Por qué algunos niños de hoy en día acaban siendo adolescentes problemáticos

Por qué algunos niños de hoy en día acaban siendo adolescentes problemáticos
69 comentarios

Mucha gente se pregunta qué es lo que hace que muchos niños de hoy en día tengan un comportamiento censurable en la adolescencia. Ante esta pregunta unos dicen que es la falta de autoritarismo, otros que es el exceso de permisividad y otros (entre los que me hallo), que lo que faltan son padres que pasen tiempo con sus hijos. No es que los demás no tengan cierto grado de razón, es que se quedan en la superficie.

El autoritarismo como método educativo

Volver al modelo de educación autoritario, típico de épocas anteriores, donde los padres ejercen su autoridad porque sí, utilizando la violencia física y psicológica, los gritos, las amenazas y los castigos no es la solución, porque aunque es posible controlar los actos de los niños, consiguiendo que en el futuro sean adolescentes y adultos con un sentido de la responsabilidad tal que se considere dicha educación como un éxito relativo, muchos niños se rebelan ante lo que consideran injusto (“porque lo digo yo y punto”, “es por tu bien”, “no me contestes”, “mientras vivas bajo mi techo”), llegando a suceder precisamente aquello que se trataba evitar, que el niño acabe enfrentado a sus padres. Además, muchos (la mayoría) de los adultos que se consideran personas responsables (ejemplos del “éxito” del autoritarismo), arrastran (arrastramos) serios problemas de autoestima y de capacidad de decisión.

Cuando has crecido en un ambiente en el que tu opinión no importa demasiado, tus actos deben entrar dentro de un estrecho margen creado por tus padres y acabas haciendo sólo lo que a ellos les parece bien y desechando lo que les parece mal, cuando crees que estás haciendo algo bien y el resultado es una bronca tal que acabas asustado, arrinconado en tu habitación gestionando solo esas emociones negativas, que no sabes cómo superar, acabas por entregarte por completo al poder de tus padres diciéndoles: “Vale papá, mamá, como yo no sé, decidme cómo hacerlo. No quiero equivocarme. No quiero sufrir más”.

A partir de ese momento creces como un autómata, haciendo solo lo que los demás esperan de ti y corrigiendo en el acto aquello que ves que no va a ser bien recibido. Así el niño se hace adolescente y finalmente adulto, centrado siempre en la búsqueda constante de una referencia que le siga diciendo qué está bien y qué no. Los padres siguen siendo esa referencia (a veces incluso cuando los hijos ya no viven con ellos), lo son los profesores, lo son los jefes, lo son los compañeros de clase que ejercen de líderes de grupo (para bien o para mal) y lo son las parejas por las que van pasando, hasta que encuentran a una capaz de tomar las decisiones que estos niños (ya adultos) no saben tomar por sí mismos.

La permisividad como método educativo

Muchos adultos de hoy en día, hijos de padres autoritarios, decidieron en algún momento de su vida no repetir el modelo educativo de sus padres y dejar hacer a los niños todo aquello que ellos no pudieron hacer. Digamos que podría ser algo así como volver a vivir la vida de niño, a través de los hijos, desquitándose de todo aquello que no pudieron vivir, disfrutando la vida al máximo, sin normas, sin límites, abarcándolo todo y a todos,...

El problema es que la permisividad no es un método educativo. La permisividad absoluta es dejar a los niños a su libre albedrío, en un mundo sin normas ni valores. Eso no es educar, eso es ser un padre irresponsable y eso es jugar con fuego, porque quizás algún niño sea capaz de aprender a comportarse según algún modelo externo (que no sean sus padres), pero muchos aprenderán a hacerlo del mismo modo que sus progenitores: pasando de todo.

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Así los padres consiguen que los niños antepongan sus deseos y sus necesidades siempre, incluso cuando ya no son bebés, a las de los demás. Esto no tiene por qué ser un problema per se, pues quizás la máxima aspiración de un niño sea tener comida en la mesa cuando tenga hambre, un lugar donde acudir a aprender y donde hacer amigos, un hogar en el que dormir resguardado del frío y algunos juguetes para aprender y desarrollarse. Sin embargo esto no suele ser así, y en un clima en el que los padres no respetan a sus hijos, porque no les inculcan valores (si les respetaran les educarían) los niños pueden aprender a no respetar a los demás y a utilizar las libertades, propias y ajenas, para su único beneficio.

Como veis, este modelo educativo tampoco es adecuado.

El problema es que los niños crecen “sin padres”

He dicho que lo que sucede es que lo que faltan son padres que pasen tiempo con sus hijos. Esta afirmación es reduccionista y deja de lado un problema que es mucho más amplio y que deberíamos considerar multifactorial, ya que a un niño lo educan sus padres, sus familiares directos, la televisión, los amigos, la profesora, la cajera del supermercado, el que tira un papel al suelo en medio de la calle, el amigo de papá que dice que los moros deberían quedarse en su país, el vecino que da portazos a diestro y siniestro gritando como un poseso, la madre del niño del parque que le permite pegar a tu hijo “porque son cosas de niños” y la señora que se le acerca a decirle que le va a robar a su hermanito o que se lo va a llevar secuestrado (y paro, que no acabaría nunca).

Como veis, son muchos factores, pero hay uno que sobresale entre todos, que es la falta de padres: los niños de hoy en día crecen sin padres, porque sus padres no pasan apenas tiempo con sus hijos.

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Por eso digo que aquellos que abogan por el autoritarismo o que simplemente critican el modelo permisivo se quedan en la superficie. No es que los padres hagan A, B o C, es que los padres no están para educar a sus hijos.

Los padres autoritarios sí están, en cierto modo, (estos al menos les educan, a su modo, pero les educan), sin embargo los niños, como ya he dicho antes, acaban creando la distancia ellos mismos, por su propia seguridad emocional, a medida que crecen. De pequeños lo perdonan todo, pero cuando empiezan a ser más conscientes tratan de huir en cierto modo para evitar hacer algo que moleste (“si papá no me ve, difícilmente censurará lo que estoy haciendo”). Si son padres que trabajan mucho, como la mayoría, y ven poco a sus hijos, imaginad la (poca) relación. Yo, hijo de padre autoritario, recuerdo correr escaleras arriba cuando oía que venía mi padre hacia las seis de la tarde, y eso que no le había visto en todo el día. No por miedo, sino por costumbre.

Los padres permisivos no están. Estos da igual que trabajen o no trabajen, porque estén donde estén, no educan a sus hijos. Los niños, que merecen cariño, respeto y alguien que les aporte seguridad y ejemplo, acaban por hacerse a sí mismos desde la falta, desde la carencia y el resultado difícilmente sea bueno.

Finalmente quedan los padres que sí intentan educar a sus hijos, pero que por la razón que sea no están el tiempo suficiente con ellos. Ayer mismo se publicaba en los medios una noticia que decía que los padres no juegan con sus hijos porque no tienen tiempo y en diversas ocasiones hemos comentado en Bebés y más que los padres pasan menos tiempo con sus hijos del que debieran, o dicho de otro modo, los niños están menos tiempo con sus padres del que necesitan.

Esto hace que crezcan con una extraña sensación de carencia (ellos no conocen otra cosa, así que no pueden compararse) y de falta de referente, que puede afectar a su desarrollo emocional en forma de falta de autoestima.

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Cuando se realizan entrevistas a niños adolescentes problemáticos, tarde o temprano se halla un problema en la relación entre padres e hijos. La falta de comunicación y la falta de confianza (herencia de la falta de tiempo compartido en la niñez) son probablemente el mayor problema. Los chicos y chicas, tras eliminar las primeras capas de rebeldía (“yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré”) y una vez llegan a explicar lo que sienten realmente, suelen decir que “a mis padres les da igual lo que haga, como siempre”, que “mis padres nunca están en casa cuando les necesito, así que ahora no va a ser diferente” o que “a mis padres no les importo, de hecho nunca les he importado, siempre se han quejado por todo lo que he hecho, todo les parece mal”, por poner algunos ejemplos.

Esto no es matemático, por supuesto. Hay padres que con poco tiempo hacen maravillas, simplemente respetando a sus hijos y aprovechando los ratitos diarios y los fines de semana para demostrar a sus hijos que son parte activa de su mundo (del de los padres), que son importantes para ellos y que dan gracias (a Dios, al cielo o a la vida) por tenerles.

El problema es cuando los padres no están cuando trabajan y no están cuando no trabajan. Por culpa de esto muchos adolescentes de hoy andan perdidos y por eso acaban algunos siendo los llamados “ninis” (ni estudio, ni trabajo), porque rechazan todo aquello que sus padres parecen valorar más que a sus hijos (“mis padres estudiaron mucho para trabajar mucho y a mí no me hacen caso… yo no quiero esta vida”) y por eso pierden el respeto de los adultos, que creen saberlo todo y creen ser “mejores que nosotros, los jóvenes”, sin serlo realmente.

No todo está perdido

No todo está perdido, porque no todos los adolescentes se emborrachan, se drogan, se suicidan ni son delincuentes en potencia y, en cualquier caso, también muchos de los adultos responsables que cumplen cada día con sus obligaciones fueron adolescentes problemáticos.

