La cuna es un lugar fundamental donde tu bebé pasará mucho tiempo en ella, bien sea en tu cuarto o bien en su habitación cuando decidas que ha llegado el momento. En otro post analizaremos las clases de cunas, pero en este vamos a detenernos en cuáles son las características que deben cumplir para que el pequeño descanse tranquilo.
En primer lugar, has de elegir un colchón que se adapte a la cuna, cosa que en principio debería suponer mucho problema porque las cunas están hechas en medidas estándard, aunque siempre está bien asegurarse. Lo ideal es que entre el colchón y la cuna no quepa más de un dedo para poder cambiar las sábanas con facilidad pero sin peligro para el niño.
Al igual que para elegir un colchón para vosotros, hay que poner atención a cientos de detalles. El colchón de la cuna debe ser firme, de hecho más firme que los que tengas en tu propia cama, ya que, como el pequeño no podrá levantarse, un colchón duro le facilitará la tarea de alzar la cabeza mientras está tumbado. Haz la prueba apoyando tu mano y viendo cuánto se hunde. En cuanto al material, lo ideal es que elijas uno que sea orgánico e hipoalergénico. Los expertos no acaban de ponerse de acuerdo sobre si son mejores para los bebés los de espuma o los de muelles. Simplemente apoya tu mano y coge el más firme, y recuerda que a mayor número de muelles, más firmeza. Hay algunos colchones para cunas que llevan una capa antibacteriana para evitar que crezcan microorganismos en él después de los reflujos de los pequeños o si el pañal tiene escapes. Los precios de los colchones para cunas oscilan entre los 70 y los 150 euros, en función de la calidad.
Las fundas para los colchones pueden ser de PVC o de rizo de algodón. En algunos casos, incluso se comercializan con ambas posibilidades según el lado del colchón. Nuestro consejo es que elijas la opción que más te convenga pero que si notas que el bebé tiene calor por la funda de plástico, no dudes en usar la de algodón. Es posible que tengas que lavarla más a menudo y tendrás que usar la aspiradora sobre el colchón de vez en cuando para asegurarte de que los ácaros permanecen alejados del niño, pero es lo mejor para que el pequeño no pase calor. Si tu hijo tiene alergias o asma, asegúrate de lavar esta funda a menudo a 60º en la lavadora para eliminar todos los ácaros y bacterias.
Una vez más, cuando vayas a comprar sábanas (o si te las regalan), asegúrate de que son de la medida correcta con el colchón de la cuna. No dejes arrugas y cerciórate de que no se escapan por ninguna esquina para que el niño no se enrolle en ellas. El material de las sábanas deberá ser de fibras naturales, hilo o algodón en función de la época del año.
Como ya contó Lola en un post, es fundamental arropar al niño en una manta sobre todo al principio para darle seguridad. No abuses de las mantas y procura seguir las mismas pautas que hemos comentad en las sábanas: que se ajusten al colchón y que permitan al bebé adoptar la postura más cómoda.
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