¿Dejarías que tu hijo fuera protagonista de una campaña publicitaria? Puede ser el sueño de muchos padres y niños, o su peor pesadilla, de pequeños o de mayores.
No creo que haya una respuesta única para todos los casos, pues hay ejemplos tan diferentes como una campaña local de carácter benéfico a una promoción multinacional que requiera tiempo, desplazamientos y suponga un importante beneficio económico. Por no hablar de los distintos formatos y soportes publicitarios.
En cualquier caso, todos tenemos una idea aproximada de si dejaríamos que nuestro hijo protagonizara una campaña publicitaria o no. Estas reflexiones surgen precisamente de los comentarios al post sobre un anuncio protagonizado por un bebé que había causado bastante revuelo…
En el blog nos consta que muchos padres desean que sus hijos formen parte de campañas publicitarias, recibimos correos electrónicos que creen dirigirse a alguna empresa publicitaria o revista. Los correos suelen ser enviados por mamás que nos hablan de las excelencias de sus bebés o niños e incluso alguna vez con fotografías de los pequeños.
Los verdaderos castings están llenos sobre todo de madres que llevan a sus hijos para ver si pueden ser la nueva cara de algún producto, que aparezcan en la televisión, en publicidad impresa, en cine (aunque ya entramos en otro ámbito) y que pasen a ser, si no famosos, populares, visibles.
Los niños pueden ser más o menos conscientes de este hecho. Si son bebés, evidentemente ni les va ni les viene y simplemente “dejarán hacer”. Cuando crecen, tendrán algo que decir, les gustará más o menos el ajetreo de las selecciones y del “trabajo” posterior si son seleccionados para protagonizar alguna campaña. No deberíamos olvidarnos de cómo los niños viven el hacer publicidad.
Porque, al fin y al cabo, estarán trabajando, ¿no? Harán un mayor o menor esfuerzo, para ellos será más o menos divertido, pero trabajo al fin y al cabo por el que cobran sus padres. Aunque imagino que muchos lo harían gratis (¿tal vez con el propósito de dar el salto más adelante a otro nivel en el que sí puedan cobrar?).
Qué haríamos si nos ofrecen hacer publicidad
Yo no sé si dejaría que mis hijas protagonizaran una campaña publicitaria. Nunca me he visto en esa situación ni he ido buscándola, por lo que difícilmente algún día me tenga que enfrentar a la decisión. Pero como estamos para compartir reflexiones, me voy a poner en varios supuestos.
Si un día alguien viniera y me dijera “Qué niña más guapa, estamos buscando algo así para nuestra campaña publicitaria”, después del “susto” pediría toda la información posible: qué tipo de campaña, en qué formatos, para qué producto, dónde tendría que hacerse, durante cuánto tiempo estaría vigente, cómo tendría que aparecer la niña o qué tendría que hacer, y cuánto pagarían por ello.
El paso siguiente, si la propuesta me sigue pareciendo bien (y para ello, por ejemplo, no tendría que suponer desplazamientos ni perder días de cole; esto ya elimina las grandes campañas a nivel nacional, entre otras), sería hablar con mi hija, explicarle de qué se trata y preguntarle si le gustaría hacerlo.
Si fuera mi hija pequeña, yo diría que no, porque no puede comprender de qué se trata y para mí la decisión final (una vez “supervisado” lo anterior) la deberían tener ellas. Esto evidentemente, si estuviera generalizado nos dejaría sin anuncios de pañales, de lactancia, de carritos… protagonizados en su inmensa mayoría por bebés.
Imagino (sólo estoy imaginando) que para ellas sería como un juego, a casi todos los niños les encanta “posar” para las fotos. Entonces y solo entonces dejaría que mi hija fuera protagonista de una campaña publicitaria.
Respecto al dinero, probablemente no tendría influencia si se trata de una campaña benéfica con la que me identifique (es decir, que podría hacerse gratis). Si no, sería un dinero para ellas, para el futuro. A qué padre no le gustaría tener unos ahorrillos dispuestos para sus hijos.
Aunque también podríamos replicar que los ahorrillos para el futuro de los hijos los deben ganar los padres (y en eso estamos, ¿no?) y que los niños no deberían trabajar. Claro, que no hablamos de un “trabajo” como el que por desgracia sí realizan muchos niños de manera miserable en muchos lugares y que ni siquiera tienen recompensa digna. En este caso, creo que sería como un juego (si ellos lo ven así).
Otra cosa es hacer de la publicidad un modo de vida, obsesionarse con ello (esto no lo hacen los niños sino los padres) y “exprimir” la infancia de los pequeños con el objetivo de hacerlos famosos y ricos, volcar en ellos nuestras frustraciones y nuestros deseos de trascendencia, por decirlo de alguna manera.
En fin, que me gustaría saber si dejaríais que vuestros hijos fueran protagonistas de una campaña publicitaria, que viéramos sus caritas en grandes carteles publicitarios, en las revistas, o les viéramos actuar en televisión. Si pondríais algún requisito, si es vuestro sueño o jamás lo permitiríais.
Fotos | SCA Svenska Cellulosa Aktiebolaget, pattista y Deborah Leigh (Migraine Chick) en Flickr-CC
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