Admito que el mueble cambiador no estaba dentro de mi lista de imprescindibles a la hora de preparar las cosas para la llegada de mi bebé. Sin embargo con el transcurrir de los días y mis crecientes molestias de espalda llegué a la conclusión de que lo necesitaba. Cuando vi la propuesta de la habitación Stokke Home me fijé justo en él... la cómoda-cambiador que usaría desde ese momento y para siempre. Sí, es el tipo de mueble que nunca irá a parar a un trastero.
Al principio pensé en comprar una cómoda y ponerle una colchoneta encima para hacer las veces, pero sinceramente me pareció peligroso porque al menor movimiento del bebé podría resbalarse... además me pareció vital el que tuviesa las pequeñas barandillas típicas de los cambiadores. Tampoco quería un cambiador exclusivamente, ya que luego se quedaría obsoleto y sin posibilidad de utilizarlo como cómoda, así que en este mueble encontré la solución.
Dos muebles y dos funciones independientes
La cómoda y el cambiador son dos muebles independientes (por supuesto se venden por separado), pero que se acoplan para cumplir la doble función. Es decir, cuando deje de utilizar el cambiador simplemente lo desmontaré y la cómoda seguirá estando en su habitación.
Su calidad salta a la vista y sus acabados están cuidados al detalle, por ejemplo con esquinas redondeadas para evitar accidentes. Son muebles consistentes (recuerdo haber visto muchos que se mecían de forma casi peligrosa con solo tocarlos), y los cajones tienen el tamaño justo para guardar las cosas del bebé pero sin ser demasiado exagerados: cada uno tiene un tamaño distinto, comenzando por uno pequeño hasta uno más grande, en donde yo guardo sus toallas y mantas.
En cuanto a la altura, es perfecta para cambiar al bebé sin necesidad de inclinarse ni perderle de vista... es una de las cosas que más me gusta, que mientras le cambio mantenemos el contacto visual y ella no deja de sonreír.
El cambiador se acopla perfectamente y no se mueve, además se puede orientar de lado (tal y como os lo enseño en la foto), o de frente, según la ubicación que mejor nos venga según la habitación. Su tamaño es de 50 cm x 70 cm., así que lo voy a poder usar durante muchos meses... además incluye un colchón y una caja de almacenamiento para tener a la mano todo lo necesario para cambiar al bebé (acordaros de lo sumamente peligroso que es dejarle solo si olvidamos algo de lo que necesitamos en ese momento).
Otra ventaja que le encuentro es que a este mueble también le podemos sacar partido cuando ya no lo utilicemos para su función inicial: podemos convertirlo en la base de una pequeña mesa, así que a futuro puede ser el primer escritorio de mi hija. Si tenemos el moisés de la habitación Stokke Home, la base puede hacer las veces perfectamente.
Estoy muy contenta con este mueble y creo que es una muy buena opción para quienes estéis buscando un cambiador que queráis utilizar para siempre. Es verdad que no son baratos, pero creo que por la calidad y la funcionalidad que brindan, la inversión merece la pena.
Más información | Stokke
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