Profesionales que recomiendan que los recién nacidos no reciban visitas

Profesionales que recomiendan que los recién nacidos no reciban visitas
4 comentarios

Los primeros nacimientos en una familia o en un grupo de amigos, los primeros nietos o bebés de la pandilla, suelen estar muy solicitados en sus primeras horas de vida. Nadie quiere perderse el gran acontecimiento del nacimiento del bebé, y todo estaría bien si no fuera porque, para la madre y el propio pequeño, no es lo más aconsejable que el recién nacido reciba tantas visitas.

Por ello en algunos hospitales y algunos profesionales médicos ya están haciendo lo posible para concienciar a los padres (y a las visitas) de que los recién nacidos y sus madres necesitan tranquilidad, por su bienestar.

Madre y bebé acaban de pasar por una situación más o menos estresante, la madre a menudo está exhausta, el bebé cambia el mundo de tranquilidad del interior del vientre por el ruidosos y luminoso exterior, y lo que más necesita esas primeras horas es sentir el calor de la madre, el contacto piel con piel, y ser amamantado precozmente.

Y todo ello es mucho mejor en un entorno tranquilo, que permita a la madre estar más relajada. Y es que nacer en un entorno acogedor y respetuoso no tiene por qué estar limitado al momento del parto, también en el postparto es necesaria la intimidad, ya hablemos de parto vaginal, ya de cesárea.

Por ello cada vez más médicos recomiendan que por lo menos las primeras 24 horas transcurran para el bebé solo con la compañía de su mamá y su papá, sin visitas, lo cual muchas veces puede generar resquemores entre los parientes cercanos.

De este modo se favorece el vínculo con la madre y se facilita la lactancia, pues la madre está más tranquila y en esos momentos en que no sabes ni cómo coger al bebé se agradece no tener espectadores que te pongan nerviosa. También se evita la transmisión de gérmenes, de más personas que tocan al bebé.

La primeras horas y los primeros días del bebé

Todo esto es positivo porque las primeras doce horas son el momento más sensitivo para el bebé, particularmente en cuanto al oído y el olfato, por lo que es importante el contacto y la intimidad con la madre.

Incluso, hay profesionales que suelen aconsejar a sus pacientes que extiendan esa costumbre el mayor tiempo posible, al menos los primeros quince días, ya que si hay visitas en la casa la mamá tiende a estar menos con su hijo.

Y, por supuesto, la propuesta es tanto para la mamá como para el papá, el cual tiene cada vez más participación en todo el proceso, desde la sala de partos.

Por suerte, y aunque todavía queda mucho camino por recorrer, en los últimos años se han ido instalando con fuerza conceptos que tiene que ver con el respeto a los tiempos del proceso de parto y a los deseos de la madre, así como todo aquello vinculado al bienestar tanto de ella como del niño en un momento tan decisivo.

De todas formas, hay que señalar que hay distintos tipos de familias en la planta de maternidad de un hospital, desde las más escandalosas a las discretas, y por supuesto siempre la última palabra en cuanto a visitas la debería tener la madre o los padres.

Los padres deciden quién quieren en su habitación las primeras horas de vida del bebé. Ésta debería ser una decisión respetada y no cuestionada por familiares y amigos que pueden quedar excluidos de las visitas en esos primeros momentos.

Claro que se trata de una sugerencia y no de una imposición, pues son los padres los que tienen la úlitma palabra, y no creo que nunca veamos carteles en la puerta de la planta de Maternidad de “Prohibidas visitas familiares”.

Además, hay otra cuestión importante, y es que generalmente no hay una única madre por habitación, por lo que las visitas de una molestarán aún más a la otra, que no conoce a esa gente ni tiene por qué tener espectadores extraños. El silencio y respeto en estos momentos también es importante para el resto de madres y bebés que comparten habitación o planta.

Pero no está mal que se informe a estos y a sus familias de las necesidades de madre y bebé tras el parto, y por eso me parece estupendo que haya profesionales que recomiendan que los recién nacidos no reciban visitas durante esas primeras horas.

