Falta entre una semana y diez días para que de comienzo el curso escolar. Son días de preparativos, compras de última hora y ajuste de rutinas, principalmente del sueño, que es uno de los aspectos que más se tambalea durante el verano.
Aunque al inicio de las vacaciones os dábamos algunas pautas para intentar mantener las rutinas de sueño durante el periodo estival, es normal y lógico que nos hayamos relajado con ellas, por lo que ahora toca amoldarlas para que la vuelta al cole de nuestros hijos no resulte un cambio brusco en lo que a sus ritmos biológicos se refiere.
Cómo ajustar rutinas de sueño en 10 días
Cuando las rutinas de sueño están descontroladas y nuestros hijos se acuestan y se levantan sin horarios y sin presiones, pensar en ajustar las horas de cara a la vuelta al cole puede parecernos algo difícil de acometer.
Y es que, obviamente, si durante el verano nuestros niños se han estado levantando a las 10:00 horas, intentar despertarles de un día para otro a las 07:00 no sólo será complicado, sino que les afectará al carácter y a su rendimiento escolar, ya que se sentirán cansados e irascibles.
Si hoy mismo empezamos a poner en práctica este plan de sueño, los peques tendrán más de una semana por delante para acostumbrarse e irse adaptando poco a poco y sin traumas a la nueva situación que les espera de aquí a unos días.
- 1) Acuesta a tu hijo diez minutos antes cada día
Si desde ya, y durante los próximos diez días, vamos adelantando diez minutos diarios la hora de ir a la cama, el día antes de empezar el colegio habremos conseguido que se duerman una hora y media antes de la hora a la que han acostumbrado durante las vacaciones.
Podéis jugar con estos tiempos en función de vuestras necesidades o particularidades, sin olvidar que la Asociación Española de Pediatría recomienda que los niños de entre tres y cinco años duerman entre 10-12 horas diarias, y los niños de entre seis a 10 años, lo hagan alrededor de 10 horas al día.
- 2) Adelanta la hora de despertarle diez minutos cada día
Aunque este punto es consecuencia del anterior y a medida que nuestro hijo vaya acostándose antes probablemente también vaya modificando por sí mismo su hora de despertar por la mañana, podemos ayudarle despertándole unos minutos antes cada día.
Consejos para hacer más fácil esta adaptación
Ajustar los horarios de sueño puede ser más sencillo si llevamos a cabo una serie de consejos adicionales que ayudarán a nuestros hijos a aceptar de mejor grado la nueva rutina previa al inicio de curso.
- Rutinas que favorecen el sueño
Un rato antes de acostar a los niños debemos llevar a cabo una serie de rutinas que favorezcan su descanso, tengan un impacto positivo en la calidad del sueño y les ayude a reducir el estrés.
El ejercicio físico durante la tarde, un baño relajado y una cena ligera y nutritiva son los aliados perfectos para conseguir un sueño reparador. A este respecto, quizá también tengamos que ajustar los horarios y tipos de cena como parte del mismo plan de adaptación a las nuevas rutina.
Recuerda que las pantallas no son aliadas del sueño por lo que debemos huir de ellas, así que si tu hijo ha estado especialmente enganchado este verano a tabletas y móviles, ahora es el momento de empezar a retirárselos.
- Luz, temperatura y ropa
A todo lo anterior hay que sumar también un entorno relajado que invite al descanso: luz ténue, colchón, almohada y sábanas de tejidos naturales y transpirables y temperatura de la habitación en torno a los 22 grados de media.
- ¿Nervioso? ¡Ayúdale a relajarse!
Pero puede ocurrir que a pesar de poner en práctica todos estos consejos notes que tu hijos está especialmente nervioso o inquieto, y que incluso te diga que les cuesta conciliar el sueño. Es absolutamente normal.
Han sido muchas semanas de desconexión, diversión y ausencia de rutinas y a medida que la vuelta al cole se acerca crece también el nerviosismo y la incertidumbre, que puede intensificarse en determinadas situaciones como un cambio de colegio, de profesores o paso de ciclo.
Si detectas que tu hijo está preocupado por este tema, habla con él y transmítele un mensaje tranquilizador. Quizá puedas contarle un cuento adaptado a la "vuelta al cole", o mantener con él una charla sobre lo que se va a encontrar cuando comience el curso y cómo lo vais a afrontar juntos.
Posiblemente, después de hablar contigo y de transmitirte sus miedos y emociones, se sienta más relajado y apoyado y eso se traduzca en una mejor calidad del sueño.
- Predicar con el ejemplo
Pero de nada servirá todo esto si los padres no predicamos con el ejemplo. Es momento de retomar las cenas en familia (si acaso se hubieran perdido durante el verano) y los cuentos antes de irse a dormir, así como de afrontar la "vuelta al trabajo" con energía y positivismo.
Y es que si los adultos mostramos abiertamente el síndrome postvacacional y nos quejamos delante de los niños de lo duro que es volver a trabajar después de las vacaciones, madrugar o ajustar horarios, ¿cómo vamos a pretender que nuestros hijos lleven con alegría su vuelta al cole?