Una de las imágenes ideales que tenemos todas las mamás cuando estamos embarazadas es la llegada al hogar con el nuevo bebé en brazos. Después del parto, volver a casa cuando el bebé se ha tenido que quedar en el hospital es un momento muy desconcertante.
Si el bebé sufre algún problema por el que debe quedarse ingresado o ha nacido prematuro tiene que permanecer en el hospital algunos días o incluso meses.
El sentimiento de los padres ante está situación es de dolor, desilusión, y tal vez culpabilidad, además de sentir una gran preocupación sobre el estado de salud del bebé.
Por más que sabemos que en el hospital estará bien cuidado, la sensación ante el nido vacío es muy decepcionante. En ocasiones, las más leves, sólo es cuestión de ganar peso, pero en otras la vida del bebé pende de un hilo y estar en casa sin él se hace muy duro.
La mejor forma de superar un momento tan difícil es buscar apoyo en la pareja y en los familiares. Especialmente si hay hijos mayores, necesitaremos de la colaboración de hermanas, cuñadas, suegros o amigos para que se encarguen de ellos.
El sitio de los padres es estar junto al bebé el mayor tiempo posible. El aspecto emocional es tan importante como los cuidados médicos que le proporcionen en el hospital.
El contacto piel con piel del recién nacido con la madre, tocarlo, darle el pecho y hablarle favorece y acelera su recuperación. Muchos hospitales cuentan en las salas de cuidados intensivos con una silla para que la madre pueda estar junto al bebé todo el tiempo que quiera.
La participación activa de los padres durante los días que el niño permanece en el hospital es importantísima. Con vuestra ayuda, un precioso día viviréis el soñado momento de llegar a casa con el bebé en brazos.
En Bebés y más | Decálogo de los Derechos del bebé prematuro