Sin embargo sí son muchos los niños que hoy en día están más solos de lo que debieran y sí son muchos los padres que apenas comparten tiempo y diálogo con sus hijos.

Conocido el problema, se conoce la solución: más tiempo con los hijos. No todo está perdido porque los adultos tenemos en nuestras manos el futuro de nuestros hijos y, como personas responsables y experimentadas, somos capaces de buscar soluciones que beneficien a nuestros hijos.

Yo, en lo personal, ya estoy educando a mi hijo en un clima de respeto y confianza, no para que sea así o asá, sino porque creo que, como persona, debo tratarle así. Respeto no es permisividad, sino dejar hacer lo que quiera hacer cuando pueda hacerlo e inculcar unas normas y unos valores cuando no pueda hacerlo y, sobretodo, enseñarle a amar su libertad y a respetar la libertad de los demás.

Foto | Lance Shields en Flickr
Imágenes | E-Faro (I), (II) y (III)
En Bebés y más | Más tiempo con los hijos, ¿Tiempo de calidad o cantidad de tiempo?, ¿No tenemos tiempo para los hijos?, Los primeros seis años son vitales para el desarrollo emocional, según Punset

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Anna JR, aqui tendrias a otra lectora.

      Cuando era pequeña, yo le contaba a mi madre, que mi mejor amiga decía que su madre era su amiga, y que estaba superorgullosa de ello.

      Mis padres nunca me han castigado, pero a mi amiga la castigaban con frecuencia. Entonces mi madre me dijo: ¿Los amigos se castigan unos a otros? ¿verdad que no? Pues hija, yo no soy tu amiga, soy tu madre.

      Haciendo un pequeño compendio de todas las cosas que se comentan en este blog, creo que la actitud de un padre debería ser la de "profesor de la vida", porque un padre no debe ser un amigo, un jefe o el dueño del niño.

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    • Avatar de calistaalvir Respondiendo a calistaalvir

      Me gusta mucho ese término "profesor de la vida". :-)

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    • Avatar de ciberia Respondiendo a ciberia

      Pues yo añadiría un título más:

      "Profesor de la vida y alumno de la infancia".

      Si nos quedamos sólo con lo de profesor, da la sensación de que la relación entre padres e hijo es unidireccional, que sólo los niños pueden aprender de nosotros, que al parecer lo sabemos todo de la vida, sin embargo esto no es cierto, porque podemos aprender mucho de los niños, que no vienen vacíos, sino llenos de vida, de inocencia, de integridad y de sentimientos.

      La primera vez que vi llorar a mi hijo porque vio llorar a su madre se me encogió el corazón y pensé "cuánto tengo que aprender de ti, hijo", porque me demostró que era todo sentimiento, todo empatía, todo amor.

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    • Snif, qué emoción. Y tienes razón, one more time.

    • Me gusta el complemento. Añadido queda!

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      A título general y después de haber inundado la entrada de comentarios, gracias a todos por participar. Creo que es la entrada con cuyos comentarios más estoy disfrutando, supongo que porque se toca la raíz, la esencia de los modelos educativos, la madre del cordero...

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    • A mí también me encanta esta entrada, de verdad. Nos tocará la fibra sensible, o dónde tenemos más inseguridad y falta de orientación.

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      Hola,

      Yo también he leído este artículo y los comentarios con mucho interés porque se han dicho cosas muy interesantes y que creo que tienen un punto en común, lo importante que es para los hijos que pases tiempo con ellos.

      Los hijos aprenden de muchas cosas pero sobre todo de lo que se vive en casa. No vale decirle que diga gracias, si a ti no te lo ve hacer , no vale decirle que no pegue, si a ti te ve pegar, etc etc.

      Es importante estar con ellos. Es importante poder dejar y recoger a tu hijo del colegio. Es importante jugar con ellos. Es importante que tomen parte en la responsabilidad del día a día( en aumento cuanto más mayores se van haciendo).

      Es muy importante disfrutar cada fin de semana con ellos, jugando, compartiendo hobbys, películas , lecturas, deporte, naturaleza etc...

      Los hijos interiorizan los valores que maman en casa, y si tiene interiorizados valores tan importantes como el respeto y la solidaridad, incluso en la edad tan contestaria e importante como es la adolescencia van a seguir ahí.

      Un saludo

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    • Avatar de joana Respondiendo a joana

      Enhorabuena Joana, has sintetizado en pocas palabras el quid de la cuestión: tiempo.

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      Al leer el texto me da la impresión de que los lectores sacarán la conclusión facilona: "Claro, lo mejor es no ser padres autoritarios ni permisivos, sino el termino medio." Y no estoy de acuerdo porque conozco padres (creo que en alguna parte los catalogaban como permisivos negligentes) que parte del poco tiempo que pasan con los hijos están siendo bastante permisivos y cuando se centran en ellos son muy autoritarios. Y creo que el problema viene por lo que dices de pasar poco tiempo con los hijos, porque estos padres quieren hacerlo bien y cuando están atentos a los hijos están muy encima y no respetan, pero enseguida se descentran por ¿falta de costumbre? y los niños vuelven a comportarse mal sin supervisión. Falta la continuidad en un modelo y yo creo que el niño aprende que sus padres tienen otras prioridades que están al mismo nivel y a veces por encima de ellos, a la vez que constantemente prueban los límites porque una vez no pasó nada y a la siguiente me da un bofetón. Así que no estoy de acuerdo con el termino medio.

      Tampoco estoy de acuerdo con el consuelo de "educas a los hermanos igual y te pueden salir diferentes". Es que ningún niño es igual que otro. Yo no educo a mis hijos igual porque tienen rasgos de personalidad diferentes por tanto distintas necesidades. Sí llevan la misma base, pero si tengo que apretar o aflojar más a uno que a otro lo hago, no me importa que el otro se queje porque a veces no se puedo ser equitativa, debo ser justa. Y el tema del ambiente es lo más difícil, pero si estamos totalmente seguros de que es una mala influencia, en nuestra mano está cambiarnos de casa si hace falta. Si sabemos los ingredientes que estamos poniendo,luego no vale lamentarse "yo lo hice bien pero..." Otra cosa es que por falta de medios subestimemos los riesgos del ambiente que yo creo que es lo que pasa siempre.

      Besos.

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    • Avatar de carolina.piquero Respondiendo a carolina.piquero

      Me encanta tu comentario Carolina. Yo tampoco educo igual a mis hijos, porque mis hijos no son iguales. Me parece perfectamente lógico.

      Además, no entiendo eso de "los eduqué iguales y me salieron diferentes, no fue cosa mía", porque en el momento en que uno es el primero y otro es el segundo los niños no son iguales. Uno pasó mucho tiempo solo y el otro nació ya acompañado, teniendo que buscar su sitio.

      Por otra parte, como dices, está el riesgo de que quien lo lea busque el intermedio. Espero que no sea así y que se centre en el mensaje principal, la falta de tiempo con los hijos, que deriva en falta de comunicación, falta de juego, falta de conexión, falta de confianza... vamos, todo lo que se necesita para que una relación fluya.

    • Avatar de carolina.piquero Respondiendo a carolina.piquero

      Lo de que cada niño es un mundo es obvio, se sobreentiende que con "la misma educación" a que tú educas a todos igual, con los mismos valores... Eso sí, en el que es amable por naturaleza no hace falta que trabajes tanto la amabilidad como con el que es un cardo.... Y tratando a todos por igual, dentro de sus diferencias, sí que te "salen" muy diferentes... Además, la teoría está muy bien, pero no es tan fácil darse cuenta de cuándo un ambiente es malo para un niño, sobre todo adolescente, que hacen las cosas a escondidas y son muy listos... Y cambiarse de casa o cambiarle de colegio muchas veces no es la solución, te lo digo por experiencia... no es tan sencillo

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      Me gustaría añadir que esta reflexión tuya depende bastante del ambiente. Tengo la adolescencia cerca (y estoy en contacto con muchos adolescentes) y me puedo considerar de la misma quinta que la generación ni-ni.

      En mi ambiente, algunos niños problemáticos provienen de un background donde no les hacían ni caso. Aún recuerdo un compañero mío de clase que estuvo sólo un año conmigo con el que me llevaba muy bien y como un día, a las 9 de la noche, llamó al telefonillo a decirle a mi madre que si podía bajar a jugar. Teníamos 8 años y era un lunes de febrero.

      Pero realmente el problema en mi ambiente ha sido la sobreprotección y un afán de protagonismo por parte de padres e hijos increíble. Decía un profesor mío que cuando amamos consideramos a la otra persona muy especial; y nos sentimos nosotros mismos especiales por amar a alguien tan perfecto. Aunque esto sea discutible, no le faltaba razón. En mi clase la mayoría de mamás no trabajaban, con lo cual los niños estaban atendidos (salvo casos como el de mi amigo) y no faltaba un bolígrafo, un bocadillo ni un disfraz de fin de curso. Eso sí, en cada casa a cada niño le decían que era el más especial del colegio. Y yo considero importante hacerles saber a los niños que son especiales, pero todo en su justa medida. No es lo mismo llamar guapo a un niño de dos años a diario mientras juegas con él que a una niña de nueve.

