El nuevo curso escolar dará comienzo en poco más de una semana en gran parte de nuestro país. Parece que fue ayer cuando nuestros hijos comenzaron las vacaciones de verano, pero ya han pasado más de dos meses y toca volver a la rutina.
Algunos niños se muestran entusiasmados por volver al colegio y reencontrarse con sus compañeros y profesores. Pero para otros, la vuelta supone un gran esfuerzo y empiezan a mostrar sus reticencias. Si este es el caso de tu hijo, te compartimos algunas pautas que podrían ayudarle a afrontar, de la mejor forma posible, la vuelta a las aulas.
Comienza a adaptar horarios
Una de las cosas que más cuesta cuando volvemos a la rutina es ajustar nuevamente los horarios. En la mayoría de los casos, los niños vienen de pasar un verano relajado, en donde se han ido a la cama y se han despertado sin necesidad de relojes.
Comenzar de un día para otro con horarios estrictos y despertadores, podría llegar a afectarles, por lo que los expertos recomiendan que la adaptación sea paulatina. Proponen acomodar un "plan de sueño", y llevarlo a cabo días antes del inicio, para que los peques vayan adaptándose poco a poco y sin traumas a la nueva situación.
Recuerda que la Asociación Española de Pediatría recomienda que los niños de entre tres y cinco años duerman entre 10-12 horas diarias, y los niños de entre seis a 10 años, lo hagan alrededor de 10 horas al día. No dormir el tiempo recomendado puede afectar a su carácter y a su rendimiento escolar, de ahí que el tema del sueño sea lo primero que debemos vigilar para comenzar el curso con buen pie.
Preparad juntos el material escolar
Para los niños, especialmente para los más pequeños, una de las cosas más emocionantes del inicio del colegio es estrenar material escolar.
Por eso, implícale en lo que tendrá que llevar a la escuela durante este curso: repasad juntos los libros que va a utilizar, pídele ayuda para forrarlos o etiquetarlos, comprobad juntos si tenéis comprado todo el material que necesitará...
Y si aún tenéis pendiente alguna compra escolar anímale a que te acompañe a la tienda, y si es posible, que elija algún artículo a su gusto (por ejemplo: la mochila, el estuche, una carpeta, unas zapatillas de deporte...).
Actitud positiva
Los niños son esponjas que todo lo absorben, y los padres somos su mayor ejemplo. Por eso, si tratamos de inculcar a nuestros hijos una actitud positiva hacia la vuelta al cole que nosotros no manifestamos con nuestra vuelta al trabajo, enseguida se percatarán de que estamos engañándoles.
Es normal sentir nostalgia por el fin de las vacaciones. El verano es una etapa divertida y relajada que compartimos en familia, y que seguro que nos ha sentado fenomenal a todos. Pero volver a la rutina no tiene porqué ser malo, y así debemos transmitírselo a nuestros hijos.
Hagámosles ver que tienen por delante un curso académico repleto de posibilidades. Un cuaderno en blanco para ir rellenando con un sinfín de vivencias y aprendizajes nuevos. Y qué mejor forma que empezar a hacerlo con energía y positividad.
Reúne a todos sus amigos
Si preguntas a cualquier niño qué es lo que más le gusta del colegio, casi con total seguridad te responderá que sus amigos. Los juegos en el patio, los momentos cómplices entre compañeros, las anécdotas en clase... forman parte de los recuerdos que quedan grabados por siempre en la memoria.
Por eso, si tu hijo está especialmente apático con la vuelta al cole, prueba a darle una sorpresa organizando una merienda con sus mejores amigos, días antes de volver. Reencontrarse con sus compañeros le sentará de maravilla, pasarán un rato muy divertido, y seguro que juntos recuerdan vivencias y anécdotas graciosas del curso pasado que le ayudarán a afrontar el inicio con la mejor de las sonrisas.
¡Que no paren los planes!
El verano gusta especialmente a todos por la cantidad de planes que podemos hacer y ratos de ocio de los que disfrutar. Por eso, cuando se identifica la vuelta a la rutina con el fin de esos momentos divertidos, sobreviene la ansiedad y la apatía.
Pero, tal y como hemos comentado más arriba, la vuelta a la rutina no tiene porqué ser sinónimo de aburrimiento, y aunque toque acogerse a unos horarios y pautas diarias más o menos fijas, es importante seguir manteniendo la ilusión de los planes en familia.
Mientras continúe el buen tiempo, podemos aprovechar los fines de semana para hacer todas esas cosas que se nos han quedado pendientes este verano: excursiones, rutas en bici, salidas culturales... Y a medida que el otoño se vaya echando encima, os daremos nuevas ideas para seguir disfrutando del ocio familiar.
Y todo ello sin olvidarnos de recuperar nuestras rutinas o tradiciones diarias, como el momento relajado del baño, la lectura de un cuento antes de dormir o las conversaciones divertidas durante las cenas.
Si hacemos un ejercicio de empatía con nuestros hijos, seguro que entendemos su sentimiento de tristeza y desgana ante la idea de comenzar de nuevo el cole. Pero esperamos que poniendo en práctica estos consejos, la vuelta a la rutina sea más llevadera y positiva.
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