En todas las épocas, los padres han buscado una forma de llevar al bebé que les sea cómoda en los desplazamientos. Desde atarlos con un trozo de tela a las bolsas, han trasportado a los bebés de diferentes maneras.
Hoy en día, la mayoría de los padres los llevamos en modernos carritos que han evolucionado hasta hacerlos cada vez más prácticos.
Pero, ¿de dónde nace la idea de los carritos para bebés?
La idea del cochecito de bebés surge del arquitecto William Kent, quien era el encargado de diseñar los jardines de Inglaterra, muy conocido por su trabajo.
En 1733 el Duque de Devonshire preguntó a Kent si podía construir un medio de transporte que divirtiera a sus niños. Kent obligado a construir dicho artefacto, hizo una cesta con ruedas donde los niños podían sentarse en ella. Fue decorada y era tirada por un pony o una cabra. La idea rápidamente gustó a otros miembros de la familia real que tuvieron objetos similares. Estos modelos se caracterizaban por ser muy altos e inseguros y estaban destinados exclusivamente a los padres de la alta sociedad.
Los carros de esa época eran muy diferentes a los actuales. Estaban hechos con madera o mimbre y los arneses eran de cobre amarillo muy costoso. Eran de lujo y se convirtieron en obras de arte pesadamente adornadas. Los modelos también tenían nombres de princesas y duques como: Balmoral y Windsor.
En ese tiempo los carros de bebé eran empujados siempre por animales, pero en 1848 apareción un revolucionario diseño. El americano Charles Burton decidió poner manillares en ellos a modo de que los padres pudieran empujarlos. Esta idea no fue aceptada en América, así que Burton se mudó a Inglaterra y allí personajes como la reina Isabella, y el Pasha de Egipto, utilizaron estos modelos.
En junio de 1889, un nuevo diseño del carro se apareció a la escena pública. William Richardson patentó su idea del primer cochecito reversible. La cuna fue diseñada para que el bebé fuera de frente o de espaldas a los padres. También realizó cambios estructurales al carro. Los ejes antes no permitían que las ruedas se movieran por separado. El diseño de Richardson permitió el aumento la maniobrabilidad de los carros.
Mientras que los años 20 comenzaban, la Primera Guerra Mundial acababa. Los carros modernos del bebé estaban disponibles ahora para todas las familias. También eran más seguros, con nuevas características como ruedas más grandes, frenos, más amplios para niños más grandes, y más robustos. Antes de 1950, estos carros eran obligatorios para todas las familias.
Antes del año 80, otra medida fue incorporada por Phil Baechler que con dos ruedas de bicicleta ideó el sistema basculante para el bebé.
Desde los años 80 la industria del cochecito se ha desarrollando de manera vertiginosa. Las nuevas características, una construcción más segura, y más accesorios han abierto un mundo nuevo a padres y bebés.
Vía | The signal