Cuando creía que ya nada podría sorprenderme llega a mis ojos esta noticia que relato.
Un niño británico de 13 años de edad ha tenido un hijo y de paso ha conseguido el (dudoso) honor de ser uno de los padres más jóvenes del Reino Unido.
Alfie Patten que, permitidme decirlo, parece aún menor de lo que es y su novia Chatelle Steadman, de 15 años, decidieron seguir adelante con el embarazo al conocer la noticia, a pesar de que tuvieron miedo de la reacción de sus padres.
"Creí que sería bueno tener un bebé", dijo Alfie al respecto. Chatelle, la madre del bebé, reconoció que "sabemos que cometimos un error, pero ahora mismo no cambiaría nada, seremos unos buenos padres". El padre de Alfie comentó que su hijo "aún no ha asimilado" lo ocurrido y lamentó que "no sabe la responsabilidad que supone traer un bebé al mundo".
No puedo estar más de acuerdo con él, sinceramente. Si muchos padres y madres actuales, pese a tener hijos pasada la treintena, afirman que no se sienten preparados física ni emocionalmente para cuidar de sus bebés, ¿cómo va a estarlo un niño de 13 años que aún depende económica y emocionalmente de sus padres?
Añadió que su hijo "podría haber encogido los hombros y quedarse en casa jugando a la Playstation pero estuvo en el hospital cada día".
La madre de Chatelle, cuyo marido está en paro, dijo que "ya tenemos cinco hijos a los que alimentar, por lo que Maisie va a ser una gran responsabilidad económica, pero somos una familia y saldremos adelante todos juntos".