Beneficios de la leche materna en cada etapa

Beneficios de la leche materna en cada etapa
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La decisión de amamantar a un hijo es, sin duda alguna, algo que debe tomar la mujer, pero, también es indispensable que, para que su decisión sea realmente libre e informada, disponga de conocimientos y apoyos. El niño, y también a la madre, reciben muchos beneficios de la lactancia materna en cada etapa de la infancia.

Aunque se realizan campañas para fomentar la lactancia materna el peso de la alimentación artificial sigue siendo muy fuerte y, en el fondo, es complicado revertir ideas que han equiparado ambas formas de alimentarse con esa expresión conocida de “con el biberón se crían igual de bien”.

Afortunadamente esa afirmación hoy está claramente rebatida por múltiples estudios que demuestran que la leche artificial se relaciona con una mayor incidencia de problemas de salud. Sin embargo, la leche artificial alimenta y mantiene razonablemente sanos a los bebés y, bajo consejo médico, sirve para que puedan crecer perfectamente si la madre no puede o no desea dar leche materna.

Pese a ello, recordar a las madres lo que ofrecen a sus hijos con su propia leche es, por supuesto, una manera de incentivarlas a lactar el tiempo que les sea posible.

El recién nacido

Si una mamá le da el pecho a su recién nacido en el primer día de vida le ofrece el calostro, una substancia que le proporciona la energía que necesita esos primeros momentos, le transmite inmunidad y es lo que el tracto digestivo necesita para comenzar su funcionamiento. Incluso si solamente le damos el pecho dos o tres días estaremos ofreciéndole un alimento que cuidará su salud a su llegada al mundo.

Las primeras semanas pueden ser duras para la lactancia. La madre y el bebé no están acoplados y, si han tenido interferencias en el parto o los primeros días, las dificultades pueden ser mayores.

Sin embargo ser amamantado ese primer mes de vida ya va a suponer un nuevo refuerzo para su salud, proporcionandole el alimento más equilibrado en nutrientes para su organismo, un aporte de proteína muy adecuado y una leche libre de contaminación bacteriana. Esto previene muchas enfermedades y contagios que, en los bebés pequeñitos, contribuye a que sus tasas de hospitalización sean menores.

El primer año de vida

Durante los cuatro primeros meses el bebé desarrolla su sistema digestivo y, si después le damos leche artificial, tendrá menos posibilidades de tener alergías y problemas digestivos o de oído.

A partir de los seis meses el bebé está preparado para recibir otros alimentos además de la leche, pero hasta entonces se aconseja la lactancia materna exclusiva. Seguir dándole el pecho a partir de entonces no disminuye su importancia alimenticia, destacándose que la leche materna contiene substancias perfectas para mejorar el desarrollo cerebral y se ha relacionado incluso con mayores coeficientes intelectuales. Además, con la leche materna, el pequeño sigue recibiendo la leche más adaptada a sus necesidades, hipoalergénica, estéril y siempre disponible.

Hasta los dos años

Cuando el bebé cumple un año ya podrá tomar muchos de los alimentos habituales de la familia y, si mantenemos la lactancia, tendremos todas sus necesidades nutricionales cubiertas sin comprar ni preparar productos industriales de ninguna clase. Las enfermedades infecciosas siguen siendo menos frecuentes y el sistema inmune se desarrolla con el apoyo de la leche materna que tendrá propiedades en este sentido durante todo el tiempo que amamantemos.

Además, la lactancia sigue siendo una forma de vínculo, facilitando la comunicación y la cercanía de la madre y el hijo en momentos complicados, ayudando a que el niño se relaje si se ha hecho daño o tiene miedo, o si ha tenido un disgusto.

La Organización Mundial de la Salud, la Asociación Española de Pediatría y UNICEF aconsejan la lactancia materna como mínimo hasta los dos años, por los evidentes beneficios nutricionales, cognitivos, emocionales y de salud que implica. A partir de los dos años la leche materna sigue siendo igualmente adecuada para los niños, ya que siguen necesitando leche y ninguna es mejor que la de su madre humana por mucho que se invente. La proporción de proteína, grasa e hidratos, además de todas las substancias que incluye la leche materna, es la perfecta para el desarrollo físico, inmunológico e intelectual de los niños.

El destete

Los niños humanos están diseñados naturalmente, como mamíferos, a ser destetados entre los dos años y medio y los siete, y es la pauta que se constata en todas las culturas que no presionan para el destete decidido externamente.

Permitir al niño mamar hasta que esté preparado y desee el destete le proporciona una gran seguridad en que sus necesidades básicas tanto físicas como emocionales han sido respetadas y mantiene, durante la infancia, ese aspecto de contacto y comunicación que el ser humano encuentra en el pecho materno. Si el niño debe ser destetado antes de desearlo hay que hacerlo con delicadeza, poco a poco, permitiéndole adaptarse a la nueva situación sin excesiva presión ni dureza.

Beneficios de la leche materna en cada etapa

La lactancia materna es muy importante para la salud y desarrollo de los niños, y darles el pecho es una decisión que cada mujer tomará por si misma, disponiendo de toda la información posible. Pero merece la pena saber todo lo que le daremos en cada etapa de su infancia con la leche materna para estar seguras de que, incluso si es un solo día, habrá valido la pena.

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