      Me explico. Todas las madres estaban emperradas en como sus hijos eran fantásticos, la clase tenía que ser fantástica y todos nos teníamos que llevar fenomenal. No sabían que como sus hijos tenían que ser super fantásticos se montaban unos piques tremendos y competiciones por ver quién sacaba mejores notas, quién leía en la obra de final de curso, quienes iban delante en el baile para padres. Y esto, por fuera parece que somos una clase perfecta y trabajadora. Por dentro, éramos niños de 10 años podridos por la competición sin capacidad de ser amigos, porque estábamos esperando darle la puñalada trapera al otro. Y las madres hacían tongos para que nos tocaran juntos en las actividades extraescolares, sin darse cuenta de que en aquella clase faltaba lo más importante: compañerismo.

      ¿Qué pasó? Estos niños de libro, cuyos padres daban consejo a diestro y siniestro, acabaron tomando caminos bastante extraños. Ya he puesto en posts anteriores que una chica cogió anorexia, otra se sacó títulos en francés porque todo el mundo sabía inglés y ellas no - y acabó suspendiendo Selectividad, otra dejó la ingeniería (su sueño de siempre) por la danza (así, de repente), otra iba por ahí diciendo que no quedaba chico en Madrid con el que no se hubiera acostado y sus padres presumían de lo bien que entendía las normas y lo mucho que las dialogaban...

      Yo creo que eso es un problema también de la generación ni-ni. Padres sobreprotectores que crean a hijos en burbujas de cristal "no, hoy no vayas al cole que te tienes que echar la siesta", "eres muy pequeño para tantos deberes, no los hagas", "si la profesora te ha puesto un 3 te tiene manía"... aún me acuerdo de un cumpleaños en el que sólo quedaron tres de la clase sin invitar y nos sentaron en dos filas: el grupo de los populares y el grupo de los marginados.

      Y al final estos niños ni interiorizan normas ni nada, se creen los ojos del mundo porque sus padres así se lo han hecho ver y no son capaces de soportar el choque de la realidad, ese en el que como dice Chuck Palahniuk en el club de la lucha: "No eres un bonito y único copo de nieve, eres la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás, todos somos parte del mismo montón de estiércol..."

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    • Avatar de manekineko Respondiendo a manekineko

      Bueno, manekineko, es que este estilo de crianza que explicas no tiene nada que ver con los que yo he explicado...

      Esto es otra caja de bombas (yo casi lo equipararía con el permisivo) porque los padres tratan de hacer a su hijo tan perfecto que lo pones en contra de los demás. ¿Cómo le vas a enseñar a tu hijo que entienda la diferencia y que respete a los demás, si le dices que tiene que ser mejor, ergo los demás peor?

      Sobre la sobreprotección, pues también sería una de las causas de los ninis... para qué voy a hacer algo si los demás lo hacen por mí. Son niños que siempre esperan que los demás les saquen las castañas del fuego porque siempre ha sido así.

    • interesante

      Yo, lamentablemente, me identifico plenamente con el resultado de unos padres autoritarios. Durante años debido a lo que la educación que ellos me dieron hizó conmigo, no he querido tener hijos. Únicamente para evitar hacerle a mi propio hijo lo que ellos hicieron conmigo; he sufrido depresiones, baja autoestima, etc, etc...

      Poco a poco gracias a la ayuda de mi pareja y de ver como algunos amigos (padres democráticos) educan a sus hijos en el respeto pero poniendo límites, he ido superando algunas de las taras (aún me quedan) y soy madre de un maravilloso niño de 15 meses al que intentamos educar de forma democrática. Esto me supone enormes críticas por parte de mi familia que son incapaces de entender por qué no pegamos a nuestro hijo (los famosos cachetes)o practicamos colecho o cuando nos reclama acudinos a ver que le ocurre (pero déjale que llore...)entre otras muchas cosas...os podéis hacer una idea, ¿no?

      Creo que deberíamos pararnos a reflexionar, un poco más, en cómo nos educaron para rechazar el modelo o adoptarlo si es el válido. Pero me temo que muchas veces es algo demasiado doloroso, aunque necesario en mi opinión, para evitar repetirlo con nuestros hijos.

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    • Avatar de 9767 Respondiendo a 9767

      Yo vengo de una educación parecida y mi trabajo me ha costado quitarme capas y capas de inseguridad, amargura y de falta de capacidad para tomar decisiones.

      Lo mejor de tener un hijo es que a través de su vida revives la tuya al recordarla. Se pasa mal, muy mal, porque te das cuenta que hay todavía en ti un niño herido que no recuerda todas las insensateces vividas, sino sólo algunas, pero verte haciendo aquello que tus padres no supieron hacer motiva a seguir aprendiendo a vivir la vida de otra manera y a tratar a los niños como creo que merecen: con respeto.

      PD: Un abrazo, por si sirve de algo (ese que ojalá nos hubieran dado de pequeños cuando más lo necesitábamos).

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    • No me había parado a pensar en lo que dices de revivir tu infancia mientras educas y en la dualidad dolor-motivación, es un enfoque muy interesante...Es como una autoayuda o terapia hacía uno mismo mientras eres consciente de que haces lo mejor para que tu hijo sea un adulto empático, completo y responsable.

      P.D.:¡Muchísimas gracias por el abrazo! Me ha servido de mucho. Te mando otro para tí.

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    • Avatar de 9767 Respondiendo a 9767

      No tienes esa sensación Idoya? No recuerdas al ver a tu hijo a la pequeña Idoya haciendo lo mismo y recibiendo broncas?

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    • Pues, lamentablemente, sí la tengo, sí. Incluso también me está aflorando algún recuerdo, aunque pocos, de broncas que recibieron mis hermanos.

      Pero también me reconforta saber que él no va a sufrirlo. Junto a él estoy aprendiendo a vivir la vida de otra manera y a eliminar, al menos en parte, el lastre que la educación que me dieron dejó en mí, que fue mucho, muy importante y que durante mucho tiempo me limitó. Afortunadamente, he sido capaz de cambiar :)

      Una pregunta Armando: ¿también te ha ocurrido con tu segundo hijo o la sensación era menor?

    • interesante

      Anna JR y Ciberia, yo también os seguiría si tuvieráis un blog. Me siento muy identificada con el relato de la rabieta de tu hija. Sobretodo porque en el momento tienes que decidir cómo reaccionar en cuestión de segundos y nunca sabes si has hecho lo mejor...

    • interesante

      Pues que quieres que te diga, no creo que la culpa del todo de la cultura NINI sea totalmente de los padres.

      Los adolescentes no valoran el esfuerzo por conseguir las cosas porque no lo necesita, con un plan de estudios que da pena, con todo al alcance de sus manos, con la cultura de lo inmediato, el aquí y ahora, todo suma.

      Lo siento pero creo que si que tiene que haber un poco de autoridad, sobre todo llegando a la adolescencia, no llegar a la imposición de normas pero sí que los jovenes tienen que aprender que las cosas cuestan trabajo que el respeto es un derecho, sí, pero también se tiene que ganar.

      Es muy bonito y está muy bien eso del respeto pero llega un punto en el que los niños pasan a ser adolescentes, los padres, guste o no, dejámos de ser la referencia y este peso cae en los amigos, y ahí es donde interviene el ambiente en el que esté el adolescente y esta etapa es la que definirá la vida, en un porcentaje bastante alto, la vida adulta de nuestros hijos.

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    • Avatar de pau76 Respondiendo a pau76

      Es que yo no he dicho que la culpa de todo sea totalmente de los padres. De hecho, digo que es algo multifactorial, pero aquí me quería centrar en la falta de tiempo de los padres, que para mí, pese a no ser la única causa, es de las más importantes.

      Sobre la autoridad, creo que no has entendido la entrada. Por supuesto que tiene que haber autoridad, es lo que digo al final del mensaje, que los padres tienen que pasar tiempo con sus hijos y en ese tiempo hacer de padres (hacer de padres es mostrar tu autoridad, es decir, que los hijos te reconozcan como la figura paterna que está ahí para hacer de guía cuando sea necesario).

      Quizás confundas autoridad con autoritarismo, que suena parecido pero no tiene nada que ver.

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    • ¿Cuál es la diferencia entre autoridad y autoritarismo? Probablemente la misma que entre democrático y democracia. El autoritarismo en un sistema fundado en la autoridad, o la actitud de quien ejerce la autoridad. Yo creo que sí que tienen mucho que ver.

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    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR

      Yo más bien diría que el autoritarismo es el abuso de la autoridad.

      Pongo un ejemplo con un policía.

      Un hombre está gritando e insultando a su mujer.

      Un policía se le acerca y le dice que deje de gritarle o tendrá que tomar medidas por posible maltrato.

      a) El hombre acepta y deja de tratar mal a su mujer. Está aceptando la autoridad del policía.

      b) El hombre le dice que "qué coño le importa a él lo que haga con su mujer". No reconoce la autoridad del policía.

      Si esto sucede con toda la población y todos los hombres ignoran a los policías cuando éstos piden el cese del maltrato se puede decir que la policía no tiene autoridad en esos asuntos, al menos para los hombres (la autoridad hay que ganársela).

      Si el policía, al principio, en vez de dialogar se acerca y coge al hombre a la fuerza estampándole en la pared diciéndole que "del calabozo no te saca nadie en dos semanas porque a mí me da la gana", eso es autoritarismo, un abuso de la autoridad.

