D-Link EyeOn Baby Camera: analizamos la cámara con la que ver al bebé desde el smartphone o la tablet

Hace cosa de dos meses D-Link anunció el lanzamiento de la cámara para bebés D-Link EyeOn Baby Camera, una cámara IP con un montón de posibilidades, como visión nocturna, altavoz, micrófono, termómetro, detector de movimiento y detector de sonido. Algo así como el control absoluto de tu bebé (o de tus hijos) desde cualquier lugar gracias a la posibilidad de ver lo que capta desde el smartphone, la tablet o incluso cualquier ordenador con internet.

En Bebés y más hemos querido probarla para ver qué nos ofrece y qué podemos esperar de esta cámara, y por eso os dejamos a continuación con un análisis de la cámara, tras unas semanas de uso.

Aspecto exterior

El aspecto exterior de la cámara llama la atención por parecer un gran ojo que todo lo ve. Es redonda, se pone sobre una peana y en el momento de ubicarla debemos decidir la orientación que queramos utilizar. Puede ponerse también fija en la pared (viene con los accesorios para ello), aunque en nuestro caso, al tratarse de una prueba, hemos preferido preservar la integridad de nuestra pared. Además, perderíamos la posibilidad de moverla si la necesitamos en otro lugar.

Tanto en la peana como en la cámara hay unos detalles en color azul que pueden cambiarse por rosa, ya que trae las piezas en ese color por si queremos asociar el color rosa a la vigilancia de una niña.

A la cámara le acompaña un adaptador de corriente con un gran cable que, obviamente, deberemos dejar bien alejado del alcance del bebé. La conexión es micro-USB, que es la típica de los móviles Android de ahora, así que vale cualquier adaptador y vale también, si nos vamos a ir de viaje, utilizar una batería externa para alimentar la cámara si no hay enchufes cerca.

Funcionamiento

Al conectarla vemos que un círculo se ilumina en la parte superior de la cámara, diciéndonos si la temperatura es correcta (en verde), si hace frío (azul) o si hace demasiado calor en la habitación (rojo). Los límites de temperatura los podemos decidir nosotros en el software de control de la cámara.

Luego ya instalamos la cámara a través del programa de iOS o Android, y a través de ahí podemos configurar la cámara y su funcionamiento. En lo particular traté de ponerla en funcionamiento con mi móvil, un Samsung Galaxy S4, y fue imposible. Cuando lo hice a través del iPad no tuve ningún problema. Unos días después la aplicación del móvil se actualizó y ahora mismo parece que funciona bien.

Desde la aplicación podemos hacer casi cualquier cosa imaginable: lo más lógico, ver al bebé, ya sea de día o de noche, pues tiene infrarojos y, aún en la oscuridad, podemos verle. Podemos modificar las alertas, que pueden saltar cuando la temperatura cambie, cuando el bebé se mueva gracias al sensor de movimiento, cuando llore, gracias al micrófono incorporado, etc. Vamos, que el móvil puede avisarnos cuando el bebé se mueve, si queremos que suceda.

De lo que la cámara visualice se pueden captar imágenes y se puede también grabar vídeo. Tanto puede ser capturándolo en el dispositivo desde el que estamos viendo el vídeo, tanto puede ser en la misma cámara, ya que lleva una ranura para tarjeta microSD.

Además, desde el móvil o desde la tablet, podemos comunicarnos con nuestro bebé. La aplicación tiene 5 nanas que podemos encender y apagar desde donde estemos, por si el bebé llora y le queremos poner música. También podemos hablar a través de la aplicación para que el bebé nos oiga. Un poco impersonal, la verdad, y un poco triste sustituir nuestra presencia por una nana o nuestra voz a través del gran ojo, pero una posibilidad más que puede ser útil en otros contextos.

Viendo vídeo desde cualquier parte

La cámara crea una red wifi a la que podemos acoplar el dispositivo que queramos a nivel local. Esto hará que veamos lo que la cámara capta desde cualquier dispositivo que esté anclado a ella (útil si estamos en un sitio donde no hay internet), siempre que estemos dentro del radio de acción de su wifi.

