El banco de niebla: la habilidad social que usan las personas que saben encajar una crítica

El banco de niebla: la habilidad social que usan las personas que saben encajar una crítica
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A nadie le gusta que le critiquen o le contradigan, ¿verdad? Aunque claro, no es lo mismo una crítica con mala intención, que una crítica constructiva. Sin embargo, también es cierto que a veces reaccionamos desproporcionadamente ante ciertos comentarios, o justo todo lo contrario, nos volvemos pasivos y no decimos nada (aunque ese comentario nos haya dolido).

Lo mejor en estos casos es trabajar la asertividad. Pero en esta ocasión vamos a hablar de otra habilidad social relacionada, que denota inteligencia emocional y que también puede resultarnos muy útil a la hora de encajar las críticas y de responder a ellas elegantemente: el banco de niebla.

También denominado "claudicación simulada" o "no parcial", consiste en saber dar la razón ante una discusión, pero sin perder la integridad y el punto de vista propio. Descubre más sobre ella y cómo llevarla a cabo.

El banco de niebla: así puedes aplicarlo y por qué es tan útil

La técnica del "banco de niebla" es una habilidad social y una estrategia de comunicación que se utiliza para encajar críticas de manera efectiva y constructiva.

La metáfora del banco de niebla se refiere a la capacidad para desviar el foco de atención de la crítica en sí, a través de este banco de niebla que creamos, simbólicamente, con algún comentario, para lograr responder asertivamente sin reaccionar, pareciendo que damos la razón al otro pero sin darla realmente (lo veremos mejor en ejemplos).

Así, se trata de crear una distracción ante nuestro interlocutor mediante una serie de frases estratégicas, pero sin ceder en la postura inicial y reconociendo los argumentos y las quejas de las otras partes, de tal forma que esa postura no sea considerada como un ataque directo.

Y como sabemos que rechazar frontalmente una petición puede provocar una situación incómoda o violenta, con esta técnica vamos a:

  • 1. Aceptar algo pero condicionándolo a terceras situaciones, y, rápidamente...
  • 2. Comentar cuestiones ya realizadas o centrarse en los puntos que más interesan.

Estos pasos llevarán a la otra parte a mover el foco de su zona de confort y a olvidarse de sus demandas, por lo menos temporalmente. De ahí la niebla que creamos y que comentábamos en la metáfora.

Con ella aprenderemos a recibir críticas sin reaccionar defensivamente o de manera agresiva, sino más bien manteniendo una actitud abierta, receptiva y comprensiva hacia la retroalimentación recibida. Pero, vayamos con un par de ejemplos prácticos para entender mejor la estrategia.

Ejemplo práctico del banco de niebla en el trabajo

Imagina que estás en la oficina y que un compañero cuestiona tus habilidades a la hora de organizarte. Y te dice que claro, deberías organizarte mejor, porque estás atrasando al resto del equipo y esto no puede ser. Sin embargo, tú no percibes para nada que esto sea así, y además, tienes razones de peso para tardar más de la cuenta (por ejemplo, los superiores te sobrecargan de tareas).

Si aplicamos la técnica del banco de niebla, en lugar de dejarnos llevar por nuestros impulsos emocionales y salir en defensa de nuestro trabajo ("¡eso no es verdad, yo me organizo bien!" o "nos estáis sobrecargando con tareas" (eso sería reaccionar en lugar de responder, que es lo que queremos aquí), vamos a reconocerle al otro que en parte "tiene razón". Que entendemos su preocupación de que no salga el trabajo a tiempo; sin embargo, no cedemos en nuestra postura.

Sería algo así como: "Entiendo tu preocupación por cumplir con los plazos de entrega del proyecto". Aquí no le reconocemos que nosotros no nos organizamos bien (y no mostramos nuestro acuerdo con su afirmación), simplemente validamos su emoción o postura, y así podremos tratar de nuevo su preocupación cuando esté menos molesto.

Y será en ese otro momento cuando expongamos nuestra postura, explicando por ejemplo que todos tenemos más tareas asignadas con las que cumplir a parte de ese proyecto común, que para nosotros es más cómodo otro modelo de planificación, etc., pero sobre todo, que ir al ritmo del equipo de trabajo es una de nuestras prioridades.

Otro ejemplo de la técnica, aplicado a la amistad

Carla y Nora son amigas. Nora llega tarde a la cita que tenían, y ya hace días que está un poco "en su mundo", más distante, por problemas personales. Carla no lo sabe y le recrimina haber hecho tarde: "Últimamente estás muy out, y encima hoy llegas tarde. ¿Por qué no te organizas mejor? Por culpa tuya ya no llegamos al cine".

Nora, al aplicar la banco de niebla, contestaría: "Entiendo que sea importante para ti llegar al cine, y tienes razón, con la hora que es, no llegamos. Otro día podemos quedar con más antelación. Sin embargo, también hubiera agradecido que me lo hubieras dicho de otra manera. ¿Nos tomamos algo y luego lo hablamos?"

Y después, cuando Carla esté más tranquila, Nora le dirá: "Si he llegado tarde es porque últimamente no estoy bien. Me gustaría hablar contigo de esto" (y pueden hablar más tranquilamente). Como vemos, Nora no invalida el enfado de Carla, pero sí desplaza el foco del conflicto o el motivo de crítica hacia otro lugar, para, posteriormente, abordar el tema.

Dar la razón pero sin darla realmente y además, 'quedar bien'

Como hemos visto a través de los ejemplos, esta técnica, en cierta manera, implica "dar la razón" pero sin darla realmente, quedando bien y sin entrar en conflictos innecesarios. Y esto lo hacemos gracias a que, con ella, estamos aprendiendo a:

  • Escuchar activamente: la técnica del banco de niebla implica escuchar al otro de forma activa, sin interrumpir, juzgar o interpretar prematuramente.
  • Responder en lugar de reaccionar: conlleva no responder con impulsividad (eso sería reaccionar), sino de forma más reflexiva.
  • Demostrar empatía: implica ponerse en el lugar del otro y tratar de comprender su punto de vista, aunque no lo compartamos.
  • Desviar el foco: desviamos el foco de atención de la crítica, nos centramos en otros aspectos menos conflictivos o que ya funcionan, para "desarmar" a la otra persona, ganar tiempo y poder hablar del tema conflictivo más tarde.
  • Hacer prevalecer nuestra dignidad: a través de esta técnica, no cedemos ni cambiamos nuestro punto de vista (al menos, no radicalmente), y no "damos la razón porque sí", sino que reconocemos una parte del problema o de la preocupación del otro mientras nos mantenemos firmes en nuestra postura. Pero todo eso, de forma "disimulada" o encubierta (por eso es el banco de niebla).

Foto | Portada (Freepik)

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