    • Comentario moderado
    • Sé perfectamente cual es la diferencia entre autoridad y autoritarsismo, que como bien dices suenan parecido pero no tienen nada que ver.

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    • Avatar de pau76 Respondiendo a pau76

      Ok, pau76, perdona por dudar, pero es que al decir "Lo siento pero creo que si que tiene que haber un poco de autoridad", me he quedado un poco perplejo, porque yo siempre apelo a que los padres cumplan en su papel de padres (que tengan autoridad).

    • interesante

      Lo que veo es que todos los métodos, menos el difícil y por consiguiente el mejor, el democrático, tienen resultados malos pero aspectos positivos. Vamos, como todos nosotros, o algún lector se identifica con el perfil de hijos democráticos, pluscuamperfectos? La mayoría de nosotros estoy seguro que seguiremos una combinación de todos, intentándo hacerlo lo mejor posible, y tendremos resultados dispares, pero mayoritariamente normales. Hay, además, una frase que me la entregó una profesora del colegio al que fuí, y que siempre me ha acompañado: "la educación comienza 20 años antes de nacer". Y bien cierto es.

    • Es muy triste pero tenéis toda la razón, tanto Armando como makeniko... Otro problema, en mi opinión, es que no siempre sale todo como esperamos, mis padres nos han educado a todos igual y cada uno ha salido de una manera, porque creo que influye también muchísimo el ambiente... Como dijo alguien "los hijos son más hijos de su tiempo que de sus padres"... Y eso sí que no lo puedes controlar. Pero siempre considerando que eso es solamente un factor de otros muchos, no le estoy quitando la responsabilidad a los padres. Se oyen y se dicen tantas cosas que ya no se sabe ni lo que pensar... Y muchos de ellos lo hacen sin malicia, tampoco creo que haya que sojuzgarles, lo que necesita mucha gente es concienciarse y conocer las consecuencias de su comportamiento.

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    • Avatar de 14766 Respondiendo a 14766
      interesante

      Mira, tengo una prima de 16 años. El otro día, hablando con ella y con su madre decía que una chica de su clase había montado una especie de "secta"; me explico, es la típica chica que con 16 años está orgullosa de haberlo hecho en los salones de una discoteca. Y a las que quiere entrar en su grupo, les pone pruebas secretas.

      Mi tía se echaba las manos a la cabeza. Conoce los padres de esa chica. Son padres responsables, iban a las reuniones de padres, la iban a recoger de natación cuando salían tarde; llevaba los deberes hechos, estaba cuidada, vamos. Mi tía se echa las manos a la cabeza porque esa niña está criada como mi prima, y como muchos niños. Creo que a veces somos reduccionistas con los padres, y es que un niño está expuesto a muchos estímulos.

      Y no nos engañemos, como dice mi tía "si yo te digo que no fumes, no bebas, no hagas cosas que no debas con chicos y no te dejes engañar; aunque te diga que estés en casa a las 7 de la tarde, aunque te castigue, las vas a hacer. Yo te he enseñado por qué no debes hacerlo, pero hacerlo o no es tu responsabilidad. Sabes lo que pasa, y sabes que si quieres me puedes engañar, pero allá tú. Es tu cuerpo, yo mi vida la tengo hecha, y me preocuparé por ti si te pasa algo, sí, pero más te dolerá siempre a ti que a mí."

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    • Avatar de manekineko Respondiendo a manekineko
      interesante

      Pues manekineko, algo ha pasado en esos 16 años para que una niña se comporte de manera tan poco empática con sus "amigos".

      Una cosa está clara, los niños no pasan de los 2 años a los 15 de golpe... ya en clase de mi hijo, en p4, se pueden ver a niños que han perdido el respeto totalmente por sus compañeros, pegándoles sin motivo, haciéndoles burlas y mofas, etc. Lo más sorprendente (y mira que ver esas escenas lo es), es que los padres no les dicen nada, quizás, como mucho, un "Pepitooo, tate quietoooo". Y yo alucino, porque cuando mi hijo hace algo así o tienen tentación el mundo se detiene y eso es lo único importante... tratamos el tema hablando tanto como hace falta hasta que conseguimos (eso creo) que interiorice que hacer esas cosas dañan a los demás ("le haces daño y a nadie le gusta que le hagan daño", "si te enfadas habla, dile qué te molesta y se lo dices también a la profesora". Servirá o no, pero al menos actuamos.

      Una chica de 16 años que se ríe de ese modo de los demás arrastra algún problema de hace tiempo, porque no respeta a nadie. No soy quien para buscar la causa, pero algo ha fallado en algún momento, porque no me parece un comportamiento correcto ni respetuoso.

    • No tengo ni un 'pero' que añadir. Estoy completamente de acuerdo con todo. Aunque, si no puesiera un 'pero' no sería yo... no me gustan nada las viñetas, porque no me gustan los tópicos y las exageraciones y porque en este tema, ese tipo de parodias no me hacen gracia.

      Ayer Marta tuvo una rabieta de 40 minutos. ¿Por qué? El desencadenante del proceso de fisión fue, como habitualmente, una negativa. Quería ponerse más crema de cacao en los labios porque los tenía 'cortos' (es decir, cortados) y le dije que ya se había puesto mucho y que lo íbamos a guardar. '¡noooooooooooooo!'. Es esos 40 minutos de burrera, la senté a la fuerza en el carro, recogimos a Sara de clase de música (se quejaron desde una sala donde ensayaban), salimos a la calle, recorrimos unos 100 metros hasta el coche, la até la fuerza en su silla, tardamos 7 minutos en llegar a casa, una vez aparacadas, no quería bajar del coche, la volví a sentar a la fuerza en el carro porque no quería andar, prefería quedarse tirada en el suelo, llegamos a casa, siguió berreando. Mientras tanto, Sara preguntaba si le daba un besito a ver si se le pasaba (es lo que yo hago en rabietas menos intensas), le dije que no, que se le podía escapar un manotazo y hacerle daño... y allí seguía ella, fuera de sí. Yo no abría la boca, para qué, no podía chillar más que ella, yo no chillo nunca. Le intentaba decir que sabía que estaba cansada, pero que así se iba a cansar más... Entre tanto no, no y no, va y nos suelta a su hermana y a mi '¡me quiero ir de esta casa!'. Glup. Me quedé petrificada y me di la vuelta porque, la verdad, me entró la risa. Cumplirá 3 años en mayo y me contestó como una adolescente. Gluuup! Le pregunté lo clásico: '¿quieres que te prepare la maleta?'. '¡¡¡Nooooo, mamááááá, quiero con tú!!!' Todo finiquitado y olvidado con un abrazo, sentadas en una butaca (las tres, Sara observaba y sufría la pobre con la situación y le alivió ver que su hermana se calmaba) y con el chupete.

      Vale y para qué cuento este rollo, pues porque cuando se durmieron las dos y me puse a recordar el momento rabieta/fisión nuclear, pensé... qué he hecho, cómo lo he hecho, no hubiera dado igual darle la puñetera crema de cacao y ahorrarnos el mal trago, pues igual sí, pero es que el tarrito de la puñetera crema de cacao tenía más arena del parque que crema de cacao (opción permisiva)... he forcejeado con ella, mi cerebro me ha mandado la orden de darle una palmada al culo, le he gritado, no quedaba más remedio, no era autoritarismo eran decibelios... y al final me ha dicho que se quería ir de casa. Bueno, pues anoche me quedé hecha polvo. A veces tiendo a dramatizar.

      Cuando he acabado de leer esta entrada, he recordad el episiodio de ayer. Bueno, pues he pensado... no todo está perdido, no se convertirá en una adolescente conflictiva por esos 40 minutos desenfrenados ni por haber manifestado su voluntad de irse de casa (creo que no sabía muy bien qué decía, intuyo que quería ir a la calle, seguir en la calle/parque) y sobre todo, yo estaba con ella compartiendo ese asco de momento desde el principio hasta el final.

      Así que, gracias Armando.

      PD Madre mía que rollo. Lo siento. Cada día me extiendo más. Tendré que ir pensando en hacer mi propio blog.

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    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR

      Pues Ana, a mi me encantaría que tuvieses tu propio blog, me gusta mucho como debates con Armando y la manera que lo haces así que al menos tendrías una lectora

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    • Avatar de pau76 Respondiendo a pau76

      Umm, pero a mí no me esperéis en el blog de Anna para debatir, bastante tengo con este... ;P

    • Avatar de pau76 Respondiendo a pau76

      No me lo digas, que iba medio en broma... lo decía por que mis eternos comentario parecen miniblogs. Mi marido insiste, pero... ufff, es que tengo mucho respeto por las personas que tienen blogs. ¿¿¿Y si dentro de muchos años mis hijas me leen y se dan cuenta de que, aunque ellas lo crean, no soy maravillosa??? Ay que tengo unos días tontorrones.

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    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR
      interesante

      Anna, aquí tendrías otra lectora más, parafraseando al grande José Luis López Vázquez: "una admiradora, una amiga, una esclava, una sierva".

