Para lograr que vuelva a acostarse en su cama, debemos ser tiernos a la vez que firmes con él. Tenemos que explicarle a nuestro hijo que es lo que va a ocurrir a partir de ese momento, que debe aprender a dormir en su habitación y en su cama.
Debemos iniciar el ritual que tenemos establecido para la hora de dormir, contarle un cuento, darle un beso de buenas noches y explicarle que dentro de un rato volveremos. El objetivo es que el niño se quede solo en su habitación y no importa que no se duerma. Al principio el niño intentará por todos los medios volver a la rutina anterior (llorará para ir a la cama de los padres), ya que él no entiende que debe dormir solo, es normal, cuando está acompañado de sus padres o familiares todo el día, no le gusta el momento en el que se tiene que quedar solito.
Si el niño vomita debemos mostrar calma, acercarnos a su lado y decirle que no pasa nada, le limpiamos y le cambiamos la ropa y nos quedaremos con él hasta que se calme, pero después le diremos que tiene que dormirse él solo y nos marchamos.
Con los días, aumentaremos los tiempos de espera para ir a verle hasta que se duerma. Con este sistema, empezará a dormirse solito sin reclamar nuestra presencia.
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