Muchos niños desean animales de compañía como regalo de navidad. Pero no siempre son conscientes de la responsabilidad que tener una mascota conlleva, y por desgracia cada año se repiten las tristes cifras de animales abandonados por las familias que unos meses antes decidieron regalar esa mascota sin pararse a pensar si se trataba de un capricho.
Se puede comparar con esos juguetes estropeados que ya no sirven y acaban en el contenedor. Pero los animales no son juguetes sino seres vivos que necesitan cuidados, mimos y atención durante mucho tiempo, que tienen sus derechos y sus necesidades, y eso se reclama desde muchas asociaciones de protección de los animales.
Por eso adoptar una mascota es una opción más responsable, ya que existen tantos animales en centros de adopción y refugios (que a su vez fueron abandonados tras una compra no meditada).
Los animales acogidos en esos centros son los más necesitados, y aunque yo no soy amante de tener animales en casa, conozco más de un caso de amigos con mascotas adoptadas que son un encanto, cariñosas y fuertes como las que más.
Tal vez así se logre disminuir las tremendas cifras: casi medio millón de animales son abandonados cada año, sin contar los sacrificados en clínicas o perreras o los que mueren atropellados, enfermos o desnutridos.
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