Además, siendo el uso más lógico, la cámara puede asociarse al router de nuestra casa, y así podremos ver la imagen desde cualquier dispositivo que esté conectado al router de casa pero también desde cualquier ordenador de cualquier sitio, a través de la página web myDlink, después de haber creado un usuario y una contraseña, claro.

Calidad de imagen

La imagen tiene calidad HD, aunque en según qué situación baja la resolución. En cualquier caso, para lo que sirve (que no es precisamente grabar vídeos familiares) la calidad es más que suficiente. Cuando estamos en el mismo lugar que la cámara, es decir, cuando estamos en casa, la calidad es bastante decente. Los movimientos no son tan fluidos como cabría esperar, ya que hace un poco el típico efecto de pérdida de frames por segundo de las webcams. Si miramos la cámara por internet, según la conexión que tengamos, el efecto es aún más pronunciado.

También se observa un delay de unos 2-3 segundos, que hace que la imagen llegue tarde al "monitor" que utilicemos. Esto tiene un por qué. Según nos comentan desde D-Link la información viaja encriptada, ya que de no ser así cualquiera con conocimientos podría captar la señal de audio y vídeo y ver a nuestro hijo, nuestra casa y nuestra familia sin nosotros saberlo. Esa encriptación que debe hacerse de manera instantánea hace que la señal llegue con ese retraso comentado.

Os dejo con un vídeo que resume bastante bien todas sus posibilidades:

¿Y para qué sirve?

Personalmente me parece un invento chulísimo que yo, como padre, nunca compraría por no verlo útil. Me refiero a que mis hijos siempre han dormido con nosotros y, como nosotros nos hemos adaptado al horario de ellos, cuando se iban a dormir nos íbamos a dormir también nosotros, o al menos Miriam (la de noches que ha cenado en la cama con el mayor de bebé, el mediano de bebé y el pequeño de bebé).

Luego, por el día, nos ha pasado siempre lo mismo, que no hemos sabido estar lejos de ellos, ni de hecho hemos querido hacerlo, así que nunca hemos necesitado un vigilabebés de estos.

Esto ha sido así, en gran parte, porque si el bebé se quedaba en la cama dormido y Miriam se iba, su ausencia generaba una alarma inmediata que hacía que se despertara enseguida. En caso de que esto no hubiera sucedido, pues no negaré que podría haber sido cómodo poner una cámara como esta, enchufar la tablet o el smartphone y cenar los dos tranquilamente en la mesa vigilando constantemente cualquier movimiento.

Ahora que mis hijos ya no son bebés lo que he hecho es probar la cámara en la habitación de jugar de casa. Una de las habitaciones, la que era un despacho con ordenador y todo hace unos años, ha acabado siendo el lugar de los juguetes donde armarios, juguetes y libros visten paredes y suelo. Ahí pasan horas y horas y ahí, desde cualquier lugar del mundo, puedo ver qué están haciendo, puedo hablarles y puedo escucharles. Vamos, que en mi caso le veo más utilidad y sentido ahora que ya son más mayores que cuando eran bebés, pero insisto, porque los míos fueron de los de "de mis padres no me separo ni loco".

Otro uso posible es el de pasar los datos de la cuenta de D-Link a los abuelos o familiares para que así ellos también desde su casa, y sobre todo si viven lejos, puedan ver a sus nietos jugar. Aunque este quizás esté resuelto ya hace un tiempo con las webcams de los ordenadores, que permiten además a los niños ver a los demás.

Precio

El precio oficial de la cámara D-Link EyeOn Baby Camera es de 129,99€, aunque en Pccomponentes lo he visto por 125 €. El precio creo que es muy correcto para lo que ofrece, ya que como veis es una cámara ip de vigilancia que tanto puede usarse para vigilar al bebé, como para vigilar que no entre nadie en casa (recordad que tiene sensor de movimiento).

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