Son ya varias las ocasiones en que la lactancia de una madre a un hijo acaba suponiendo un perjuicio, no por temas de salud o desarrollo, sino por la visión negativa de la sociedad hacia la lactancia prolongada.
Si hace medio año conocimos el caso de Habiba, a la que quitaron literalmente a su hija por darle el pecho, ahora conocemos el caso de Begoña López y su hijo Kosmo, de cuatro años, que hasta ahora ha estado tomando pecho.
Sus padres están en proceso de divorcio y la solución, desgraciadamente, está en manos de los jueces. Como siempre, a la hora de dar la custodia a uno de los padres, o a la hora de hacer que sea compartida, se valoran muchos temas y al parecer la lactancia prolongada de Kosmo se ha llegado a convertir casi en un monotema, en este caso, haciendo que sea una de las razones de más peso para que los jueces hayan decidido dar la custodia total al padre, negándosela a esta madre española que vive en Alemania.
Seguro que en estos momentos estáis pensando lo mismo que yo pensé al conocer la noticia “niegan la custodia por dar el pecho”: no sabemos qué otros temas hay detrás, pensé yo. Es cierto, Begoña comenta en el vídeo que temas hay muchos, y esto es algo evidente, porque cuando una pareja se separa y la solución tiene que llegar a través de un juicio, la más mínima discusión, la más mínima decisión en la que la pareja no estuviera de acuerdo con respecto al niño, sale a colación.
Sobre estos temas no hay nada que decir, primero porque no los conocemos y segundo porque, como digo, en todos los juicios saldrán miles de temas similares, sin embargo sí hay un tema injusto y es utilizar la lactancia materna prolongada como arma. Digo injusto porque cuando un padre llega a un juicio y dice “¡Ah! Tenga en cuenta que mi mujer le está dando el pecho, y eso que tiene ya cuatro años”, los jueces deberían hacer lo mismo que en la consulta del pediatra hacemos, girarnos hacia la madre, decirle que eso está muy bien, que es una decisión libre, no perjudicial y beneficiosa para los hijos y que le felicitamos por ello, para a continuación volver a mirar al padre y decirle: “siguiente asunto, por favor”.
Recuerdo en unas jornadas de lactancia a una abuela que se acercó a los profesionales que allí estábamos para informar que nos preguntó: “¿Verdad que dar el pecho a un niño de tres años es malo?”. “No señora, no es malo”, le respondí yo. Ella insistía en que bueno no podía ser y yo le insistía en que malo no podía ser. Evidentemente, ni ella me convenció a mí, ni yo le convencí a ella, pero una cosa es que haya una opinión negativa hacia algo porque te parece feo o inadecuado (cada cual es libre de pensar positiva o negativamente sobre la lactancia prolongada) y otra cosa es que en un juicio, la lactancia materna se convierta en un tema casi único y en motivo principal para negar la custodia a una madre.
Según han dictaminado los jueces, lo que Begoña estaba haciendo con su hijo Kosmo es una irresponsabilidad, porque dar el pecho a un niño de esta edad hace que se vean afectados el crecimiento y la evolución del niño.
Sabemos ya desde hace tiempo que la lactancia prolongada no es perjudicial para los niños a nivel de desarrollo, lo sabemos porque cada vez hay más niños que maman hasta los cuatro y más años y lo sabemos porque hace ya muchos años que la AAP (Academia Americana de Pediatria) declaró que dar de mamar a un niño de tres o cuatro años era raro, extraño, poco habitual y que por eso tendía a generar rechazo o controversia, pero que en ningún caso era algo negativo para el niño, y sabemos que no afecta al crecimiento de los niños, porque la leche materna es leche, alimento, y es imposible que un niño que se alimenta vea afectado su crecimiento (a no ser que tenga una enfermedad que afecte al crecimiento, que le afectaría tomara la leche que tomara).
Por esta razón Begoña pide ayuda tanto para ella como para su hijo. Ayuda en forma de cartas de padres, madres, abuelos, abuelas, profesionales de la salud, etc., donde se explique la experiencia única de la lactancia prolongada, donde se hable de ello con naturalidad, mostrando que no es algo negativo, no es dejadez, no es capricho, sino simplemente una forma de relacionarse con el niño que solo madre e hijo pueden tener y una manera más de darle el alimento más sano que existe. Amamantar es una decisión privada que debería formar parte de la intimidad y privacidad de cada madre e hijo y es un tema que nunca debería ser utilizado en un juicio.
Si queréis enviar cartas de apoyo a esta madre, podéis hacerlo en la siguiente dirección:
Begoña López Álvarez – Kosmo Hugo Krug López
Schwendy weg 6
13587 Berlin
Deutschland
También podéis enviarlas a su mail: blodesign3@googlemail.com, aunque deberían ir firmadas, acompañadas del número de DNI y, si es posible, de una fotografía dando el pecho a vuestro hijo/a.
La lucha es por Begoña y por Kosmo, pero lo es también por todas las personas que tratamos de informar cada día acerca de lo beneficioso que es dar el pecho, derribando mitos, luchando contra los prejuicios y tratando de que la lactancia, y la lactancia prolongada, sean simplemente una manera más de relacionarte con tu hijo y de alimentarle. Un derecho de cada madre y cada hijo.
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