Hace unos días os explicamos por qué los bebés no pueden tomar leche de vaca de la que tomamos los adultos. Al explicarlo, queda implícito el mensaje de "ni derivados", pero al parecer ese mensaje no queda tan claro para el receptor.
Lo digo porque en más de una ocasión he visto a madres responder con un largo "Noooo", de esos con esa entonación tan peculiar que sube y baja como diciendo "ni loca" a la pregunta "¿le das leche de vaca?" y luego explicar que, para merendar, le da a su bebé de 6 ó 7 meses un "petit suisse" (o similar) o un batidito de yogur, como si por venir en recipientes pequeños estuvieran destinados a los bebés. Y no, hasta los doce meses no se les debería dar ni natillas, ni "petit suisses", ni yogures ni "actimeles".
¿Por qué no deberían tomar derivados de la leche de vaca?
Por la misma razón que no pueden tomar leche de vaca, porque contienen una gran cantidad de proteínas, porque esas proteínas no están modificadas y los riñones de los bebés sufren para excretar la cantidad de proteínas, vitaminas y minerales que llevan, por el riesgo de anemia y, en el caso de las natillas, porque además, eso no es más que leche con azúcar.
¿Mejor yogur entonces?
No, repito, hasta el año no deberían tomar nada de eso. Si digo que entre natillas y yogur es mejor un yogur es porque, a cualquier edad, un yogur es más sano que las natillas, porque el yogur es leche fermentada (con sus bacterias buenas) y las natillas es un postre de leche con azúcar.
Están también, y mucha gente los da por buenos, los yogures de bebé, esos que llevan un bebé en la tapa o en el envase y al lado un número "2", que nos informa de que el yogur está hecho con leche de continuación.
Yo personalmente no soy muy amigo de estos yogures por varios motivos. Lo primero, que no son baratos. Al ser una fórmula más compleja que la de un yogur normal el precio es superior. Que uno dice eso de "por mi hijo, me lo gasto", y estaría bien si fueran más o menos recomendables, pero es que tampoco es que sea un alimento para tirar cohetes. Además, tienen tal cantidad de proteínas que no difieren demasiado de los yogures normales.
Ya en el año 2009 hablamos de este tipo de yogur y concluimos que eran un alimento poco recomendable. Después de esa entrada, los fabricantes modificaron la fórmula, la mejoraron y, aún así, la OCU dijo lo mismo, que a pesar de las novedades seguían siendo un alimento poco recomendable.
¿Y a partir de los nueve meses?
Hay profesionales que recomiendan los yogures a partir de los nueve meses de edad del bebé. Esto es así porque a la hora de evaluar las microhemorragias producidas por la leche de vaca y sus derivados en el intestino y el estómago (es un alimento fuerte para el bebé y le irrita las mucosas internas) parece que pasados los nueve meses suceden mucho menos que antes. Los yogures, por ser leche ya fermentada, parece que se digieren mejor y, en consecuencia, se podrían recomendar antes que la leche. De hecho, si los comieran a los seis meses no les pasaría nada. Es solo que no tiene sentido dar un lácteo cuando es eso lo que llevan tomando seis meses, y menos si tenemos en cuenta la cantidad de proteínas que llevan.
Yo, por si acaso, y porque muchos niños no andan precisamente sobrados de hierro (si hiciéramos una analítica a todos los niños seguro que se diagnosticarían muchísimas anemias), recomiendo la leche, el yogur, el actimel, los petit suisse y toda la familia de lácteos que ya ocupan pasillos enteros en los supermercados a partir de los doce meses. Y si le interesa la salud de su hijo, recomiendo comprar pocas natillas y compañía y pocos "actimeles", que no son más que un cuento para sacarnos el dinero haciéndonos creer que estamos dando el desayuno a nuestras defensas.
Entonces, cuando una madre o un padre sienta la necesidad de darle a su hijo menor de un año un yogur de la nevera que se lo piense dos veces. Le va a dar un lácteo que no necesita y que va a aumentar considerablemente la cantidad de proteínas que come. Es preferible que coman otros alimentos como legumbres, carne o pescado, que también tienen proteínas pero se acompañan de hierro. ¿Por qué no darle el pecho o un biberón, en su defecto, que también es un lácteo y sabe seguro que no le va a hacer daño?
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