuando la persona que se separa de la otra no está preparada para ese evento. Diversas teorías sobre la evolución natural de la especie humana establecen que el momento en que un niño empieza a necesitar separarse de su madre es hacia los 3-4 años y por tanto es ese el momento en que podría empezar a socializarse.
Los niños, como los adultos, necesitan seguridad antes de emprender una nueva acción. A los adultos se les deja escoger y no se les obliga a hacer cosas para las que no se sientan preparados. ¿Por qué a los niños si?
En el post Madres Adolescentes: desconectando a una madre de su hija (II) podéis leer el resto del comentario referente al vídeo.
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