Los cereales en la alimentación infantil: la quínoa

Hemos hablado de los dos cereales sin gluten más usados en nuestro entorno y que son ideales para comenzar con la alimentación complentaria de los bebés, el arroz y el maíz. Hoy hablaremos de otro producto muy semejante a los cereales, tanto que se suele considerar como tal, y que supera sus cualidades nutricionales por su riqueza proteíca y por su composición rica en micronutrientes: la quínoa.

Los cerales sin gluten deben ser los únicos que ofrezcamos a nuestro bebé hasta los siete meses de vida por lo menos, sin embargo van a ser igualmente un alimento básico durante toda su vida.

Puesto que al comenzar con la alimentación complementaria no hay que tener prisas e ir lentamente añadiendo cosas nuevas, posiblemente no sea necesario usar inmediatamente nuevos productos además de los dos citados, sin embargo, existen otros cereales o alimentos muy semejantes que se comportan nutricional y alimentariamente de manera parecida, que es interesante conocer.

El gluten es una proteína que se encuentra en las semillas de trigo, avena, cebada y centeno. Además del maíz y el arroz encontramos cereales sin gluten como el mijo, el sorgo, o el sésamo, y otros productos muy semejantes que también son aptos para dietas sin gluten y son muy interesantes nutricionalmente: la quínoa, nuestra protagonista de hoy, y además el trigo sarraceno o alforfón, el amaranto, el arroz salvaje y, siendo en este caso un tubérculo, la tapioca.

Los cereales y sus derivados son ricos en carbohidratos complejos, tienen fibra según el proceso seguido en su procesamiento y proteínas entre un 6 y un 16% de su peso, aunque son de calidad moderada, ya que no presentan todos los aminoácidos esenciales. Además contienen minerales y vitaminas, especialmente del grupo B.

Hoy nos ocuparemos de un producto que se asemeja tanto a los cereales que se les suele considerar tales aunque no lo sea, la quínoa. Se trata de un alimento milenario y con cualidades realmente excepcionales, que, a pesar de ser poco conocido en Europa, cada vez se extiende más.

La quínoa

Os hablaba ayer de mi experiencia en mi viaje a Perú con el descubrimiento de las variedades casi infinitas del maíz, pero recuerdo que no conocía la quínoa y se convirtió en mi alimento durante varios días en la isla de Taquile, en mitad del Titicaca, ya que no me atrevía a comer otra cosa aquejada como estaba de los males típicos del viajero.

Su cultivo está documentado hace más de 6000 años y hoy sigue produciéndose en Perú y Bolivia sobre todo. Durante la conquista española casi desaparecen los datos sobre este cultivo, pero, sin embargo, ha pervivido.

En la América andina prehispánica la quínoa era un alimento de enorme importancia y es que se trata de uno de los productos alimenticios más interesantes nutricionalmente que existen en el mundo vegetal.

La madre de todos los granos

Así la llamaban los antiguos quechuas, y, la verdad, no hay grano como ella.

Su contenido en proteínas es muy alto, entre el 12 y el 18 % , incluso más, y además contiene todos los aminoácidos esenciales, lo que la convierte en un substituto de la carne válido muy usado por los vegetarianos y que puede aportar a nuestra dieta y a la de los niños los beneficios de un porcentaje adecuado de proteínas vegetales sin el peso añadido de grasas saturadas.

Tiene grasas insaturadas, especialmente importante es su contenido en ácido linoleíco, y además minerales como el hierro, el fósforo y el calcio. También tienen un contenido muy interesante de vitaminas.

Su balance entre proteínas e hidratos, su contenido en calcio, hierro y otros minerales, y el que proporcione los aminoácidos esenciales de la dieta humana la convierten en un alimento casi perfecto.

Su calidad proteíca, es decir, el índice de proteinas ingeridas que son asimiladas por el cuerpo humano, es superior a la de la carne y la leche incluso, solo siendo superada por el huevo, que se toma como referencia en esta clasificación. Es un alimento que en algunos aspectos se parece a la leche ya que es rico en proteínas y contiene calcio y otros muchos minerales.

La calidad de sus proteínas y su cantidad por peso es excepcional, y eso se debe a que más del 30% del peso de la semilla lo constituye el gérmen. Por cada media taza de quínoa cruda encontramos 40 gramos de hidratos, 10 gramos de proteína de gran calidad, 4 gramos de grasas saludables,el 95% del hierro necesario en la dieta diaria adulta y el 12% del calcio, además de vitamina C, E, complejo B y ácido fólico.

Su preparación

El motivo por el que la quínoa no sería usada por los europeos es su suave sabor amargo, producido por la saponina, una toxina natural que la recubre. Esto tiene una ventaja, no se suele necesitar ningún pesticida para asegurar la cosecha, por lo que la encontramos libre que químicos, un punto más a su favor en cuanto a la dieta de los niños.

La saponina en muchas presentaciones comerciales ya ha sido eliminada y además se lava con abundante agua sin problema.

Encontramos quínoa en cereales bio para bebés y también podemos ofrecerla en papillas hechas con los granos posteriormente triturados o con harina, pudiéndo encontrarla en herbolarios y tiendas de dietética.

También podemos encontrarla, pensando en los más mayorcitos, como componente de barritas de cereales combinada con otros, siendo ésta una opción más saludable que los típicos tentempiés de bollería industrial.

Su sabor, si la lavamos bien, ya no es amargo, pero si suavemente avellanado. Una vez lavada se cuece en agua con sal, Se puede usar para añadirla a ensaladas o a la pasta de croquetas vegetales, como la pasta de una sopa o usarla con un sofrito de verduritas. Yo soy una verdadera enamorada de este alimento, por su textura suavemente crujiente y su sabor especiado. Si nos acostumbramos a ofrecérsela a los niños la aceptarán y, desde luego, sus cualidades nutricionales son superiores a otros alimentos más habituales en nuestra dieta.

Conclusión

La quínoa es un alimento excepcional, muy interesante en la dieta infantil y que puede proporcionar a los niños nutrientes de gran calidad de manera equilibrada. No tiene gluten y la cualidad y cantidad de las proteínas vegetales que contiene es excelente, por lo que podemos considerarla uno de los productos más interesantes que incluir en la dieta infantil.

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