      Buf, me pongo en tu piel, ya sabes que mi hijo también tiene rabietas apocalípticas, sin ir más lejos, el otro día en el avión, en clase turista, con cinturón de seguridad puesto y sentado encima de mí, se puso frenético de agotamiento. Empezo también por una nimiedad, quería correr por los pasillos todo el rato, ya lo habíamos hecho y se había excitado a saco, amén de despertar a un señor tumbado tocándole la cabeza, teclear el portátil de un chico y pararse a coger todos los móviles a su alcance desde la fila 1 hasta el culo del avión.Y entonces dije: "basta". Tiene 19 meses, vale, es muy bebé, sí, no le voy a mandar a pensar (tampoco había dónde), pues hago lo único que puedo hacer: amarrarle y ponerle el chupete/ hacedor de paz, y armarme de valor. Chilló, pataleó, me pegó bastantes tortas, entre su padre y yo le sujetábamos, pero estuvo casi una hora chillando. Y siempre te quedas de bajón, pensando: ¿quizá podría haber evitado esa explosión?

      Casi siempre siento que soy permisiva, es mi carácter, en general no doy mucha importancia a las cosas, no soy tiquismiquis, y me da igual que juegue con el papel higiénico o que salte en los sofás. Pero al mismo tiempo siento que tengo un resorte que me dice: "hasta aquí hemos llegado", se está cruzando el límite entre "chaval libre" y niño "pera". No sé si me entiendes.

      No tengo una teoría concreta, no tengo una hoja de ruta, no tengo un camino trazado, día a día voy -vamos, su padre y yo-, tratando de aprender de las situaciones a las que nos enfrentamos, nosotros y Martín, todos, crecer como personas, a él mostrarle diferentes opciones vitales, restando importancia o dándosela, sin autoritarismo pero sin pasotismo.No pienso en el futuro, pienso en el presente. Y siento que mi hijo es maravilloso, pero no le siento perfecto, porque no creo en la perfección. Y aunque sí siento que le defendería con uñas y dientes, espero ser justa y no estar ciega ante sus errores, porque será la única manera de poder ayudarle a rectificarlos. Sin embargo, la falta de tiempo sí se me antoja un obstáculo pernicioso, un muro invisible que sin darnos cuenta, se interpone entre nosotros y nuestros hijos.

      PD. Menudas chapas meto yo también :-)

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    • Avatar de ciberia Respondiendo a ciberia

      Pues yo re-parafraseo a López Vázquez por tu comentario. ¿Sabes qué? Pues que me he reído mucho porque la situación me sonaba muy familiar. He visionado a Marta en el pasillo de un avión y la escena sería muy pero que muy parecida. Y ya me has 'matao' con el 'hacedor de paz'... cuando Marta pasa de la combustión a la explosión, y yo también me agarro al 'pacifier'. Lo digo en inglés porque mola, pero creo que voy a copiarme de la traducción.

      Uff, yo qué sé... es que es tan complicado y tan fácil a la vez hablar a toro pasado. Después del acabose de ayer, Martita se transformó en un ser encantador. Como es ella normalmente. Salvo por lo ojos rojos, nunca hubieras dicho que acababa de pasar por semejante trago. Se me notaba más a mi que llevaba unos pelos de loca y un disgusto encima que no veas... Se le pasó y las llevé a la bañera y como (casi) todas las tardes, venga la risa y las payasadas las dos. Ls tres.

      Por eso decía al principio que viéndola contenta o dormidita pensé si no podría haber evitado la situación. Creo sinceramente, porque la conozco, que no hubiera abortado la rabieta. El pollo lo hubiera montado igual, porque el cacao, en cualquier caso no se lo hubiera dado. Quizás sí, debería haber tenido más recursos para aplacar su rabia: un objeto imaginario, un pequeño engaño... Yo también soy bastante 'pasota' en circunstancias normales. Por las tardes estamos las 3 solas en casa y salvo cuando Sara tiene deberes, aquí rigidez hay poca. Ahora bien... no puedo estar justificando cada día y buscando razones imaginarias para decir que hay que bañarse, que hay que recoger o que hay que lavarse los dientes... eso no hay cuerpo que lo aguante.

      Ánimo y buen humor.... Ala, ahí dejo otro rollo. Con las chapas que soltamos ya tendríamos un blog 'apañao'. Saluditos! que no sé cómo se hcen la caritas.

    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR

      Me uno al listado de lectoras!! jejeje!!

    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR

      Umm, a ver Anna cómo te respondo con tacto... Sobre las viñetas, a mí me encantan. Me parece una manera diferente de dar un mensaje que de otra manera quizás no llegaría (es lo que tiene una imagen visual, que tiene mucho más poder que las palabras).

      Con respecto a tu historia de ayer... uff, con ella me demuestras que nuestra manera de criar/educar a nuestros hijos es más distante de lo que yo creía.

      Si fue una cosa puntual, pues mira, te puedes poner un semáforo en ámbar de "peligro, para otra vez buscar alternativas mejores", pero si es el estilo habitual cuando hay una rabieta, muchos ámbares se transforman en un rojo.

      Resumiendo un poco lo que veo más lógico, cuanto más pequeños son, más permisivos tenemos que ser. A medida que van creciendo y empiezan a entender muchas cosas, podemos ir cerrando el lazo poco a poco.

      Mi hijo Jon ha sido el niño con menos límites del mundo, cuando era pequeño. Hacía unas rabietas de campeonato, como la de tu hija, sin embargo accedíamos o buscábamos alternativas para calmarlo (lo siento, no soy capaz de ver a mi hijo llorar 40 minutos, se me parte el alma literalmente). Que el cacao tiene arena? Pues le pones un poquito y listo. Que tiene muuucha arena? Pues haces ver que le pones un poquito y te pones tú también. Que se da cuenta de que no le estás poniendo? Pues le dices que ese está lleno de arena, pero que tienes un cacao mágico, mucho más especial que cura todos los "cortos" y sacas de tu bolsillo una caja invisible llena de cacao. Entonces untas tu dedo de falso cacao y le pones por tooooda la boca y ya que estás, hasta en los ojos, y en el pelo y en la frente, para que nada se corteee. Así ve que tú quieres ponerle el cacao y que si tuvieras un cacao super especial se lo pondrías sin dudarlo.

      Y si todo esto no funciona (y mira que a mí lo del artilugio imaginario me ha funcionado casi siempre), pues intentas desviar su atención (cantamos, jugamos a..., hacemos otra cosa, vamos a pensar qué cenamos hoy, etc.).

      No sé, cualquier cosa para evitar 40 minutos de llanto (tú y ella) y que te acabe diciendo que se va de casa (que hace gracia, pero no tanta) y evitar forzarla a hacer cosas (a los niños, como a los adultos, no les gusta un pelo que les hagamos hacer las cosas por la fuerza, ya que aumenta más la distancia entre padre/madre e hijo, al adoptar, mediante la violencia, en un pulso de tú a tú).

      Y esta es mi humilde opinión...

      PD: Yo te animo a que escribas un blog. Es divertido, relaja, interaccionas con otras madres y debates sobre los temas que tú quieres tratar.

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    • interesante

      Entonces, según entiendo yo, hay que permitir todos y cada uno de los caprichos de, por ejemplo, un niño de dos años para evitar las rabietas?

      Como lo haces si tu hijo se encapricha de que no te quiere dar la mano por la calle ¿lo dejo andar solo por la calle con el enorme riesgo de que se vaya corriendo y cruce en rojo?

      ¿Cedes por evitar una rabieta a que tu hijo le de por tirar cosas por el balcón, con el riesgo de que le de a alguien en la cabeza con un objeto?

      Mi hijo hace cosas de este tipo, sé que las hace para probarme, lo cual es normal, es sólo un niño de dos años que explora, es lo que toca.

      Yo creo que hay cosas que no dan lugar a una negociación, y prefiero escucharle llorar unos minutos a tener que lamentar un accidente en la calle o cosas de este tipo y francamente, no creo que por ello mi hijo se aleje de mi.

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    • Avatar de pau76 Respondiendo a pau76
      interesante

      No pau76 (creía que esos casos se dan por sentado que no). Cedería siempre que pudiera ceder, siempre que ceder no supusiera perder el respeto a alguien, molestar a alguien o poner en peligro la vida de alguien.

      Ahora Jon tiene 5 años y me pide cosas que me pedía cuando tenía 2.

      Por ejemplo, a la hora de dormir (las 22 h.) me pedía ver dibujos. Si no se los ponía se tiraba un buen rato llorando y quejándose, tranquilamente 15-20 minutos... (quizás habría sido más, porque al final yo cedía). Me acababa costando menos ponerle un capítulo de 20 minutos que aguantar sus ganas, su enfado y mi mala sangre.

      Ahora con 5 años me dice a veces, a las 22 h. que quiere ver no sé qué película. Pues le digo que es hora de dormir y que ahora no puede ser. A veces insiste y entonces yo insisto más "pero Jon, que son las diez. Las diez es hora de ver la tele o de dormir? Pues de dormir" y el tío lo acepta y nos vamos a dormir.

      A esto me refiero, a que el lazo se va cerrando a medida que el niño crece y comprende más las normas.

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    • Es la primera vez que leo este blog y me ha gustado. Aunque no este de acuerdo con algunos de tus comentarios.

