Tradicionalmente las pérdidas perinatales se han vivido de puertas a dentro en las casas, en privado, casi en secreto. Poco a poco vamos visibilizando esta realidad que por haber sido ocultada parecía poco frecuente, pero que en realidad afecta a muchas, muchas mujeres. Bueno, a muchas mujeres y a muchos hombres. ¿Cómo afecta a los padres la pérdida perinatal? ¿Qué podemos hacer por ellos?
Se calcula que entre el 15% y el 50% de los embarazos no acaban como cabría esperar. Es una cifra muy alta, altísima. Hasta hace bien poco prácticamente no se hablaba del tema, lo que llevaba en numerosas ocasiones a un mayor sentimiento de culpa (¿Habré hecho algo mal?), soledad, mayor tristeza y peor afrontamiento.
Afortunadamente hoy en día cada vez es una realidad más visible, cada vez más parejas hablan abiertamente de ello, lo que está ayudando, sin duda, a normalizarlo y a que las que ahora pasan por ello cuenten con más apoyo.
Aún queda mucho por recorrer en este sentido, es cierto, sobre todo de cara a la atención que reciben estas mujeres, pero al menos ya no es un tabú.
Esta pequeña apertura al mundo, esta visibilización, ya de por sí minúscula en el caso de las mujeres, lo es aún menos para ellos, los padres. Pero ellos también sufren, ellos también pierden, y aunque no es lo mismo, porque somos nosotras las que llevamos a ese pequeño ser en nuestro interior, el dolor es igual de real.
Mi papel por encima de mis sentimientos
Para muchos hombres su papel durante el embarazo es principalmente cuidar, atender y estar ahí para lo que necesite la madre. Un papel muy importante, sin duda.
Sin embargo cuando se produce una pérdida este rol de cuidador puede hacer que se bloquee la expresión de sus propios sentimientos y que se entorpezca o se complique entonces su propio proceso de duelo y recuperación, según indica un estudio de la Universidad de Minnesota.
¿Significa esto entonces que cada uno tiene que limitarse a encargarse de lo suyo y punto? Para nada: como pareja este será sin duda uno de los trances más complejos y dolorosos por los que vais a pasar, y la manera sobrevivir, de poder seguir adelante, es hacerlo estando unidos, apoyándoos y queriéndoos mucho. Y eso pasa, claro está, por cuidar del otro.
Sentimos lo mismo pero lo expresamos de manera diferente
Según una importante revisión, la realidad es que hombres y mujeres desarrollamos los mismos sentimientos en esta dolorosa situación. Sí, sentimos lo mismo... pero no lo manifestamos de la misma forma, he ahí la diferencia.
A todos nos duele, todos sufrimos: tristeza, ansiedad o incluso depresión pueden hacer acto de presencia sea cual sea nuestro género, pero a ellos se les ha educado (en general) para no expresar emociones, para no dejarse llevar por ellas, por lo que tienen más dificultades para expresarlo. Esto a su vez puede derivar en un peor manejo: si no verbalizo, si no hablo de ello todo se queda dentro y haré una peor gestión de mis sentimientos.
Los principales estudios, de acuerdo con esta revisión, indican que una de las cosas que más les afecta a ellos es la pérdida del rol que habían creado: ya no voy a ser papá.
Con la visibilización de la pérdida perinatal llega también el apoyo externo: familiares y amigos acuden a cuidar y ayudar a esta pareja que acaba de perder a su pequeño corazón. Pero sucede que gran parte de ese apoyo se dirige hacia la madre, cosa que por otro lado es comprensible dado que es ella la que físicamente ha portado al bebé, la que lo ha sentido en su cuerpo, la que, en algunos casos, ha tenido que parirlo para acto seguido despedirse de él...
Apoyar a mamá es lo lógico, lo esperable y es estupendo, pero ellos también están ahí, ellos también han perdido, ellos también están mal. Cuando ese apoyo externo no llega la sensación de soledad puede ser devastadora.
En el extremo más desadaptativo nos encontramos con hombres a los que el sentimiento de soledad ha devorado, que se sienten absolutamente impotentes, lo cual les puede llevar a aislarse (o a recurrir al consumo de alcohol o drogas en algunos casos).
Qué podemos hacer por ellos
Podemos hacer por ellos lo mismo que necesitamos que ellos hagan por nosotras, así que yo reformularía la cuestión y la convertiría en un ¿Qué podemos hacer el uno por el otro o qué podemos hacer juntos?
Como decía antes, perder un embarazo, perder un bebé, es quizá una de las cosas más duras a las que una pareja puede enfrentarse en la vida, es algo que sin duda nos pone a prueba tanto como individuos como pareja, y si queremos superarlo (aprender a vivir con ello), hemos de hacerlo juntos.
- Favorecer la expresión de sentimientos: culturalmente a los hombres se les ha educado para no exterioricen sus sentimientos, hasta tal punto que muchos realmente no han llegado a aprender a hacerlo. En estas situaciones tan duras la expresión emocional es absolutamente necesaria, de manera que puede que necesite de tu ayuda, tú que eres su pareja, para hacerlo. Pregúntale, favorece que exprese cómo se siente, qué necesita...
- Permiso para estar mal: te ha pasado algo horrible, así que querido amigo, tienes derecho a sufrir, tienes derecho a que te duela. Eso no quita que apoyes a tu pareja, que la cuides, pero permítete este dolor, porque negarlo es crearte un problema a largo plazo.
- Expresa tus necesidades, pide ayuda a tu entorno, no tenéis por qué estar solos, no tienes que ser tú el único que cuide... Sois dos, tenéis amigos, familia, acudid a ellos.
- Mucho amor: el dolor está ahí, pero vuestro amor también, utilizadlo como bálsamo, que vuestra relación sea vuestro refugio.
Ojalá nadie tuviera que pasar por algo así, pero si te ha tocado, si os ha tocado, cuidaos el uno al otro: nadie tiene que ser más fuerte, nadie tiene que aguantar más, sois equipo y juntos vais a poder ir aplacando este dolor. Ánimo, mucho ánimo. Puede que algún día llegue un precioso bebé arcoiris.
Fotos: Pixabay.com
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