El ejercicio que realiza un niño es muy extenso, incluso se diría que su energía nunca se acaba. Es uno entre varios factores que ayudan en el crecimiento, ya que los músculos se tonifican, los tejidos se oxigenan... Correr, saltar, todo este ejercicio ayuda notablemente tanto en la altura final del niño, como en la prevención de la obesidad.
También tenemos que tener en cuenta el factor del sueño, un descanso adecuado favorece un notable crecimiento, según los endocrinos, la hormona del crecimiento se segrega durante todo el día pero el 80% de esta secreción es producida sobre todo mientras el niño duerme. Por este motivo un adecuado descanso y unas horas de sueño interrumpidas favorecen el crecimiento. La nutrición ya sabemos que es otro de los factores fundamentales, la prueba está en los españoles, la talla media ha aumentado en los últimos treinta años y esto se debe a una mejor alimentación. Siempre hacemos hincapié en una dieta adecuada que permite desarrollar el organismo en todos los sentidos ya sea salud, crecimiento, desarrollo intelectual, etc.
Aunque parezca mentira, incluso la afectividad influye en el crecimiento, que demostremos a nuestro hijo el cariño y el amor que le procesamos es también determinante. Se ha demostrado que niños que han sido queridos crecen más que los que sufren carencias afectivas.
Todos estos factores unidos a la herencia genética posibilitan que tu hijo tenga una talla óptima, aunque lo más importante es que el niño crezca sano y feliz.
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