También es un ejercicio para los padres el reaprender el lenguaje. No podemos decirles "eres malo", "mamá no te querrá", o "se lo voy a decir a los Reyes Magos si no paras". Para construir un autoconcepto fuerte los mensajes que reciban de las personas que más aman deben ser positivos y no encerrar juicios negativos de valor. Si les decimos que son malos, lo creerán. Y si creen que son malos ¿como vamos a poder llegar a ellos?
Las rabietas, que comienzan a partir de los 18 meses son una etapa necesaria de su desarrollo: el descubrimiento de si mismos como seres independientes. Y también son sus primeros ejercicios de libertad.
Ellos se pasan meses en los que les digas lo que les digas a todo van a negarse. No quieren sopa ni quieren puré, no quieren ir a la calle ni quedarse en casa. ¿Que quieren? Solamente están aprendiendo que pueden tener deseos propios que no sean los nuestros. Luego su independencia les asusta o nuestras reacciones los desconciertan. Su propio descubrimiento de un yo con voluntad propia es fuente de descontrol. ¿No es fascinante la aventura de acompañarlos amorosamente en ese aprendizaje? Yo creo que si.
Las rabietas pasarán y lo harán mas sencilla y sanamente si no los tratamos de domar. Obedecer no es la mejor enseñanza que podemos dar a un niño. Respeto y empatía si. Y eso lo aprenderán mejor si se los ofrecemos. El mantener a los niños sumisos con gritos, miedo o castigos a la larga daña su autoestima y puede explotar mas adelante, en la adolescencia, con una rabia contenida muchos años que ya no podremos acallar.
Así que la receta casi infalible es comprender y amar, acompañar y no domar. A la larga nos hará a todos mas félices.
En Bebés y más | Las rabietas En Bebés y más | Las rabietas según Rosa Jové