¿En la guardería o en casa?

¿En la guardería o en casa?
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Uno de los debates que existen alrededor de la crianza de los hijos es aquel en que se valora si es mejor que los niños estén en casa o bien que vayan a la guardería.

Muchos padres defienden una educación en casa, con alguno de los padres durante los primeros años o con la presencia de alguno de los abuelos y muchos otros defienden el uso de las guarderías como elemento educativo (que se usa aún cuando alguno de los padres pudiera cuidar del niño) o bien como recurso para cuidar de los niños en ausencia de los padres.

Ante esta situación muchos se preguntan si hacen lo correcto, si su elección es mejor o peor para el desarrollo psicológico y social del niño, si se está perdiendo el contacto con mamá si va a la guardería o bien con los niños si no va. Para responder a estas preguntas (y a algunas más) vamos a comentar un extenso estudio que se ha hecho sobre este tema.

El National Institute of Child Health & Human Development (Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano) de los EEUU ha realizado un seguimiento con más de 1.000 niños desde 1991 estudiando cómo han sido cuidados desde el mes de vida hasta los cuatro años y medio.

En la guardería, más agresivos y menos cooperativos

Hace unas semanas, cuando hablamos de la socialización de los niños comentamos que los niños, hasta los 3-4 años, no tienen unas bases emocionales más o menos estables y un control de los impulsos adecuado (y a veces ni entonces).

Los niños que acuden antes de ese tiempo a un lugar donde hay otros niños con sus mismas inquietudes y con deseos confrontados (“yo quiero lo mismo que tú”) tienden a buscar soluciones cuando todavía no tienen la capacidad y los recursos para negociar de un modo poco agresivo.

En el estudio se concluye que los niños cuidados en la guardería eran menos cooperativos y tenían más problemas de conducta (agresividad, competitividad, rebeldía,...) que los que habían sido cuidados por sus padres o por otros familiares. Esto era todavía más evidente cuando las guarderías eran de baja calidad y se agravaba cuando los niños pasaban más horas en ellas.

Sin embargo, estos datos no son del todo concluyentes. Lo importante al fin y al cabo no tiene por qué ser dónde está el niño, si en casa o en la guardería, sino el trato que recibe.

En una guardería con una calidad humana cercana a la que pueda ofrecer una madre y unos cuidados similares las diferencias entre los niños eran inapreciables.

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Eso sí, hay que tener en cuenta que en EEUU, de donde provienen los datos, la ratio es de entre 3 y 7 niños por cuidador (3 si tienen entre 6 y 18 meses, 4 si tienen entre 18 y 24 meses y 7 si tienen entre 2 y 3 años) y en España es de entre 6 y 12 niños por cuidador (6,3 si tienen entre 0 y 12 meses, 9 si tienen entre 12 y 24 meses y 12 si tienen entre 2 y 3 años).

La dedicación que puedan tener las cuidadoras con los niños en EEUU será diferente a la que pueden tener los niños en España, por desgracia, ya que un niño de 15 meses, por ejemplo, compartirá cuidadora con sólo 2 niños en EEUU mientras que si vive en España estará con ocho niños más.

Mamá es lo más importante

La relación con la madre es el factor que más puede ayudar al desarrollo emocional, social e intelectual de un niño según se desprende del estudio.

Al parecer la evolución de los niños era mejor cuanto más sensible y emocionalmente estable era la madre, más atenta y disponible ante las necesidades estaba, con un entorno familiar estable, con una personalidad positiva, con un bajo nivel de estrés y sin síntomas de depresión.

En hogares donde había un entorno favorable, con rutinas bien organizadas, con juguetes y libros y en donde los niños participaban en actividades estimulantes, tanto en casa como fuera de ella, los niños tenían un desarrollo social e intelectual superior.

Con estos datos se concluye que, si existe la posibilidad de criar a nuestro hijo en casa, el calor, la cercanía y el amor de una madre (o de un padre) son insustituibles y que, como ya nos comentara Punset, los primeros años son muy importantes en el desarrollo de un niño.

¿Y si no hay posibilidad económica?

