Tienes pensado amamantar a tu bebé porque sabes que es el mejor alimento que puede recibir. Sabes que se recomienda que tomen solo leche materna hasta los seis meses, de manera exclusiva, y sabes que se recomienda que el bebé siga mamando al menos hasta los dos años, entre otras cosas porque es positivo a nivel inmunológico, aportándole siempre defensas, y porque es positivo a nivel de relación, al crearse un clima de confianza muy positivo entre ambos.
Sin embargo, recibes información por todas partes, a veces contradictoria, y parece que cuanto más quieres saber menos claro lo tienes y más dudas aparecen. Por eso hoy, en Bebés y más, queremos ofrecerte seis consejos, seis cosas que debes tener en cuenta para sentar unas bases y empezar la lactancia con buen pie.
1. Cuanto antes empiece, mejor
Hasta hace unos años un bebé recién nacido era separado inmediatamente de su madre para ser valorado por los médicos. Le pesaban, medían, lavaban y vestían, valoraban la permeabilidad de la nariz, del año, con sondas, le ponían crema en los ojos, le aspiraban la boca, le administraban vitamina K intramuscular y cuando habían acabado con todo se lo daban a la madre en el mejor de los casos, o lo dejaban en una nursery o nido, en el peor de los casos.
La consecuencia de esa separación y de todos esos métodos que se hacían por protocolo eran que a la hora de tomar el pecho, cuando el bebé por fin tenía acceso a él, había muchos problemas. Los niños no se cogían bien y era necesaria mucha constancia y mucho trabajo para lograr una lactancia saludable.
Ahora se sabe que si la madre y el bebé no se separan y al nacer es puesto sobre ella, dejándoles juntos hasta que haga la primera toma, el éxito en el agarre es tres veces mayor. Es decir, la probabilidad de que el bebé se coja bien al pecho es del triple que si son separados, así que lo ideal es que el bebé inicie la lactancia en la primera hora de vida.
2. Que abra bien la boca
Los bebés, para mamar bien, tienen que abrir la boca, pero bien abierta. Si están muy cansados, si la abren poco, pueden cogerse solo del pezón y hacer daño. Hay que tener un poco de paciencia y no darle el pecho enseguida si está abriendo poco la boca. Suele recomendarse poner el pezón a la altura de la nariz del bebé, incluso tocarle la nariz con él. Esto hace que el bebé sepa que está ahí arriba y que deba abrir bien la boca y echar la cabeza para atrás para cogerlo.
Los bebés no maman del pezón, maman de la areola, maman el pecho. Pero el pezón debe quedar arriba, en el paladar. Por eso, para lograr una buena posición, hay que orientarlo hacia allí, hacia la nariz. Entonces lo introducirá en la boca por la parte superior y con la lengua, que es con lo que mama, logrará extraer la leche sin hacer daño. Si coge sólo el pezón, o lo coge en el centro de la boca, es más fácil que haya dolor y grietas por mala posición.
3. No le cojas la cabeza y ponlo en el antebrazo
La cabeza tiene que tener libertad para poder echarse hacia atrás y por norma general no les gusta que les sujetemos de ahí, porque intentan librarse de la mano que les aprieta hacia el pecho. Se recomienda poner la mano en su espalda, para sujetarle, y dejar reposar su cabeza en nuestro antebrazo, para que no la pongamos en la articulación del codo, donde podría cogerse al pecho en mala posición.
La posición de dar el biberón es esa, boca arriba, con el bebé a la altura del codo, pero la posición para mamar es de lado, con el bebé orientado hacia el pecho y con la cabeza en la posición oportuna para que el pezón le quede a la altura de la nariz. A veces sí quedará su cabeza donde decimos, en el codo, pero muchas veces quedará en medio del antebrazo, por eso no es eso lo determinante, sino, como digo, donde quede el pezón con respecto a su nariz.
4. No tengas prisa para ponerle el chupete
El chupete es un elemento opcional. Tan opcional que hay muchos bebés que ni siquiera lo quieren, y muchos padres que ni siquiera lo llegan a ofrecer. Por poner un ejemplo (en realidad tres ejemplos), mi hijo el mayor no lo quiso ni por activa ni por pasiva y al mediano y al pequeño ni siquiera se lo ofrecimos. Para calmarse tenían la teta y los brazos de mamá y papá y nunca nos hemos tenido que preocupar de tener que quitárselo.
Pero ya no es solo una cuestión de que sea opcional o no. El chupete tiene algunos beneficios, como el de disminuir el riesgo de muerte súbita, al promover la succión durante la noche (si el bebé está succionando, va respirando y el riesgo de que deje de respirar es menor), pero para que lo coja es mejor esperar a que la lactancia esté bien instaurada.
Algunos bebés llegan a confundir la manera en que maman con la manera en que cogen el chupete. El pecho se coge con la boca bien abierta y el chupete con la boca bien cerrada, si se confunden y tratan de hacer con el pecho lo mismo que con el chupete no mamarán bien, no lograrán extraer suficiente leche, harán daño a la madre, le provocarán grietas y empezarán los problemas. Por eso se suele recomendar esperar al menos un mes para ofrecerle el chupete. Además, si se empieza muy pronto con el chupete, el hecho de succionar puede hacer que el bebé se quede dormido en algún momento de llanto, cuando lo que debía hacer, en realidad, era comer.
5. Busca un grupo de apoyo a la lactancia, incluso si va bien
La información es poder, y lo es tanto cuando tienes problemas como cuando no los tienes, por si los llegaras a tener algún día. Además, tu experiencia puede ser útil para otras madres, cuando veas que pasan las semanas y los meses, controlas el tema cada vez más, y llegan mujeres con bebés recién nacidos y mil dudas.
En la página de IHAN puedes ver todos los grupos de apoyo a la lactancia que hay en España y escoger uno que tengas cerca, para acudir cuando te vaya bien y escuchar las dudas, los problemas y las soluciones relacionadas con la lactancia y también, seguramente, con otros temas relacionados con la maternidad.
6. Amamantar no significa no poder tomar medicamentos
Decir que las mujeres que amamantan a sus bebés no pueden tomar apenas medicamentos es un mito. El problema es que este mito lo creen muchos profesionales de la salud y, a la hora de visitar a mujeres que amamantan tienen muchos problemas para recetar medicamentos totalmente compatibles.
Hay madres que han sufrido sin necesidad por no tomar lo que debían tomar, otras han dejado de dar el pecho a sus bebés porque les dijeron que "o el medicamento o la lactancia". Vale la pena saber, desde un principio, que la mayoría de medicamentos son compatibles y tener siempre a mano la página web E-Lactancia, donde pueden realizarse búsquedas de medicamentos y otras sustancias para saber hasta qué punto son seguros o no.
Fotos | Thinkstock
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