      Como este de ser permisivos con niños de 2 años o menos para que no tengan rabietas. Lo siento si el niño tiene sus límites de frustración muy bajo, tiene que aprender a frustrarse.

      Y no creo que haya educado peor a mi hija (todavia estoy en ello que tiene sólo 4 años y me queda mucho por delante!) porque haya tenido esas megarabietas.

      He seguido la técnica de cuando te calmes estoy aquí sentada esperando y entonces ya podemos hablar.

      Antes he podido intentar el decir 5 minutos más de parque y ya nos vamos (por decir un ejemplo), o el intentar distraerla con otras cosas. Pero cuando empezaba una sólo quedaba esperar.

      Cada uno educa como sabe y puede, siempre esperando equivocarse lo mínimo (nunca seremos perfectos hay que asumirlo).

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    • Avatar de lozacol Respondiendo a lozacol

      No es para que no tengan rabietas, es para solucionarlas una vez aparecen. Yo no digo que eduque mejor que nadie, yo digo que yo lo hago así y que me ha ido bien y que creo en consecuencia que puede ser un estilo adecuado: "el lazo muy abierto de pequeño y a medida que el niño crece se va estrechando".

      Al final, quien mejor conoce a sus hijos es su madre y su padre y son estos los que han de ver hasta dónde pueden llegar. Si mi hijo hubiera tolerado mejor la frustración con dos años y las rabietas le hubieran durado, digamos 5 o 10 minutos, a veces más a veces menos, quizás habríamos sido menos permisivos. Sin embargo esto no era así, pues la rabieta era eterna... (lo sé porque claro, a veces quería algo que simplemente no podía ser por su seguridad).

      Ahora con 5 años le negamos muchas más cosas que antaño y las tolera mucho mejor porque entiende la motivación del no.

      Un saludo y gracias por comentar (y bienvenida al debate).

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    • Te he comentado eso, porque también noto que la mía aguanta más la frustración y la tolera mejor que antes, cuando sus rabietas eran de 20-30 minutos (menos mal que las había más cortas!).

      Simplemente que tal y como era la mía, no le funcionaba el darselo, porque luego te pedía cosas aún peores. Era mejor el negarselo desde un principio.

      Y encantada me hubiera gustado que funcionara con ella muchas de las cosas que cuentas, pero no ha sido mi caso.

    • Armando, pues yo no creo que la manera de educar entre Anna y tú sea tan distante como dices. Anna ha contado muy detalladamente una situación concreta, una rabieta de su hija. De manera descriptiva y literal, incluyendo entre los detalles hasta el tiempo de duración. "Los hechos son los hechos", como diría el gran Pazos en Airbag. Sin embargo, si lees entre líneas, lo que no está escrito, lo que es difícil de transmitir con palabras, lo que no es tangible, pero está ahí latente, podrás sentir que Anna estaba pasándolo muy mal, nerviosa, agotada también, fuera de casa, sin recursos fantásticos como el del objeto imaginario (que me voy a apuntar también), que pueden servir, a veces, depende del niño y del momento.

      Lo que quiero decir es que no es que siempre se afronten las rabietas del mismo modo, a veces lo hacemos bien, otras no tanto, a veces perdemos nosotros los papeles, otras decimos interiormente: “joer, qué bien se me ha dado”. Mi chico y yo tenemos una mirada cómplice para esos momentos y una especie de competición, a ver a quién se le da mejor distraerle, no te digo más. No todos los niños son iguales ni todos los caracteres, quizá Jon era más maleable que Sara o que mi Martín.

      Y con respecto a hacer cosas a la fuerza, tampoco nos rasguemos las vestiduras, porque yo a veces ato a mi hijo a la fuerza (no golpeándole, sino sujetándole) en el carro, porque no tengo otro remedio. La mayoría intento distraerle y lo consigo, le ato distrayéndole, no se da cuenta, pero algunas veces, no cuela y entonces no puedo hacer otra cosa, porque tengo que ir a trabajar, o tengo que ir a comprar o tengo algo que hacer, ineludible. También le sujeto si me pega, o si quiere pegar a otras personas. Le sujeto y le distraigo sí, pero le sujeto con firmeza. No todo es blanco o negro.

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    • Avatar de ciberia Respondiendo a ciberia

      Ciberia, desde luego te vas a ganar el título de pacificadora... supongo que tanto Anna como yo necesitamos esa figura que acerque posturas (en este caso tú).

      Digamos que mi comentario viene de más atrás. Anna y yo nos pasamos el día debatiendo en todas las entradas, tanto que me da la sensación que hemos iniciado una (cada vez más sólida) relación de amor-odio.

      Hay días que pienso "es un cordero con piel de lobo", y hay días que pienso lo contrario...

      Al leer cómo actuó, vi que yo lo habría hecho de otra manera y que, de hecho, lo hacía siempre de otra manera. Sin embargo, en su descargo, no lo explica convencida de que hizo lo mejor, sino que luego por la noche le dio vueltas al asunto con remordimientos... los mismos que he sentido yo cuando he acabado forzando situaciones.

      Las rabietas de Jon eran de campeonato, sólo faltaba gente alrededor dando consejos, porque en la lejanía ya los veías esperando a ver qué hacías y murmurando (seguramente lo mal criado que estaba o lo blandos que eran sus padres que encima de hacer la rabieta le ofrecían los brazos).

      Ya he dicho que la mayoría de las veces cedía (si podía ceder, sino hacía como tú, tratar de desviar la atención), porque entendía que sus capacidades de razonamiento eran limitadas.

      Ahora aún a veces la lía, pero claro, ahora se puede hablar con él y es más fácil decir que no, porque si se lo razonas lo entiende (aunque razonar lo hemos hecho siempre).

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    • Ahí voy, a que ella no estaba convencida, a que probablemente a capeado otras veces la situación de mejor manera, como todos hemos hecho. Si la rabieta es porque no le permitimos hacer algo que es peligroso, estamos seguros de haber obrado bien. Si es porque no le dejamos hacer algo, sin más, un capricho, ver la tele, pringarse de cacao, etc. es cuando vienen las dudas. Si Anna hubiera dicho: por la noche estaba súper orgullosa de mi actuación ¡no se puede tolerar que se me suba a la chepa!, entonces sí habría entre vosotros una distancia grande. Pero no fue así.

      Encantada de ser vuestra mediadora, la verdad siempre pienso que ambos tenéis mucha razón en casi todo lo que decís :-)

    • ¿¿Cordero con piel de lobo, lobo con piel de cordero??? Ja, ja, ja... Me muero de la risa. Noooo, ninguna de las dos. Si yo soy la mar de transparente. Turbia de ideas, eso sí, porque cuando una cosa la veo clara, a los 5 minutos le encuentro objeciones, con la edad cada vez doy menos cosas por sentadas y dudo, dudo, dudo de todo. Y no soy un troll, mis comentarios son muy auténticos, hay días que estoy más peleona, más puñetera. Pero también me va la marcha. 'Es que siempre tienes que tener la última palabra', es la frase que más me repitió mi madre en mi adolescencia.

      Ahora bien, reconozco que la blogesfera materno-natural y sus representantes en la tierra (mejor dicho, en mi parque y en mi centro de salud) tocan en mi ciertos resortes que ahora empiezo a controlar. Desde el respeto siempre, desde la incomprensión a veces, desde la indignación en ocasiones (es bueno indignarse) y otras muchas desde el convencimiento de que de todo se puede aprender.

      Sobre nuestra cada vez más sólida relación de amor-odio, espero y deseo que se mantenga durante mucho tiempo. Ja, ja, ja... aunque no vengas por mi blog.

    • Avatar de ciberia Respondiendo a ciberia

      He puesto Sara, y es Marta :-)

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    • Avatar de ciberia Respondiendo a ciberia

      Es normal, tenemos unos nombres un poco cacofónicos... Mi suegra, hasta que acierta a llamarme Anna, pasa por Sara y Marta. Un lío!

    • Probaré el truco del objeto imaginario. Hasta ahora las alternativas de más o menos fantasiosas solían funcionar, pero es que la 'etapa rabietas' de Marta está siendo dura. Sara no era así. Claro, Sara es Sara y Marta es Marta. Son distintas, sus circunstancias son distintas pero yo soy casi, casi igual. Dos años más mayor y, pensaba yo que más experimentada en esto.

      De lo que sí estoy convencida y ma da mucha rabia que me lo digan, es que me está poniendo a prueba, que es muy lista, que me echa pulsos. Lista sí, es muy lista. Le faltan 3 meses para cumplir 3 años y habla como una señora catedrática. Es rápida en las respuestas, convincente en sus argumentos. Es muy divertida, le encanta hacer reir, y es muy cariñosa, muy besucona, muy abrazadora... También tiene mucha fortaleza física, le encanta correr, saltar, bailar, chutar el balón de 'júrgol' y jugar, jugar y jugar. Pero todas estas habilidades le sirven también para ser desobediente, para tener el NO en la boca continuamente, para llevar frita a su hermana mayor que siempre tiene que ceder a sus deseos... Sus rabietas son una explosión descomunal. Diré en mi descargo, que siempre son más cortas. La de ayer duró 40 minutos porque yo quería ante todo llegar a casa, para estar más tranquilas. Y desde que empezó hasta que acabó duró media hora larga. No estábamos las dos solas. Sara estaba muy cansada y yo también y estas situaciones se gestionan peor en según qué circunstancias. Sara también me necesitaba, aunque, sí, seguramente la pequeña me necesitaba más.