Cada familia conoce su realidad económica y sus posibilidades. Criar a un hijo en casa supone coger una larga excedencia, reducir jornadas o dejar de trabajar y todo ello hace que los ingresos disminuyan.

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En caso de que ese descenso de recursos no se pueda asumir (o no se quiera, que las escalas de valores de las personas no tienen por qué ser iguales) cabe la posibilidad de buscar a terceras personas, normalmente los abuelos o pagar a una guardería.

Los abuelos son unos grandísimos cuidadores, atentos y cariñosos, aunque hay algunos que, con el aumento de la edad media en tener hijos, han alcanzado edades bastante avanzadas y ello suele afectar a su capacidad y energía.

¿Y si nos decidimos por una guardería?

Si finalmente unos padres eligen la guardería para el cuidado de su hijo lo ideal es buscar una de calidad.

Los factores a observar son el número de niños por cuidador (cuantos menos, mejor), el tamaño del grupo (que no haya demasiados niños en total) y la preparación del profesional y aptitud para establecer una relación de confianza, positiva y estimulante (haciendo preguntas, escuchando, respondiendo, cantando, contando cuentos, ...).

Cuanto mejores sean estos factores mejor será el desarrollo de un niño y más se asemejará a los cuidados que podría recibir de una madre en casa.

Miremos a los países nórdicos

Siempre que hablamos de periodos escolares, de edad de entrada al colegio y de resultados acabamos hablando de las sociedades nórdicas, más avanzadas que la nuestra y con mejores puntuaciones escolares.

El motivo es que, contrariamente a la tendencia española donde se cree que cuanto antes vayan los niños a la guardería o al colegio antes empiezan a aprender y más preparados estarán en el futuro, en el norte de Europa los niños se separan de sus madres mucho más tarde (y eso que ellas tienen una mayor presencia en el mundo laboral que aquí) y los resultados académicos son mucho mejores que los de nuestros hijos.

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La diferencia estriba, para empezar, en las políticas sociales. En España el objetivo es el de hacer cada vez más guarderías para los niños de hasta 3 años. En Finlandia (país que ocupa el primer puesto en el informe PISA) las madres pueden estar en casa hasta los tres años, cobrando un sueldo del Estado, y tienen derecho a reincorporarse al trabajo en el mismo puesto y sueldo. Hasta los ocho años pueden hacer media jornada y el Estado les paga la otra media.

Pero la diferencia no es sólo lo que el gobierno de cada país ofrece, sino también lo que la sociedad espera que se le ofrezca. Lo hemos comentado varias veces, hace dos o tres años se organizó una recogida de firmas para conseguir una baja maternal de seis meses y no se consiguieron las firmas mínimas. Si el Estado español promete más y más guarderías es porque a los padres españoles nos está bien esta solución o directamente porque somos nosotros los que solicitamos este servicio.

Quizás no estamos entendiendo lo que el estudio realizado en EEUU explica y no nos damos cuenta de que, tal y como funciona el sistema ahora mismo, es posible que el eslabón más débil de la cadena, los niños, estén pagando la falta de tiempo con sus padres.

Resumiendo

Los primeros años de vida de los niños son de vital importancia para su desarrollo emocional y social. Para que esta evolución sea lo más favorable posible necesita de cuidadores empáticos, positivos, amables, cariñosos y que sean capaces de establecer un vínculo afectivo que favorezca el crecimiento de los niños.

Por norma general, la persona idónea para llevar a cabo la crianza de un niño es su madre, su padre o algún otro familiar aunque cabe la posibilidad de que, en guarderías de calidad, con pocos niños, con una ratio de niños por cuidador baja y con profesionales capaces de generar una relación similar a la de los familiares, se consiga un desarrollo similar al que se podría conseguir en casa.

Mucho tiene que cambiar nuestra sociedad actual, que sigue pensando erróneamente que los niños, cuanto antes acudan a aprender materias y contenidos, mejores resultados académicos obtendrán en el futuro. Esperemos que así sea.

Más información | National Institute of Child Health & Human Development
Fotos | Flickr – PortableChurch, ER24 EMS (Pty) Ltd., Leonid Mamchenkov, Jimee, Jackie, Tom & Asha
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