Habitualmente en la cara de los bebés recién nacidos de entre uno y dos meses de vida aparecen unas pequeñas pústulas blancas o amarillentos en la zona de las mejillas, la nariz, el mentón y la frente. Es el llamado acné neonatal, también conocido como acné miliar o más popularmente como engordaderas o granitos de la leche.
Uno se imagina la carita de un bebé con la piel suave como la seda, por eso cuando les salen estos granitos los padres solemos preocuparnos muchos. ¿Se le irán?, ¿dejarán marca?, ¿le picarán?. En los niños que son amamantados nos preguntamos ¿será mi alimentación la culpable?.
El acné neonatal aparece en un 40% de los recién nacidos y se produce por la acumulación de grasa en la piel del bebé que queda atrapada en sus poros.
Son las hormonas que han sido transferidas al bebé a través de la placenta las culpables de estimular una mayor producción de las glándulas sebáceas que causan el acné.
Los granitos so son dolorosos, ni pican. No son contagiosos ni tampoco está relacionado con la alimentación de la madre, aunque se suele creer que aparecen por la leche materna.
Es posible que el bebé también presente estos granitos en la boca y en las encías a lo que se conoce con el nombre de perlas de Epstein.
En dos o tres semanas el acné neonantal desaparece por sí solo. No queda rastro de los granitos. Así como vinieron se van. No se recomienda aplicar ningún producto, ni refregar la piel del bebé ni mucho menos apretarlos pues podría quedarle marca. Basta con mantener la piel limpia para evitar que pudiera producirse una infección.
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