Vía | Los Andes
Foto | Footloosiety en Flickr
En Bebés y más | Buenas prácticas en la primera hora de vida, En la planta de maternidad: tipos de familias, La necesidad de intimidad en el postparto

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Comentarios cerrados
    • brillante

      Me parece muy interesante el tema de este artículo, es algo que yo he discutido a menudo con familiares y conocidos, sobretodo con los que no han pasado todavía por un parto ( o sea hombres o mujeres sin hijos). Hay quien espera que nada más parir des una rueda de prensa, y se molestan si les dices que mejor esperen a que volváis a casa. Yo no me considero una persona "radical", pienso que en el tema de las visitas hay muchas variables a considerar: en primer lugar cómo se encuentra la madre y el recién nacido, en segundo lugar que relación hay con la visita (no entiendo que vengan a verte al hospital personas con las que sólo hablas dos veces al año, por ejemplo), y luego otros factores cómo si estás sola en la habitación, las horas en las que vienen, si te avisan o se presentan por sorpresa, el tiempo que dura la visita y la finalidad de ésta... Con mi primera hija lo llevé muy mal, para empezar después de un parto de más de 12h la niña no estaba bien y la llevaron a neonatos intubada, y allí tenía a mis suegros, mis padres y demás familia esperándonos... Aún recuerdo las visitas de algunos familiares quejándose de que habían venido y "encima" no podían ver a la niña... Peor estaba yo, ¿no? Que solo me dejaban subir cada tres horas a darle pecho ( y eso a partir de segundo día). Con los otros lo he llevado mejor, pero siempre con ganas de que me dieran el alta para irme a mi casa, porque en casa aunque tengas visitas si te cansas siempre puedes llevarte el niño a tu habitación con la excusa de que no se duerme y dejas a la marido con la visita (Esto va medio en broma, medio en serio). Por otra parte algunas visitas son agradables e incluso útiles, si viene la abuela o la tía el papá puede ir un rato a casa y asearse o descansar; la familia más próxima se alegra realmente de que todo ha ido bien y eso te anima. La mejor visita en el hospital fue para mí la de mis hijos cuando vinieron a conocer a la pequeña, ya habíamos avisado a tíos y abuelos que los primeros en conocerla tenían que ser los hermanos. Fue un momento muy bonito, uno de los mejores momentos de mi vida: ver sus reacciones, sus caritas, sus comentarios...

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    • Avatar de anamare Respondiendo a anamare

      Gracia spor compartir tu experiencia, Anamare, me ha emocionado :) La verdad es q comparto tu opnión, depende de cada familia, de cada madre y la situación concreta de cada uno, esto debería ser respetado por el entorno. Y se pueden vivir momentos muy bonitos en compañía de la familia si así lo desea la madre.

      Un saludo!

    • pues realmente lo lleve mal con mi primer hijo, el cuarto lleno de gente alguna que ni conocia sino que eran conocidos de mi marido, hubo un momento que me agobie porque habia mas de 8 personas en la habitacion y tuve que hablar con la enfermera para que por favor hiciera algo por mi jejeje, peroooooo despues de llegar ami casa agradeci que todo hubiese sido asi, tuve dias enteros para estar enmi casa con mi bebe tranquila y sin preocupaciones, nadie me visito jejeje y eso me permitio descansar y tener tranquilidad para estar en casa, en mi segundo embarazo ya veremos faltan 19 semanas para saberlo, un saludo!!!

    • Mi caso fue bastante distinto. Mi hijo nació a las 2 de la madrugada, fue un buen parto, quizás yo debería haber estado exhausta pero en vez de eso estaba pletórica. No podía dejar de mirarlo, estaba tan despierta y feliz. Mi estado de ánimo superaba cualquier carencia de mi cuerpo, digo esto porque durante el parto perdí mucha sangre y me desmayé varias veces durante el primer día pero aún así estaba pletórica. Si me dijeran que un segundo embarazo y parto sería tan bueno como el primero posiblemente haría lo mismo. Al día siguiente la habitación se llenó de familiares y amigos y yo seguía feliz, estaba contenta por esas visitas y porque vinieran a ver a mi pequeñín. Supongo que de no haberme sentido de esa manera quizás hubiera pedido que no vinieran y estoy segura de que lo hubieran respetado.

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