Durante muchos años las pediatras y enfermeros han explicado el tema de la alimentación complementaria de una manera muy imperativa, un "debe" en vez de un "puede", y las madres han pensado que a partir de los seis meses los niños tenían que comer, sí o sí, lo que se les decía.
Si decían que a partir de los seis meses se introduce la verdura, la fruta, la carne, los cereales, etc., los padres insistían con la cuchara para que sus bebés se lo comieran, y además para que se lo comieran todo, "que el pediatra me ha dicho que tiene que comer 320 ml de papilla".
Así, los niños llevan décadas viendo cucharas que vuelan como si fueran aviones, dibujos de televisión para que abrir la boca fuera una cosa casi inconsciente e incluso recibiendo un chupete detrás de la cuchara a modo de tapón: cuchara-chupete-traga; cuchara-chupete-traga-respira; cuchara-chupete-traga; cuchara-chupete-traga-respira... todos métodos orientados a obligar a los niños a comer lo que los adultos pensaban que tenían que comer. Pero esto es un error: por qué no hay que obligar a los bebés a comer: ni el avión, ni el chupete ni engañar con otra cosa.
Qué no es la alimentación complementaria
Pues eso. La alimentación complementaria no es empezar a dar a los niños la comida de los mayores porque si no la reciben empezarán a sufrir carencias terribles. No es darles comida con vitaminas porque las necesitan. No es darles verdura, fruta y carne porque ya necesita comer cada día todo ello, así, de un día para el otro. Y tampoco es hacer que se coma la cantidad que el pediatra dice que se tiene que comer porque dice que lo necesita.
Qué es la alimentación complementaria
Pues lo que su propio nombre indica: un complemento. Un complemento no es un vestido. Un complemento es un bolso. ¿Se puede salir a la calle sin un vestido? Sí, poderse se puede, pero lo mismo viene la policía y te llama la atención. ¿Se puede salir a la calle sin bolso? Sí, se puede, la policía no vendrá a decirte que te has dejado el bolso en casa, aunque sí es verdad que es más cómodo llevarlo para meter dentro la cartera, el móvil y otros útiles más o menos necesarios.
Pues la alimentación complementaria es toda aquella alimentación que tiene como objetivo acompañar a la alimentación principal de los bebés, que es la leche materna (o en su defecto la leche artificial). Esto es así hasta el año de vida, más o menos, momento en que el bolso es más importante porque pasa a ser la maleta con la que te irás de vacaciones con la ropa dentro.
Dicho de otro modo: sí, el bebé empieza a necesitar comida porque solo con leche no puede estar hasta el año de vida, pero no la necesita de la noche a la mañana, sino que puede irse añadiendo de manera progresiva. Tampoco necesita una cantidad determinada estándar para todos los bebés en plan "papilla de 300 ml", porque cada bebé sabe cuánto necesita.
Un estudio realizado en el año 2000 por Butte contabilizó las calorías que necesitaban los bebés entre los 6 y los 24 meses. Como dato curioso, si observamos el máximo de energía que puede necesitar un bebé varón de seis meses, 779 kcal/día, y la mínima cantidad diaria que puede necesitar un niño varón de 2 años, 729 kcal/día, vemos que un niño de seis meses puede necesitar más cantidad de alimento que uno de 2 años.
Imaginad la hipotética situación en que un niño de 2 años y su primito de 6 meses se sientan juntos para comer y que ambos ingieren prácticamente la misma cantidad de comida. Lo más probable es que el de 2 años reciba un sermón porque “no comes nada” y sea incluso comparado con su primo: “Venga, come. Fíjate en tu primo. Sólo tiene seis meses y come lo mismo que tú".
Los niños y niñas, por lo tanto y pese a haber cumplido seis meses, tienen que segur comiendo a demanda porque siguen teniendo la capacidad de comer lo que necesitan y cuándo lo necesitan. Esta habilidad, llamada hambre, la tienen desde que nacen y la pierden el día que mueren.
Conocer, descubrir, tocar, probar...
La alimentación complementaria es ofrecer alimentos para que los bebés empiecen a probarlos, a conocer nuevas texturas, colores y sabores, y poco a poco ir pasando de la leche a la comida. Es, poco a poco, ir haciéndose niño; poco a poco, ir comiendo comida de verdad.
¿Verdura? Pues sí, si le gusta, sí. ¿Fruta? También, si le gusta, también. ¿Ternera? Sí le gusta, sí. Pero si no le gusta, pues ya la comerá... no hace falta torturar a un bebé con ello. Se le ofrece un día, y si no le gusta ya se le dará otra vez otro día, y si tampoco, otro día, pasados unos cuantos en que coman otras cosas... al final, a medida que van repitiendo un sabor, lo acaban aceptando.
Pero no todos, hay algunos que los odian igualmente porque de verdad no les gustan. Pues se apartan de la comida. Comer tiene que ser estimulante y un momento de disfrute: ningún alimento es imprescindible y ningún bebé de 6 meses tiene que comer verdura porque de repente necesita comerla porque si no le faltarán vitaminas o algo así. Además, hay muchos tipos de verdura y muchas frutas diferentes... hay mucho que ofrecer.
A veces no quieren algo a los seis meses y luego al año empiezan a comerlo. A veces pasan años sin probar un alimento y luego, al ver que los mayores lo comemos, empiezan a comerlo también. A veces no comen porque les estamos dando todo triturado y ellos preferirían pasar de la teta a los macarrones. Y a menudo lo hacen, de repente comen, porque nadie les presiona, porque todos los consideran alimentos igual de buenos o válidos que el resto.
Por eso se recomienda que, para que acepten los alimentos, les dejemos a ellos que los cojan y los coman, sin que nadie les fuerce o engañe. Son más listos de lo que pensamos, y a la que los fuerzas, obligas o engañas, piensan que de verdad es algo que está muy malo y empiezan a negarse a comerlo.
Fotos | iStock, Gall en Flickr
En Bebés y más | Adelantar la alimentación complementaria para que los bebés engorden más es un error, A pesar de las recomendaciones la mayoría de bebés empieza la alimentación complementaria antes de tiempo, Expertos en nutrición alertan de que los padres tardan mucho en ofrecer comida no triturada a los bebés