Seguimos repasando las cualidades nutricionales y los beneficios de los alimentos que proporcionan además una buena hidratación a los niños, para ocuparnos hoy de la sandía.
Tan dulce, apetitosa, versátil y colorida, la sandía es una fruta típicamente veraniega, con gran cantidad de agua, muy pocas calorías y de conservación sencilla. La sandía es perfecta como alimento y fuente de hidratación todo en uno.
Sandía
Esta riquísima y dulce fruta es también una de las más hidratantes. Es muy barata en su época y está deliciosa. Su alto contenido en agua la convierte en un alimento ideal ahora que hace mucho calor y que podemos ofrecer con diferentes preparaciones.
La sandía es una fruta que los niños pueden tomar a partir de los seis meses. Es blandita, y muy refrescante entera, en piruletas, en sorbetes o incluso puede combinarse con hortalizas en un gazpacho.
La sandía contiene un 95% de agua y además tiene un alto contenido en vitamina A, además de C y B en menor proporción. El manganeso y el potasio son los minerales más destacados en su composición.
La sandía ayuda a mantener a los niños hidratados comiendo y también es suavemente diurética, con lo que podrán eliminar los desechos por la orina facilmente. Sus vitaminas ayudan a aprovechar los beneficios del sol y además mantienen en buena salud la piel y las mucosas.
La fibra de la sandía y su contenido en agua ayudan cuando hay un poco de estreñimiento, algo frecuente si se está bebiendo menos de la cantidad necesaria de agua. Y se mantiene fresca en la playa gracias a su corteza dura, por lo que es un acompañante ideal para un día de mar.
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