Las niñas también pueden ser científicas: cómo motivarlas para que amen la ciencia

Hoy 11 de Febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Esta iniciativa, que solo tiene tres años de vida, pretende dar visibilidad a la labor de las científicas, fomentar vocaciones científicas en las niñas y ayudar a cerrar la brecha de género en ciencia.

Porque aunque los estudios demuestran que no es cierto que a las mujeres no se les den bien las ciencias, la realidad dice otra cosa: las mujeres están muy poco representadas en carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. Intentamos explicar el porqué y buscamos estrategias para lograr que las niñas sí se interesen por las ciencias.

Estereotipos culturales

Pensemos un momento. Con la excepción de Marie Curie, ¿cuántas mujeres científicas nos vienen a la cabeza? Muy pocas. Y sin embargo existen desde siempre y su papel ha sido muy importante a lo largo de la historia y, por supuesto, hoy en día también.

Aún así los datos apuntan a que las llamadas carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) no parecen ser muy atractivas para las jóvenes. Pero, ¿por qué razón si los estudios han demostrado que niños y niñas son igual de inteligentes?

Según el Gender in the Global Research Landscape, las científicas suponen más del 40% de los investigadores en EEUU y la Unión Europea. Pero su presencia no es igual en todas las disciplinas científicas: mientras el número de mujeres en salud es relativamente elevada, en física, matemáticas o ingenierías apenas suponen el 25% del total. Y concretamente en España, solo un 28% del alumnado universitario en estas carreras son mujeres, un porcentaje ligeramente inferior al de los países europeos de la OCDE, que se sitúa en el 31,4%.

  • Puede deberse a un mensaje subliminal de la sociedad que hace que cuando somos adolescentes descartemos este tipo de carreras porque se las vincula con algo más masculino. Solo hay que recordar cómo se muestra al científico en alguna de las célebres películas americanas, como un joven friki, loco por las matemáticas y asocial.

  • Además, la tradición machista en educación puede llevar a las niñas a pensar que son menos inteligentes. Cuando no es así en absoluto.

La secundaria es la etapa clave

Un estudio de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), publicado a finales de noviembre de 2018, analiza por qué sucede esto a partir de datos del informe PISA y sus conclusiones no dejan lugar a dudas: aunque la vocación científica a los 15 años es baja en general, los chicos triplican a las chicas en su intención de estudiar ciencias.

Entre las causas, factores sociales relacionados con el sesgo de género, como el déficit de autoconfianza entre chicas: "A igualdad de nota, las alumnas tienen una probabilidad inferior de reconocer que son ‘buenas'".

Según el informe, es en Secundaria cuando se comienza a ver el alejamiento de las ciencias y es muy frecuente clases de Bachillerato tecnológico con solo dos o tres chicas.

Cómo motivar a las niñas para que amen la ciencia

Opiniones de expertos e investigadores científicos refuerzan la idea de que tenemos que tomar medidas para animar a las niñas a acercarse al mundo de las ciencias y terminar con creencias injustificadas. Estas son algunas de las propuestas que hemos recopilado, aunque seguro que como padres vosotros tenéis alguna idea más.

Promover el aprendizaje científico cooperativo

Es importante que tanto niños como niñas interactúen de igual manera en los trabajos escolares relacionados con la ciencia. Compartir aprendizaje con sus iguales contribuye a despertar el interés de las niñas por las ciencias desde edades tempranas.

También es igual de importante la implicación de los padres a través de los centros y del propio profesorado.

Fomentar la autoconfianza en las niñas

La orientación profesional que se realiza en la ESO debe prestar atención a características específicas de las chicas, como esa falta de autoconfianza en ellas mismas.

"Los educadores tenemos la obligación de acertar en el segundo ciclo de la ESO, en el que se gestan la mayoría de vocaciones profesionales y se marca el camino a seguir. Después vienen los itinerarios de Bachillerato, luego la carrera o la Formación Profesional, "y es muy difícil hacer el camino de vuelta de no-STEM a STEM", señalan los autores del informe de la UCJC.

