Hay una etapa en que los niños parecen tener las manos enjabonadas. Lo que cogen, se les cae.
Por eso, para cuando comienzan a beber líquidos en vaso, me ha parecido genial una taza con grandes asas creada por un diseñador holandés (los diseños holandeses me encantan) a la que ha bautizado con el nombre de Dombo, lógicamente inspirado en el elefante de enormes orejas.
Además de un bonito diseño y coloridas, las tazas de desproporcionadas asas permiten que los niños dominen mejor el beber, tanto al cogerla como al controlar la inclinación del vaso.
Las asas ayudan a entrenarlos, y aunque no son una garantía de que no se le caerá la taza, al menos no dudarán por dónde cogerla.
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