Una de las cosas que no suelen estar en la lista de las cosas que necesitas cuando tienes un bebé es una cuna de viaje. Hoy en día es fácil encontrar cuna en los hoteles, así que en teoría no es una compra prioritaria. Sin embargo en mi caso sí que lo era, porque suelo ir de viaje a sitios en los que no siempre tengo una disponible (de hecho en este momento me encuentro al otro lado del océano y he tenido que traerla). La mía es la cuna de viaje light de Babybjörn y como he hecho con las cosas que he utilizado, hoy os cuento mi experiencia con ella.
Babybjörn la califica como una cuna ligera y práctica. Yo ya estaba familiarizada con ella porque la hamaca que utiliza mi bebé es de la misma marca y obviamente sus diseños siguen una misma línea. Se trata de productos con un aspecto moderno, minimalista y con materias primas de primera calidad.
La cuna incluye una funda para transportarla y un colchón que aunque no es muy grueso, sí que es cómodo y suficiente para que el bebé pueda descansar.
Mi experiencia con la cuna de Babybjörn
A primera vista parece una maleta pequeña con asa, así que no es difícil transportarla, además es bastante ligera (sólo pesa 6 kilos). El armarla no tiene mayor complique: se abre hasta que quede fija y se coloca el colchón. A pesar de lo compacta que pueda parecer la verdad es que es amplia (las medidas del colchón es 60 x 105 x 4 cm), y es bastante firme.
Los laterales de la cuna de viaje están hechos de un tejido de red suave y translúcido. Como el bebé puede respirar perfectamente a través del tejido, no tienes que preocuparte si su carita está cerca de los laterales de la cuna. Una de las cosas que más me gusta es que ese tejido te permite vigilar a tu bebé al mismo tiempo que él puede mirar a través de él.
Otra característica que llama la atención es que el fondo de la cuna está muy próxima al suelo. Para mi eso tiene una parte positiva y una negativa: La positiva es que eso hace que se pueda utilizar en casa como parque, cuestión que hace que termines amortizándola por completo.
La parte que no me gusta mucho es que cuando el bebé es muy pequeñito parece que está demasiado cerca a la superficie... yo la estrené cuando mi hija tenía algo menos de 2 meses y aunque no vi que le afectara a ella en lo absoluto, sí que me tenía que inclinar mucho para poder cogerla, así que es algo que hay que tener en cuenta.
A pesar de lo anterior me gusta muchísimo y en breve empezaré a utilizarla como parque, así que dejará de ser útil únicamente en los viajes. Si sois de viajar mucho y estáis pensando en haceros con una, esta definitivamente es una opción a tener en cuenta.
Imágenes | Babybjörn
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