Si bien la oferta de campamentos para niños cayó en picado el verano pasado debido a la crisis del COVID, parece que este año están volviendo a resurgir. Cada vez son más las familias que se plantean esta opción, pues los campamentos son divertidos para los niños y necesarios para la conciliación de los padres.
Además, los expertos señalan que los campamentos de verano son positivos y beneficiosos para el desarrollo de los menores, pero muy especialmente este año en el que los alumnos han vivido situaciones de gran ansiedad, estrés y frustración.
De todo esto hemos hablado con Sonia Martínez Lomas, psicóloga especialista en inteligencia emocional, educadora y fundadora de los centros 'Crece Bien', que nos ha explicado por qué este año los campamentos de verano son más necesarios que nunca.
¿Por qué apuntar a mi hijo a un campamento este verano?
Dejando a un lado el hecho de que los campamentos de verano son para muchos padres la tabla de salvación que les permite trabajar durante las vacaciones escolares mientras sus hijos están atendidos, Sonia Martínez considera que este año los campamentos son más necesarios que nunca para el bienestar emocional de los menores.
Y es que muchos niños han sufrido durante este curso por las restricciones marcadas por la pandemia, los grupos burbuja y la dificultad para entablar nuevas relaciones. En este sentido, los campamentos de verano se convertirían en el "soplo de aire fresco" que los niños necesitan para dejar todo atrás y disfrutar con sus iguales.
Pero además del bienestar emocional que puede aportarle al niño vivir una experiencia lúdica y completamente diferente a lo que ha conocido durante el curso escolar, Sonia también destaca dos potentes razones para optar por los campamentos este verano:
1) Los niños necesitan volver a ganar autonomía e independencia
La psicóloga considera que durante el último año los niños han perdido mucha autonomía. Esto se ha debido fundamentalmente a la gran cantidad de tiempo que los padres hemos pasado con nuestros hijos, pero sobre todo al hecho de compaginar teletrabajo con crianza:
"Que los padres hayamos tenido que compaginar teletrabajo con cuidado y educación de los hijos nos ha llevado en muchas ocasiones a hacer las cosas por ellos para agilizar la tarea e ir más rápido. De este modo, rutinas que los niños pequeños quizá ya hacían solos con anterioridad, como ducharse, vestirse, abrocharse los zapatos, preparar la mochila..., ahora hemos pasado a hacerlas por ellos porque llevamos prisa, estamos estresados y necesitamos ganar tiempo"
Los campamentos de verano fomentan la autonomía del niño, pues no solo tendrá que responsabilizarse de sus pertenencias, su aseo personal o su comida, sino que le permitirá afrontar diversas situaciones que durante los últimos meses, ya fuera por falta de tiempo o de oportunidades, no ha podido hacer.
2) Los campamentos permiten a los niños retomar sus relaciones sociales
Los niños han vivido un curso atípico marcado por la distancia interpersonal, los grupos burbuja y en muchos casos, la separación de sus amigos. Fuera del colegio las restricciones sociales han continuado, pues las recomendaciones eran evitar o reducir al máximo el contacto con otras personas.
"Hay niños que lo han pasado muy mal porque en el grupo burbuja de clase no estaban sus amigos o incluso han estado mezclados con alumnos de otros cursos. Los que han tenido la suerte de poder estar en clases con sus amigos, tampoco han podido extender sus relaciones más allá del colegio".
"Por eso, los campamentos de verano son una oportunidad para que el niño pueda relacionarse con otros niños nuevos, ampliar su círculo de amistades y vivir con ellos experiencias lúdicas y divertidas en un entorno completamente distendido".
"Mi hijo tiene miedo de asistir a un campamento, ¿qué hago?"
Por lo general, los niños siempre han esperado ansiosos la llegada de los campamentos de verano, especialmente si ya tenían experiencia previa en ellos. Y es que los campamentos, con independencia de su modalidad, permiten vivir momentos tremendamente divertidos, espontáneos, anecdóticos e incluso inolvidables,
"El hecho de haber vivido el último año y medio en contacto casi exclusivo con el núcleo familiar y el grupo burbuja del colegio, ha hecho que muchos niños hayan desarrollado miedo a estar con otras personas que no pertenecieran a sus grupos, pues los adultos les hemos inculcado que las relaciones podían aumentar el riesgo de contagio"
"Además, el hecho de haber estado tantos meses en grupos reducidos y controlados puede provocar inseguridad en el niño a la hora de relacionarse con personas nuevas"
Para Sonia "es completamente normal que los niños tengan miedo y no quieran asistir a los campamentos de verano", pero anima a los padres a ayudar a sus hijos a enfrentarse a esos miedos y a no evitarlos tomando la decisión de no llevarles de campamento.
Eso sí, aconseja a los padres que sigamos estas recomendaciones para que la experiencia sea positiva para el niño:
Identifica el miedo del niño
En primer lugar debemos identificar cuál es el miedo del niño, pues dependiendo de si se trata de miedo al contagio o miedo a no hacer amigos, enfocaremos el tema de un modo u otro. En este sentido, la psicóloga aconseja crear un espacio en el que los niños puedan expresarse libremente y contarnos sus preocupaciones, hacerles sentir comprendidos y ayudarles a buscar soluciones a sus posibles miedos.
Si se trata de miedo al contagio, Sonia nos recomienda hacerle ver al niño que poco a poco hemos ido avanzando en la lucha contra el virus, que cada vez son más los privilegios que vamos recuperando, y que los campamentos de verano son seguros si cumplimos las medidas de prevención e higiene.
Si lo que le ocurre al niño es que teme no hacer amigos, debemos darle confianza, hablarle de los aspectos positivos del campamento y optar por pequeños campamentos urbanos de pocas horas de duración para que vaya ganando seguridad. Además, es aconsejable recordarle otras situaciones similares a las que se haya enfrentado con éxito (por ejemplo, el primer día de colegio).
Ir poco a poco
Si nuestro hijo se muestra inseguro o es el primer año de campamento, Sonia recomienda optar por campamentos urbanos de reducido tamaño y pocas horas de duración. Si por el contrario, el niño disfruta con las relaciones sociales, no le cuesta hacer amigos y además ha asistido otros años a campamentos de verano, podemos plantearnos la opción de llevarle a campamentos con pernocta.
"Creo que es fundamental que empecemos poco a poco. Si durante el curso nuestro hijo se ha relacionado exclusivamente con su grupo burbuja y su actividad se ha limitado a ir del cole a casa, no podemos pretender que de la noche a la mañana acuda a un gran campamento de verano, con pernocta y 15 días de duración".
Involucra al niño en la elección del campamento
Y por último, aunque la opción de asistir a un campamento de verano debemos tomarla los padres pensando en lo beneficioso y positivo que será para nuestros hijos, Sonia recomienda tener en cuenta la opinión e interés del niño para elegir a qué tipo de campamento ir.
"Podemos dar al niño la oportunidad de elegir entre dos o tres campamentos, o entre las actividades a desarrollar, o incluso la posibilidad, si los padres pueden asumirla, de salir antes o después. De este modo, le estaremos haciendo partícipe, responsable y fomentando su autonomía"
Agradecimientos | Sonia Martínez, directora de los centros Crece Bien
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