Los educadores y los investigadores están de acuerdo en que las primeras experiencias en educación son importantes para el desarrollo cognitivo y lingüístico de los niños. Durante los últimos 30 años ha habido un fuerte movimiento para mejorar el nivel de alfabetización de los niños y se ha traducido en una gran cantidad de información para los padres sobre cómo pueden mejorar el nivel educativo de sus hijos leyendo libros, cantando canciones infantiles, jugando a juegos de palabras y notando las impresiones.
Es una tendencia positiva que debería continuar, sobre todo si tenemos en cuenta la importancia de la alfabetización temprana a la hora de aprender a leer y cómo se refleja en un mejor rendimiento académico en la escuela y en un mejor éxito la vida. Pero no se trata solamente de la alfabetización, también deberíamos fomentar desde una edad temprana las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería matemáticas). La primera infancia es el punto de partida idóneo para aprender sobre ciencias porque es cuando los más pequeños sienten más curiosidad y quieren explorar su entorno.
Los niños tienen la capacidad suficiente para aprender sobre ciencias y sus conocimientos suelen ser infravalorados por los educadores y por los padres.
1. Anima a los niños a que se fijen en las cosas
Fijarse en cosas del entorno como los cambios en las estaciones, los nuevos brotes de las plantas o cómo se mueven las cosas con el viento. Los niños suelen ser más observadores que los adultos, sobre todo cuando estamos ocupados pensando sobre el trabajo y las cosas que tenemos pendientes. Comparte las cosas que observas con tus hijos y utiliza lenguaje relacionado con dichas observaciones, como fijarse y observar.
La observación es el proceso científico más fundamental porque hace que formemos hipótesis y recopilemos datos. Con la práctica, los niños pueden pasar de fijarse en cosas generales a cosas más detalladas o incluso científicas.
2. Anima a los niños a que describan las cosas que ven y que hacen
Pide a los niños que describan los atributos y las características de las cosas que ven y que hacen. Si tu hijo ve una mariquita, pídele que describa su color, su forma y su tamaño.
De forma parecida, si tu hijo está construyendo algo, pídele que describa lo que está haciendo (o ha hecho). Puedes parafrasear su descripción y extender sus palabras, incrementando su vocabulario y su autoestima utilizando lenguaje científico.
Solamente los niños que han sido expuestos ciertos tipos de socialización lingüística son propensos a decantarse por una carrera de ciencias. Utiliza palabras como predecir, experimentar y medir.
3. Pregunta más "qué" en vez de "por qué"
Haz preguntas que se centren en lo que tu hijo puede ver o hacer, en vez de por qué. Esto hará que tu hijo pueda responder con seguridad a las respuestas y sienta que ha tenido éxito. Es mucho más fácil responder a "¿Qué les pasa a las burbujas?" que a "¿Por qué las burbujas permanecen juntas?" y también hace que fluya la discusión entre tu hijo y tú.
Lo que queremos es hablar más con los niños y que aprendan, en vez de cohibirles con preguntas que los niños (y a veces hasta los padres) no pueden responder. No hay nada malo en que no sepan por qué las burbujas se mantienen juntas y buscar la respuesta después. Lo primero es hacer preguntas que los niños puedan responder.
4. Anima a los niños a contar utilizando la correspondencia uno a uno
Los niños tienen que ser capaces de algo más que simplemente contar y necesitan saber que existe la correspondencia uno a uno: el hecho de que "uno" equivale a un objeto, "dos" a dos objetos, "tres" a tres objetos y así sucesivamente.
Los padres pueden desarrollar esta habilidad de forma sencilla pidiéndoles a sus hijos que, por ejemplo, cojan cinco pinzas para tender la ropa o dos huevos para preparar un pastel. También se les puede preguntar cuántas bolsas de la compra hay o cuántas letras hay en el buzón.
Los juegos de mesa son una buena forma para que los niños comprendan la correspondencia uno a uno, especialmente si tienen que mover su ficha por el tablero según el número del dado ¡No hace falta más que recordar todas esas discusiones jugando al Monopoly sobre en qué casilla se supone que tenía que estar la ficha!
5. Anima a los niños a que piensen sobre el espacio que les rodea
Anima a los niños a que reflexionen sobre el espacio en el que se encuentran. Si están mirando un mapa del zoo, pregúntales donde se encuentran en relación a los canguros o a los leones. Cuando vais en coche a clase de natación, pídeles que te digan cómo llegar.
También puedes pedirles que recuerden varios puntos de referencia cuando vais en coche a un sitio al que soléis ir a menudo, como la casa de la abuela. Se trata de habilidades como reconocer su casa a partir de una foto tomada desde la calle o describir donde está su habitación en relación a la cocina. La ciencia ha demostrado que hay una clara relación entre las capacidades espaciales y las disciplinas STEM.
Los niños pueden comprender cuestiones complejas sobre el mundo que les rodean si los adultos les ayudan de forma correcta. Las experiencias tempranas con temas científicos hacen que sigan queriendo aprender sobre las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en el futuro. En línea con algunos programas de educación preescolar queremos que los niños crean en sí mismos y que se involucren en su educación. Necesitamos que los niños sientan que pueden "hacer" ciencia, así como entender y hablar el lenguaje de las disciplinas STEM.
A diferencia de los materiales sobre aprender a leer y escribir, sigue habiendo pocos recursos disponibles para los padres sobre cómo desarrollar las capacidades científicas a una edad temprana. Sin embargo, existen muchas oportunidades en la vida cotidiana para que los padres les ayuden a aprender sobre ciencia, simplemente tienen que saber que existen.
No se trata de que los padres compren juguetes caros, kits de ciencia o libros donde los niños tengan que rellenar huecos. Tampoco tienen que tener una carrera de ciencias para poder enseñarles cosas a sus hijos.
Esperar a que el niño empiece el colegio para que aprenda sobre ciencia es demasiado tarde, de la misma manera que ocurre con la lectura. Los padres pueden ayudar a sus hijos a ser capaces de aprender y a sentirse seguros sobre ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas desde una edad temprana.
Autora: Kym Simoncini, Profesora adjunta de Educación Infantil y Primaria, Universidad de Canberra.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.
Traducido por Silvestre Urbón.
Fotos | Pixabay
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