La obesidad infantil es una de las enfermedades más acuciantes, un problema que hay que comenzar a combatir desde el nacimiento inculcando la importancia de los buenos hábitos alimenticios y el ejercicio.
El exceso de peso es el culpable de graves problemas de salud en los niños, entre otros, mayores posibilidades de sufrir diabetes y problemas cardiovasculares. Pero las consecuencias también afectan su desarrollo emocional aumentando el riesgo de sufrir enfermedades psicológicas en la edad temprana.
Un estudio presentado ayer por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria señala que los niños con un nivel de actividad física calificado como malo tiene casi un 80% más de riesgo de sufrir alteraciones en su desarrollo psicológico, porcentaje que baja al 40% en los niños que tienen un nivel regular. Y como dato interesante, sólo un 11% de los niños tenía un nivel bueno.
Por su parte, el informe revela que los niños con sobrepeso se enfrentan al doble de riesgo de padecer problemas psicológicos en la edad temprana como trastornos de hiperactividad o impulsividad, trastornos del espectro autista, dificultades en el lenguaje, ansiedad, depresión o trastornos de la conducta alimentaria
Los responsables del estudio comentan que los niños obesos suelen tener problemas para relacionarse con los demás, se aíslan y se deprimen más, lo cual a su vez repercute en sus hábitos alimenticios haciendo difícil saber si la obesidad es causa o efecto, ya que “el acto de la alimentación tiene un contenido emocional”.
Vía | Público.es