Llega el calor y con él un propósito de muchos padres (que no de muchos niños) y ese no es otro que el de "la operación pañal". Parece que el verano es el momento idóneo de introducirse en ese gran "reto" que es que nuestro niño o niña deje por fin de usar el pañal. Pero, en ese proceso, que puede ser más o menos largo, siempre hay algo que se va a repetir: los escapes de pipí.
Los escapes de pipí durante la operación pañal son totalmente normales y muy frecuentes. Toda su vida el niño ha ido con pañal y no ha tenido ningún problema para hacer pipí (y caca) encima. Por la simple costumbre, el niño va a orinarse encima más de una vez, incluso cuando ya parecía que había "empezado a controlar".
Lo que sucede muchas veces no es que el niño haga un retroceso, sino que somos los padres los que a menudo nos relajamos y no estamos tan pendientes de, por ejemplo, preguntarles con tanta frecuencia si tienen ganas de hacer pis o no los sentamos en el inodoro o en el orinal tan habitualmente como al principio.
Esos "accidentes" ocasionales también pueden deberse a otras causas: si se altera la rutina del niño (por ejemplo, con un viaje, un día fuera de casa...), si hay cambios importantes en su vida (la llegada de un hermano, empezar el colegio...), si está tan entretenido que espera hasta el último momento y no le da tiempo a llegar al baño... En los casos menos frecuentes hay algún motivo fisiológico. ¿Qué consejos podemos dar a los padres frente a los escapes de pipí?
Consejos sobre los escapes de orina en los niños
Lo mejor es prevenir esos pequeños accidentes. Pregunta a tu hijo regularmente si quiere hacer pipí y ten a mano el baño o el orinal.
Ponle ropa que se quite fácilmente para poder sentarse a hacer sus necesidades rápidamente, sin complicaciones ni perder demasiado tiempo.
Si ya ha habido "sorpresa", lo mejor es cambiarle rápidamente para que no se sienta incómodo ni dar pie a problemas en la piel debido a la humedad y al contacto con la orina o heces. Hablar con él acerca de lo bien que se está limpio y seco.
No te enfades con tu hijo ni le riñas. Hay que animarlos a que no pasa nada y que seguro que la próxima ocasión lo va a hacer en el baño.
Si sigue pasando el tiempo y los escapes no ven reducida su frecuencia, es que tu hijo no está preparado para dejar el pañal. Cada niño lleva su ritmo y a unos les cuesta más que a otros, el control de esfínteres no llega cuando lo decimos los padres, los pediatras o profesores... sino cuando el niño ha alcanzado el grado madurativo, algo que en unos pocos niños sucede a los dos años y en la mayoría a los tres o hasta los cuatro años.
Si te preocupa el hecho de que tu hijo no logra controlar los esfínteres o ha comenzado a hacerlo después de un periodo de control, conviene preguntarte a qué puede ser debido (¿ha habido cambios importantes en nuestra vida?) y acudir al pediatra para que valore el caso.
En el caso del pipí por la noche, hemos de ser mucho más pacientes. No hay que preocuparse ni presionar a nuestros hijos, ya que no se considera que hay enuresis nocturna (persistencia de micciones incontroladas más allá de la edad en la que se alcanza el control vesical) hasta alrededor de los cinco-seis años. Si durante el día ha costado controlar el pipí... ¿qué será de noche, cuando están durmiendo?
Foto | iStock
En Bebés y más | Quitar el pañal, ¿es el verano el mejor momento?, Operación pañal v.2: el control de esfínteres (I) y (II), Lo que hizo este padre es genial: su hija se hizo pis encima y él fue a buscarla al colegio con los pantalones mojados