La Universidad de Stanford publica un estudio realizado con las moscas del vinagre que revela que el sistema inmune desarrolla una lucha más intensa contra las bacterias invasoras durante la noche y que está ralentizado durante el día.
Los resultados señalan que en el periódo de sueño el cuerpo no está empeñado en actividades de mayor coste metabólico y entonces puede desarrollar con mayor ímpetu su sistema inmune. Asimismo estudiaron moscas cuyo ritmo circadiano había sido destruído y fueron considerablemente más débiles ante las infecciones.
Estas conclusiones podemos aplicarlas nuestra vida diaria. Y también al sueño de los niños. Sabemos que descansar por la noche es fundamental para ellos, ahora podemos inferir que también es importante para su sistema inmune.
Pero me hace preguntarme si este sistema funcionará con la misma efectividad si los niños sufren estrés en la noche, como sucede cuando lloran o tienen miedo si no son atendidos en sus normales despertares nocturnos.