      Mi teoría es que, al contrario de lo que sería habitual, la pequeña tiene celos de la mayor. Sara jamás ha demostrado un sólo gesto de celos hacia su hermanita. Desde el primer día, que tenía dos años y dos semanas, ha estado obnubilada con ella. Discuten, sí. Incluso a veces empieza Sara la pelea, pero como dicen las abuelas 'la pequeña lleva a la mayor por el camino de la amargura' desde hace unos meses. Celos + los terribles 2 = fisión nuclear. Y todo esto pasará, más pronto o más tarde pasará y si tiene que dejarle huella a alguien, estoy segura de que la dejara en mi y no en ella.

      No sé si nuestra manera de criar es tan distante. Educar/criar es más qe gestionar rabietas explosivas. Lo de ayer ya pasó... aunque no me extrañaría que se repitiera. La próxima vez intentaré hacerlo de otra manera. Iremos probando, como dice ciberia. En cualquier caso, leído lo leído, tampoco pienso autoexaminar mi conciencia continuamente y analizar si me he puesto autoritaria, permisiva o democrática. Iremos capeando el temporal y supongo que, como hemos hecho hoy, nos reiremos toro pasado de ciertas cosas.

      PD Esta noche, después del cuento y 'los mimitos' Marta me ha dicho "Mamá, no te 'ocupes' (oseasé, preocupes) que no me voy a ir de casa." Me quedo más tranquila.

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    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR

      Jajaja, qué tía... encima le sigue dando vueltas a la idea de fuga.

      Son momentos difíciles y por supuesto yo también he perdido los estribos y he gritado o forzado a mis hijos a ciertas cosas de las que luego me he arrepentido. Entonces les he pedido perdón por actuar "por las malas"...

      Yo te doy mi opinión por lo que yo hago con mis hijos. Esto no quiere decir que deba funcionar con las tuyas, ya que eso lo debes valorar tú que eres la que las ha parido.

      Digamos que el tiempo y el ensayo/error es lo que te va dictando el camino.

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    • Tú lo has dicho... qué tía!!!

    • Me parece muy interesante todo lo que habéis dicho. Y también descorazonador... Estoy bastante de acuerdo con casi todo. Sólo añadir un factor más: muchas veces, los hijos repiten los esquemas que ven en casa. Si en casa hay estabilidad, hay muchas probabilidades de que los hijos la tengan tb. Pero si ven, por irme a un extremo, malos tratos, es muy probable que luego se conviertan en lo mismo. Aunque tb hay mucha gente que hace justo lo contrario que sus padres...

      No se... últimamente penso mucho en una frase que creo que leí en este blog: "a un árbol no se le dice cómo crecer" (o parecida). Tal vez por mucho que hagamos los padres, el "destino" (llámese caracter, temperamento, genética...) de la criatura está escrito.

      (Jolin que apocalíptica me he puesto... XD)

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    • Avatar de ainara27 Respondiendo a ainara27

      No conocía esa frase ainara, pero tampoco le veo mucho sentido. Es cierto que a un árbol no se le dice cómo crecer, pero riégalo con agua contaminada o replántalo en medio del desierto y a ver cómo hace para seguir creciendo...

      La manera de ser de las personas viene determinada por muchísimos factores, entre ellos la genética y el carácter que ya traen de serie, pero eso no quita que haya mucho, pero mucho que puedan aprender (y de hecho lo hacen) de nuestro mundo.

      La mayoría de niños, cuando son pequeños y no saben expresar el enfado tienden a utilizar el cuerpo para ello, llorando a lo bestia, tirándose al suelo, tratando de agredir, etc. Si nadie les enseña a calmarse y a canalizar la rabia de otra manera crecerán con las mismas armas (dar portazos, gritar como energúmenos, dar puñetazos en la mesa o la pared, etc.). Ahí está el carácter de la persona, pero también la falta de autocontrol, por culpa de la falta de referentes en la infancia que le ayudara a controlar su cuerpo para explotar de otra manera ("háblame, dime qué te pasa, cuéntamelo, explícame por qué estás tan enfadado").

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    • Ah, perdona, me lo mandaron por email, y yo creí que la había leído aquí.

      Os pongo el enlace:

      http://www.elblogalternativo.com/2010/12/17/educacion-integral-i-nadie-le-dice-a-un-arbol-como-crecer/

    • Estoy de acuerdo: el ambiente donde se crece influye también muchísimo.

    • Encontre esta información el otro dia en el internet:

      Métodos de Crianza – Cómo ser buenos padres sin llegar a los Extremos ago 14 Escrito por: adminjhs 14/08/2009 09:57 a.m.

      Autor: Lic. Solarys I. Bernal | Psicóloga

      A lo largo de la vida han surgido diversas ideas o posturas acerca de los métodos de crianzas más efectivos.

      Muchos padres han adoptado los métodos que utilizaron con ellos, otros buscan orientaciones en sus amistades, así mismo leen libros o toman clases en las comunidades; y todo esto con el propósito de ser buenos padres.

      Pero que es ¿Ser Buenos Padres? ¿Cómo se aprende? ¿Cómo debo actuar con mis hijos? Todas estas preguntas no son fáciles de responder, pero no imposible, ya que nadie nace sabiendo ser padres y nadie es perfecto como para no equivocarse en la crianza.

      En la actualidad existen algunas alternativas de orientación familiar que les pueden ofrecer las prácticas de crianza más eficaces y que tienen más probabilidad de llevar a resultados buenos para los niños. Estos estilos de paternidad son el conjunto de actitudes, sentimientos, y patrones de conducta que los padres asumen frente al niño y que repercuten en el funcionamiento, tanto psicológico como social, de los hijos.

      Las ideas sobre cómo criar a los niños se pueden agrupar en tres estilos diferentes, pero que de algún modo muchos padres incluimos en nuestro proceder con los hijos:

      Los Padres Autoritarios: Temen perder el control de la situación y utilizan órdenes, gritos o amenazas para obligar al niño a hacer algo. Tienen muy poco en cuenta las necesidades del niño. Estos padres fijan reglas estrictas para tratar de mantener el orden, y normalmente lo hacen sin demostrar mucho afecto o cariño al niño. Les dicen a los niños lo que deben hacer, tratan de hacerles obedecer y normalmente no les dan opciones para escoger. Los padres autoritarios no explican por qué quieren que sus hijos hagan las cosas. Si un niño pregunta sobre alguna regla u orden, quizás el padre le conteste, "Porque yo dije" o simplemente “Porque Si”. Los padres tienden a concentrarse en el comportamiento negativo, en vez del positivo, y castigan o regañan a los niños, muchas veces severamente, por que éstos no siguen las reglas.

      Permisivo: Estos ceden la mayoría del control a los hijos. Fijan muy pocas reglas, si es que fijan algunas, y las que sí fijan generalmente no se hacen cumplir de manera uniforme. Quieren que sus hijos se sientan libres. Los padres permisivos dan a los niños tantas opciones posibles, aún cuando el niño no sea capaz de tomar una buena decisión. Tienden a aceptar el comportamiento del niño, sea bueno o malo, y no hacen ningún comentario sobre si le beneficia o no. Por lo general son padres que tienden a “complacer” al niño en todo lo que quiera. Los Padres quizás se sienten incapaces de cambiar el mal comportamiento, u optan por no involucrarse.

      Demócrata o autoritativo son padres exigentes que atienden las necesidades de sus hijos; los cuales establecen estándares claros y son firmes en sus reglas. Utilizan sanciones de manera adecuada; apoyan la individualidad e independencia de los hijos; promueven la comunicación familiar y respetan tanto los derechos de los hijos como los suyos propios. Otro aspecto muy significativo de este tipo de padres es que ajustan las demandas que hacen a sus hijos de acuerdo con sus diferentes niveles de desarrollo. Los padres que tienen un estilo democrático ofrecen opciones según las habilidades del niño.

      CONSECUENCIAS DE LOS ESTILOS DE CRIANZA DE LOS PADRES SOBRE EL DESARROLLO DEL NIÑO

      HIJOS DE PADRES AUTORITARIOS

      Tienden a ser obedientes, ordenados, poco agresivos, más tímidos, poco tenaces a la hora de perseguir metas. Manifiestan pocas expresiones de afecto con los iguales, siendo poco espontáneos, llegando incluso a tener problemas en establecer estas relaciones. Tienen un “lugar de control” externo, baja autoestima y dependencia. Tienden a ser poco alegres, coléricos, aprensivos, infelices, fácilmente irritables, y vulnerables a las tensiones. (VULNERABLES A LA AGRESIVIDAD)

      HIJOS DE PADRES PERMISIVOS

      Tienden a tener problemas para controlar sus impulsos, dificultades para asumir responsabilidades. Son inmaduros. Tienen bajos niveles de autoestima. Tienden a ser más alegres y vitales.

      HIJOS DE PADRES DEMOCRATICOS

      Tienden a tener niveles altos de autocontrol y de autoestima. Son más capaces de afrontar situaciones nuevas con confianza. Son persistentes en las tareas que inician. Son interactivos y hábiles en las relaciones con los iguales, independientes y cariñosos. Suelen tener valores morales interiorizados.

