Esta semana se ha producido una guerra de compencias entre matronas y ginecólogos en el Hospital Materno-Infantil de Málaga. Recientemente, y siguiendo para ello las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de la Estrategia para la atención del parto normal, se había decidido, por parte de la dirección de este centro hospitalario, que los partos normales, en los que no hubiera ninguna complicación, fueran atendidos en exclusiva por las matronas y solamente pedir la intervención de los ginecólogos si se produjeran circunstancias especiales que hicieran necesaria su atención. Hasta aqui, todo correcto.
Sin embargo la reacción de los ginecólogos no se hizo esperar. A pesar de ser sabido que el parto no es una enfermedad y que, si todo es normal, las profesionales adecuadas para atender a la mujer son las matronas, se mostraron poco dispuestos a ceder lo que hasta entonces era su competencia.
La guía que había propuesto la dirección del centro y que firmó el director de ginecología les parecía inadecuada. En su opinión un parto puede ser en cualquier momento un riesgo vital y solamente un ginecólogo debe tener el control último de las decisiones. Si bien esto pudiera ser cierto con muchos matices, suponer que una matrona, que dispone de la titulación legislativamente adecuada y formativamente completa para detectar esos riesgos, no pudiera determinar que la atención del ginecólogo es necesaria, supone una gran desconfianza, en mi opinión, en la competencia de dichas profesionales.
Veamos todos los datos.
¿Puede un parto normal convertirse en un parto con riesgos? Pues claro, puede suceder, pero precisamente la matrona determina cuando esto sucede y es capaz de acudir, entonces a que sea un ginecólogo quien tome las riendas.
En el fondo creo que subyacen, en el conflicto, dos cuestiones. Una es de tipo sencillamente competencial, en la que el coorporativismo hace complicado que un sector profesional se resigne a dejar una parcela de decisión y de trabajo. Por otro lado, la segunda, que es la formación que reciben los ginecólogos, que creo que les hace ver el parto como un trance de grave riesgo vital, en el que la parturienta se convierte automáticamente en enferma, y en el que ellos, y solo ellos, le salvarán la vida con intervenciones médicas.
Todo esto nos ha conducido a la excesiva medicalización de los partos, a las provocaciones, las inducciones, las fechas fijadas, las cesáreas programadas, los partos instrumentales y las cesáreas en tasas altísimas. En el fondo, la intervención médica del parto lo desvirtúa, lo convierte en una enfermedad, en el mismo momento en el que se acelera, se condiciona y se interviene médicamente en exceso.
La guerra de competencias se había desatado pero, sin embargo, la reacción del centro fue rápida, devolviendo a los ginecólogos la atención al parto normal, desdiciendose de lo anteriormente decidido por las presiones recibidas.
Quiero destacar que el Materno Infantil de Málaga tiene una tasa de cesáreas del 25%, lo que supera en mucho lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que es entre un 10 y un 15%. Y se sabe que la medicalización y la programación de partos es una de las principales causas de estas tasas altas de nacimientos no vaginales ni normales.
En el Hospital de Málaga vuelven a ser los ginecólogos los que tendrán el control de las decisiones y la atención en los partos normales.
La guía que se había propuesto en el Hospital Materno-Infantil de Málaga indicaba que la atención y las decisiones en los partos normales serían competencia de las matronas. El enorme descontento de los ginecólogos, aduciendo razones de organización y de peligro para las mujeres y los bebés ha tenido como consecuencia que su aplicación sea retrasada a una nueva redacción.
Todo indica que queda muy claro que incluirá una competencia doble de ginecólogos y matronas en los partos normales, lo que, en realidad, me temo que termine materializándose en que los médicos serán quienes decidan incluso si todo parece que va bien en opinión de la matrona.
Se ha dado marcha atrás y la guía ha quedado sin validez. El gerente del Hospital de Málaga se reunirá esta semana con el director médico, el director de ginecología y los médicos, y es de esperar que también las matronas, para que la nueva redacción recoja que los especialistas en obstetricia y ginecología sean corresponsables de los partos sin complicaciones.
La Asociación de Matronas Andaluzas han hecho público su malestar, solicitando que se aclaren perfectamente las competencias de los profesionales.
La Asociación Andaluza de Matronas ha solicitado una reunión con la Consejera de Salud, Mª Jesús Montero con el fin de que intervenga y se manifieste respecto a las últimas declaraciones en prensa que y se posicione sobre el profesional adecuado para atender un parto normal de bajo riesgo. La Asociación Andaluza de Matronas quiere expresar el malestar percibido por este colectivo ante la actitud denigrante de algunos centros hospitalarios que ponen en entredicho la capacidad de las matronas para atender el parto de bajo riesgo.
La red se ha movilizado en apoyo a las matronas y para defender, lo que en opinión de muchos, es una forma de atención que redunda en beneficio de la posibilidad de tener partos no medicalizados sin necesidad. Existe incluso un grupo en FaceBoock y la Asociación Criar con Apego, con sede en Málaga, ha iniciado una campaña para solicitar que se retorne el parto normal a la competencia de las matronas.
La Asociación Criar con Apego quiere expresar su preocupación por la situación de las matronas en el Hospital Materno-Infantil de Málaga. Dicho hospital ha elaborado una guía clínica sobre el parto normal en la que, en un principio y tal como recomienda la OMS, se otorgaba a la matrona plena autonomía en la atención a este tipo de partos. Pero debido a las presiones de los ginecólogos, quienes consideran que esto supone arrebatarles competencias, el hospital ha echado marcha atrás y hará constar en dicha guía que la responsabilidad de dicha atención sea compartida por matronas y ginecólogos.
También la asociación El Parto es Nuestro se ha hecho eco de lo sucedido, calificándolo de un paso atrás.
Por este motivo, desde la asociación “El Parto es Nuestro” queremos hacer llegar nuestro apoyo a las matronas del hospital Materno-Infantil de Málaga en su propuesta de ser las profesionales encargadas de la atención al parto normal y mostrar nuestro desacuerdo a la Junta Directiva del citado hospital por ceder ante las críticas originadas con la primera versión de la guía. Estamos convencidas de que estos retrocesos no sólo devuelven a la matrona, una vez más, a la posición de “enfermera de Ginecología”, sino que perjudican de forma manifiesta a las usuarias de los servicios de maternidad malagueños.
Yo creo que ha llegado el momento de que los médicos ginecólogos asuman cual es su papel en la atención al parto y dejen el parto normal en manos de quienes deben asistirlos, sin más guerras de competencias como la sucedida en Málaga. De verdad, que no creo que pierdan poder o puestos de trabajo por ello, ni que acceder a este cambio vaya a suponer peligro alguno para las mujeres y los bebés, sino todo lo contrario, pues parir normalmente no es estar enferma.
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