Niños con alergias alimentarias en campamentos de verano: previene riesgos

Con las vacaciones escolares a la vuelta de la esquina son muchas las familias que ya están organizando los campamentos de verano. Pero lo que debería ser una experiencia relajada para los padres y divertida para los niños, puede convertirse en un foco de estrés cuando nuestros hijos tienen alergias alimentarias.

Si te encuentras en esta situación - y salvo que hayas optado por un campamento especializado en niños alérgicos como los que ofrece AEPNAA cada verano-, te recomendamos seguir estos consejos para prevenir riesgos y disfrutar de la experiencia.

Solicita una reunión personal para aclarar estos tres aspectos fundamentales

Si ya has elegido el campamento de verano para tu hijo, probablemente te hayan informado sobre los aspectos generales, lo que los niños van a necesitar llevar o las actividades que van a hacer.

Pero la información general que se da a todas las familias no es suficiente para los padres de niños alérgicos, por lo que es imprescindible solicitar una reunión con la persona responsable del campamento y con el monitor o monitores que vayan a estar al cargo de tu hijo.

En dicha reunión deberían informarte acerca de los siguientes aspectos:

1. Formación. Averigua cuál es la formación en alergias y conocimientos específicos que tienen los monitores. No dudes en abordar con ellos cuestiones como: ¿saben identificar los síntomas de alergia? ¿conocen cómo actuar en caso de una reacción alérgica grave? ¿saben administrar la adrenalina o inhaladores?...

Es recomendable que el niño alérgico siempre esté acompañado del mismo monitor, quien conocerá su caso con todo detalle y será el encargado de velar por su seguridad.

2. Uso de medicación. En caso de que tu hijo necesite llevar medicación para su alergia, es importante que sepas con antelación quién custodia esa medicación, dejando claro la importancia de que esta debe estar siempre disponible en cualquier momento y lugar.

3. Actuación en caso de emergencia. Infórmate bien acerca del tratamiento que reciben los niños alérgicos y cómo es el protocolo de actuación en caso de emergencia.

Es fundamental no conformarse con el típico discurso tranquilizador que muchos campamentos ofrecen, e incidir en la importancia de que cada niño alérgico es único.

En este sentido, tanto la organización como los monitores deben demostrar conocimiento, compromiso, empatía y seriedad con este tema de salud tan importante.

La hora de comer, el momento más crítico

Para los niños con alergias alimentarias, el momento de la comida fuera de casa es el más crítico, por lo que resulta de vital importancia conocer con antelación el procedimiento que sigue el campamento.

Si cuenta con cocina propia o catering, los responsables deberán estar formados en alergias y conocer los riesgos que implica la contaminación cruzada. Además, las familias deben saber con antelación el menú que se va a servir.

Si se trata de un campamento en donde los niños se llevan la comida de casa, el monitor responsable del niño alérgico deberá estar muy pendiente de su seguridad, vigilando en todo momento que otros niños no comparten comida con él ni manipulen sus cubiertos o alimentos (una situación que es frecuente entre los más pequeños).

Lleva un informe médico el primer día de campamento

Además de hablarlo personalmente, es recomendable que antes de comenzar el campamento aportes un informe médico de tu hijo en donde se especifique claramente el tipo de alergia que tiene, qué alimento o situaciones debe evitar y cuál sería su tratamiento en caso de emergencia (especificando la dosis de medicamento e instrucciones para administrarlo).

Es recomendable también adjuntar un permiso firmado por los padres que autorice a los monitores a suministrar adrenalina de forma precoz si fuera preciso.

Prepara un botiquín para emergencias

Prepara un botiquín con todo lo que tu hijo necesita en caso de sufrir una reacción alérgica (antihistamínicos, inhaladores, corticoides, adrenalina...). Si se trata de un campamento con pernocta, el botiquín de alergia debería ser lo primero que guardemos en su maleta, al igual que lo hacemos cuando viajamos o nos vamos de vacaciones.

Identifica a tu hijo alérgico

Es también muy recomendable utilizar algún recurso identificativo en el que pueda leerse claramente el nombre del niño, la alergia o alergias que tiene y un número de teléfono para casos de emergencia.

Opta preferiblemente por algo que el niño no pueda quitarse fácilmente, no suponga un peligro (evita chapas con enganche de alfiler o cordones colgados al cuello) y no se estropee con el agua. Un buen recurso son las pulseras ajustables de PVC.

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Habla con tu hijo

Si bien los padres de niños con alergias no deberíamos infundirles miedo ni hacer de esta condición el centro de todas nuestras conversaciones, es importante enseñar a nuestros hijos a convivir con su alergia lo antes posible de una forma natural.

Cuando un niño conoce su condición alérgica es más fácil que también sepa identificar y evitar situaciones de riesgo, además de contribuir en la importante labor de informar, difundir y crear conciencia social.

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