      Según estudios e investigaciones psicológicas, el estilo de crianza Democrático en combinación con el autoritario, favorece la autonomía del niño ya que los padres emplean un estilo comunicativo efectivo, caracterizado por una amplia comunicación comprensiva y bidireccional, repartiendo a la vez adecuadas dosis de disciplinas y normas; lo que no se ve en el padre permisivo ya que no ofrece la orientación y la disciplina que el niño necesita para ser autónomo ni en el caso del padre autoritario, donde se aprecia que controla a los hijos de una manera muy estricta, utilizando el castigo y los golpes que causan inseguridad y temor en el niño.

      Al amar o alabar a un niño, no alabamos y amamos lo que es sino lo que esperamos que sea

      Johann Wolfgang von Goethe

      http://jhsvive.com/jhs/Blogs/tabid/102/EntryId/2/Metodos-de-Crianza-Como-ser-buenos-padres-sin-llegar-a-los-Extremos.aspx

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    • Avatar de 7784 Respondiendo a 7784

      Mmpfff... sí pero no. No sé si alguien ha visto Die Weisse Band y las consecuencias que la educación autoritaria puede tener.

      En mi opinión no hay padres perfectos ni hijos perfectos. Y lo mejor, nadie es perfecto en general. Un hijo puede ser obediente y estudioso, pero tímido y frío. Un hijo puede ser leal y honesto, pero vago.

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    • Avatar de manekineko Respondiendo a manekineko

      Pues claro que nadie es perfecto, pero es que aquí no hablamos de perfecciones, sino de tratar de adoptar un modelo educativo que ayude a nuestros hijos a crecer como personas responsables teniendo en cuenta algo muy importante: el mundo no se hizo en 7 días y la Sagrada Familia aún no está acabada... es decir, las obras más complejas necesitan mucho tiempo.

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    • la información que traigo habla de 3 metodos, el autoritario, el permisivo y democrata. y menciona todo lo que dices en tu nota armando, a conclución menciona que una combinacion del autoritario con el democrata seria una buena manera de aplicar en casa.

    • Avatar de manekineko Respondiendo a manekineko

      Personalmente no estoy de acuerdo con la autoritaria y si he visto la pelicula rara die weisse band. Pero si has leido toda la nota habla de 3 distintos metodos de crianza y explica los pro y contras de dichos metodos. Muy de acuerdo contigo no hay padres ni hijos perfectos. Como alguien mecionó el futuro de nuestros hijos esta en nuestras manos y ese es el dilema, que tan flexibles y que tan rigido con nuestros hijos podemo ser. Al final yo tengo claro que si el dia de mañana mis retoños en su adolencia hagan todo lo contrario a lo que han aprendido en casa, sera un placer decirle, tu escojiste este camino, no me culpes porque no lo aprendiste de mi, y te lo dije que iria mal. Y Siempre es posible volver a empezar.

    • Hola,

      No he podido evitar acordarme de este artículo cuando he leído esto:

      http://www.elpais.com/articulo/sociedad/tienen/todo/excepto/padres/elpepusoc/20110214elpepisoc_1/Tes

      Un saludo

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    • Avatar de joana Respondiendo a joana

      Gracias por compartirlo, Joana!

    • Avatar de joana Respondiendo a joana

      Lo he visto por encima esta mañana, pero ya lo tengo en el bolso para hacer el comentario de texto... Parece tan interesante como descorazonador.

    • Me ha parecido más que interesante el artículo, pero sigue habiendo cosas que me mosquean... Tengo 23 años y acabo de dejar la adolescencia, por diversas causas (mudanza y cierre) acudí a 3 colegios diferentes (desde infantil hasta bachillerato) y he podido conocer a muchísimas personas con educaciones muy diferentes y padres más diferentes aún. Sigo pensando, que no todo es la educación recibida, de hecho, creo que lo más importante es el ambiente, como aquello que decían de: "dime con quién andas y te diré cómo eres". He visto gente con padres permisivos saliendo adelante y a otros quedándose muy atrás y fatal, he visto personas que han recibido un atoritarismo severo y al llegar a la universidad se han desmelenado y no precisamente bien, pero también los ha habido quienes han mantenido su forma de ser y otros que han evolucionado de forma racional. He visto amigos míos con unos padres aparentemente maravillosos y comprensivos, ni demasiado rectos ni liberales que han sacado sus carreras y otros que aún no saben cuánto vale un peine... En fin, he visto casi de todo, y lo que me queda aún por ver...

      Pongo un ejemplo aclaratorio:

      En el colegio en el cual hice la ESO sólo había una clase por curso (colegio de monjas, con uniforme), en la nuestra éramos casi 30 y prácticamente todos solíamos sacar muy buenas notas (había algún que otro rezagado, pero en general eramos muy buenos) a parte de ser respetuosos con los profesores (que no con nosotros, en esas edades las peleas son normales). La clase de un curso más y la de uno menos, eran en principio (1º de la ESO) normales. Cuando fuimos avanzando de cursos no sé muy bien por qué, la clase de un año más empezó a tener problemas, hasta el punto de que en 3º de la ESO, la mitad, y digo LA MITAD de ellos repitió y se pasó a la nuestra. Se notó una barbaridad aquel año que fuimos más, y no porque fueramos más, el evidente retraso en materia y comportamiento que notamos fue enorme. Por suerte los de mi clase original nos salvamos la mayoría y seguimos unidos sacando buenas notas, y puedo afirmar que el 90% de nosotros somos bastante "normales" y estamos en la universidad.

      De la clase que un año más, sólo la mitad llegó a sacarse el bachiller, y los de la clase de un año menos creo que han andado por el mismo camino. No quiero deciros cómo andaban aquellos y aquellas que repitieron, que no repitieron por ser tontos precisamente, pero vamos, que eran las pilinguis y los "malotes" de la discoteca.

      ¿Por qué ocurrió esto? Puedo afirmar de la clase de un año más, que un par de aquellos alumnos tenían padres muy liberales y permisivos, pero en el modo de despreocupados y poco conscientes,(lo sé porque conocí bien a las dos chicas y a los padres de las que me refiero). Pero y los demás? Si tenian padres más o menos preocupados, autoritarios, permisivos... al igual que ocurría en mi clase, por qué les siguieron? por MODAS, porque eran los guays, los que iban a las discotecas por las tardes desde los 13 años y por la noche desde los 15, porque vestían super "guapo" desobedeciendo las normas del colegio, porque sacar un notable era de empollones y algo de lo que avergonzarse. Ahora me direis: Dónde estaban sus padres para educarles en ese momento una vez alcanzado ese punto? Pues donde estaban los padres de los de mi clase, o ignorando la mitad de lo que sus hijos hacían o no pudiendo hacer nada ya.

      La solución que creo más conveniente es utópica: Si todos educamos bien a nuestros hijos, y con eso me refiero a TODOS, no tendremos que preocuparnos por las amistades que hagan, porque serán niños y niñas buenos.

      Esto es el pez que se muerde la cola, o un efecto mariposa: basta que una pareja EDUQUE mal a sus hijos para que ellos hagan AMISTADES y fastidien la educación que otros padres han brindado a los suyos.

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    • Avatar de noa.ortiz Respondiendo a noa.ortiz

      Claro Noa, ya he dicho que es una cuestión relacionada con muchos factores. La necesidad de formar parte de un grupo de iguales es muy fuerte en la adolescencia, pero más peligrosa será esta situación si la persona llega con media/baja autoestima, porque más ganas tendrá de ser aceptado y más fácilmente se sumará a lo que haga falta.

      Los padres ahí tienen una responsabilidad enorme, la escuela y el resto de niños y adultos, también, por supuesto.

    • Querido Armando,

      Este es un tema bien interesante, porque los padres de hoy en dia, estamos mas informados que nuestros padres, antes habian patrones, por todos lados, (politicos, culturales etc.) con la llegada de la tecnologia a nuestras manos con un click estamos en cualquier parte del mundo, conocemos de distintas culturas y costumbres y al tener en nuestras manos el futuro del mundo nuestros hijos, y como padre responsables queremos darle una mejor calidad de vida, mas tiempo, mas comunicación y una mejor educación. Con este tema has tocado una tecla de alerta a muchos padres a cuestionarnos que tan flexibles ó que tan fuertes podemos hacer con nuestros hijos. En algun lugar lei: a los niños cuando son pequeños les dejamos pasar todo porque estan pequeños, y cuando ya estan grande ya no los podemos corregir porque estan grandes y ya no se dejan manejar entonces cuando encontrar el balance. Por lo tanto el metodo democrata-autoritario es una buena opción porque le damos libertad más correción, a nuestros hijos. Bueno en fin un tema interesante con mucha tela a cortar.

      Saludos.

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    • Avatar de 7784 Respondiendo a 7784

      Yo creo que el método más lógico es el democrático, ya que en este método también se corrige, pero de una manera más lógica que en el autoritario: no se hacen las cosas por que sí o porque lo dice el que ejerce la autoridad, sino que se corrige algo mediante el uso de la palabra y tratando de enseñar unos valores.

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