Con esta mecedora no hay que pelearse por las piernas de mamá o papá, cada uno en su sitito bien acomodados para la hora del cuento.
El invento es obra de Hal Taylor, aficionado a la carpintería que en el cumpleaños de su segunda hija se dispuso a hacer una mecedora, le gustó tanto que desde entonces se dedica a crearlas, mejorando con el paso del tiempo su diseño.
Lo bueno del asunto de esta fantástica mecedora de tres plazas, es que si tienes manitas para la carpintería Taylor te ayuda a hacer tu propia mecedora. Sólo hay que desplazarse al taller del artista en Hockessin (Estados Unidos) y desembolsar 5.000 dólares que es costo del taller con el material incluido. No se necesita experiencia, sólo ganas de aprender y echarse un viajecito.
Con esto me viene a la mente la frase de Manolito, el personaje de Quino, cuando dice aquello de: “ De todo hay en este supermercado de Dios".
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