Ayer hablamos de la máquina BabyNes de Nestlé y os explicamos por qué la leche que prepara esta máquina no es del todo recomendable para los bebés, no porque sea mala, que no lo sabemos (no creo, vaya), sino porque se prepara a una temperatura no adecuada si tenemos en cuenta las recomendaciones de la FAO y la OMS.
Hoy vamos a mirar qué puede suponer para los papás comprar dicha máquina y las cápsulas correspondientes para ver hasta qué punto sale a cuenta (bueno, a cuenta no sale, eso ya os lo digo de antemano) recurrir a este sistema para alimentar a un bebé.
Como sucede con la Nespresso, cuya comparación es inevitable, la suma de máquina y cápsulas hace que cada vez que te tomas un café te plantees cuánto te ha costado, dándote cuenta de que no es poco precisamente. Sin embargo es una máquina práctica y la practicidad se paga, obviamente.
La máquina hay que comprarla
Lo primero que hay que tener en cuenta es que comparado con hacer un biberón de manera “artesanal", aquí hay que utilizar una máquina que, evidentemente, cuesta dinero.
Mirando en la tienda suiza, donde por ahora es el único lugar donde se puede comprar, vemos que cuesta 249 francos suizos, que al cambio son 203 euros.
Ya de por sí es un dinero a tener en cuenta a la hora de adquirir una máquina que de portátil tiene poco, por lo que sólo nos soluciona la papeleta de los biberones que preparemos en casa.
Diferentes cápsulas según la edad
Otra cosa que hay que tener en cuenta es que hay diferentes cápsulas según la edad y, de cada tipo, al menos hasta los 6 meses, hay dos cantidades diferentes a elegir.
Para no complicar mucho los cálculos, me basaré en los ml/euro para hacer las comparaciones, tomando como muestra una leche de Nestlé, la Nan-1, cuya lata de 800 gramos tiene un precio medio en España de unos 12,5 euros (la he visto por Internet a 13,75 euros y a 11,85 en una farmacia online).
Pongamos que tenemos delante a un recién nacido, para el que elegiremos las cápsulas de 1 a 4 semanas.
Cada cápsula contiene 90 o 120 ml, viniendo 26 cápsulas en cada caja, que cuestan, al cambio, 40,10 euros las de 90 y 43,37 euros las de 120 ml por cápsula.
Si dividimos el total de la caja, por ejemplo del de 90 ml por 26 cápsulas sabremos cuánto cuesta un biberón de 90 ml: 40,10 euros / 26 cápsulas = 1,54 euros.
La leche Nan-1, que cuesta 12,5 euros, lleva 800 gramos de polvo. Para preparar 90 ml de biberón son necesarios 3 cacitos, que equivalen en peso a 12,9 gramos.
Hacemos una regla de tres y calculamos el precio de los 12,9 gramos: 12,9 gramos x 12,5 euros / 800 gramos = 0,20 euros.
Es decir, preparar un biberón de leche artificial “a mano", cuesta 20 céntimos. Con la máquina 1,54 euros. Dicho de otro modo, con lo que nos gastamos en preparar un biberón de BabyNes podemos preparar 7,7 biberones de leche en polvo.
Si el bebé tiene dos meses y es más bien tragón
Haciendo otra comparación que no dejará tan mal a las cápsulas, optamos esta vez por las cápsulas para bebés de 2 meses de 180 ml (las hay también de 150 ml), que cuestan 43,37 euros por cada 26 cápsulas.
Hacemos el mismo cálculo y dividimos el total de la caja por 26 cápsulas para saber cuánto cuesta un biberón de 180 ml: 43,37 euros / 26 cápsulas = 1,67 euros.
La leche Nan-1, que cuesta 12,5 euros, lleva 800 gramos de polvo. Para preparar 180 ml de biberón son necesarios 6 cacitos, que equivalen, en peso a 25,8 gramos.
Hacemos una regla de tres y calculamos el precio de los 25,8 gramos: 25,8 gramos x 12,5 euros / 800 gramos = 0,40 euros.
La diferencia ya no es tanta, pero aún es mucha, pues preparar un biberón de 180 ml con polvo cuesta 0,40 euros, mientras que hacerlo con la máquina cuesta 1,67 euros. Por cada biberón hecho a máquina nos salen 4 biberones de los otros.
Si además tenemos en cuenta que con las cápsulas no podemos elegir la cantidad que queremos preparar para guardar el resto, seguro que se pierde más dinero con este sistema (con los polvos se puede elegir cuánto preparar en cada momento, si 120, 150 ó 180 ml, con la máquina las cápsulas son de 150 ml ó 180 ml). Supongo que lo más práctico es comprar varios modelos de cápsulas e ir variando según veamos. El problema vendrá si le damos 150 ml y quiere un poco más, que es cuando habrá que tirar del bote de leche en polvo que tenemos por si acaso pasa esto.
Conclusiones
Puede ser algo más práctica que preparar biberones y quizás sería recomendable si nos sobra el dinero y si fabrican una nueva versión que caliente el agua a 70ºC. Si no es el caso, no le veo sentido alguno a comprar algo que puede hacer que un biberón llegue a costarnos entre 4 y 7 veces más.
Foto | Fotomontaje con foto de Public Domain Photos en Flickr
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