Y añaden un aspecto que nos parece muy representativo e importante para terminar con la brecha salarial entre hombres y mujeres, un motivo para reflexionar y animar a nuestras hijas a elegir aquellos estudios que más les atraigan, porque están preparadas para cualquiera de ellas, como el resto de los chicos:

"El sesgo de género, los estereotipos y las expectativas sociales reservados para chicas y chicos comienza en la secundaria y repercute en la brecha salarial que sufrirán de adultos. Al final de la presente década, el ritmo de creación de empleos STEM duplicará al de los empleos no STEM (18% frente a 9%). Si consiguiéramos que las mujeres eligieran estas profesiones, parte de la brecha salarial que tiene que ver con las diferencias en el tipo de empleo se reduciría".

Crear un ambiente científico estimulante

Ángeles Bueno, presidenta de la Asociación Mujer y Tecnología Womenteck apuesta por crear en el colegio un ambiente estimulante y favorable para que las niñas puedan desarrollar esta vocación científica igual que sus compañeros.

Una estrategia es darles a las chicas oportunidades para que logren éxito en tareas relacionadas con carreras STEM para comenzar a construir su confianza. Por ejemplo, diseñar un ejercicio de programación como juego, lo que podría ayudar a que se sientan más motivadas y capaces de alcanzar el éxito.

Difundir el papel de las mujeres científicas

Aunque los libros de texto estén poblados solo de ejemplos masculinos, es positivo hablarles de mujeres que han contribuido a la ciencia (como Marie Curie o Jane Goodall), y que pueden servir de referencia a las pequeñas científicas en ciernes.

Las creencias machistas tradicionales hacen creer a las jóvenes que ser ingeniera industrial o informática implica un abandono de la vida personal y familiar para tener éxito, la discriminación en los sueldos de las mujeres y los techos de cristal en sus carreras profesionales. Como consecuencia, muchas terminan eligiendo carreras relacionadas con las ramas de la salud, en vez de las técnicas como las ingenierías.

Nosotros, los padres, podemos modificar estas falsas creencias, mostrándoles modelos reales a seguir. Está comprobado que el interés de las niñas por la ciencia y la tecnología se duplica cuando tienen referentes femeninos. Podemos, por ejemplo:

 Fomentar el juego científico

Los bloques de construcción es un juguete que existe hace tiempo y que contribuye a desarrollar habilidades de razonamiento espacial, que son el mejor indicador de si los niños acabarán estudiando una carrera relacionada con la ciencia, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas (STEM).

También, por supuesto, los juguetes tecnológicos, los científicos, o juguetes con los que pueden hacer experimentos, por ejemplo, de biología o de astronomía.

Los juguetes con elementos de diseño y construcción, circuitos y cables, elementos de programación, representación de ecosistemas... Son una buena alternativa para que las niñas (y por supuesto los niños también) comprendan el mundo que les rodea.

Eso sí, sin olvidar que el principal objetivo del juego es divertirse, por lo que hay que fomentar el hecho de que todos los juguetes son adecuados para niños y niñas, pero buscando aquellos que más se adapten a los gustos de nuestras hijas.

Poner la ciencia a su alcance

Si la baja representación de las mujeres en carreras STEM se deben a razones culturales y no a diferencias innatas por razones de sexo o falsos estereotipos, los padres podemos ayudar a eliminar estas falsas creencias que desmotivan a las niñas a convertirse en científicas.

La ciencia y la tecnología forman parte de nuestras vidas y es importante que se los hagamos notar hasta en las cosas más pequeñas, como por ejemplo enseñarles a observar fenómenos científicos cotidianos, hacer con ellas experimentos en casa, introducirlas en el mundo de la programación, enseñarles como funciona una máquina o un motor...

Apoyarlas siempre en sus elecciones

Es clave que las niñas se sientan respaldadas por sus padres en las elecciones que hagan. Según un estudio realizado por Microsoft entre 11.500 niñas de toda Europa, el 81% de las niñas que recibe apoyo de sus padres en su interés por la ciencia y la tecnología declara su predisposición a cursar estudios STEM y desarrollar su carrera profesional en esta área.

Fotos | iStock

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