Si damos el ejemplo de leer, nuestros niños leerán. Si hay una biblioteca en casa, ellos sentirán curiosidad por los libros y motivará sus ganas de descubriros.
Tan importante como leerlos es que los niños tengan sus propios libros en un lugar especial.
Por eso, a partir de los dos años aproximadamente, debemos buscar un sitio en la casa donde colocar sus libros de forma que ellos puedan cogerlos cada vez que lo deseen.
Armar su primera biblioteca en un estante de su habitación, o mismo en una sección especial dentro de la biblioteca familiar hará que el niño acuda a ese rincón especial a consultar sus propios libros.
Puedes ayudarle también a que los coloque en algún orden específico, del más al menos favorito, del más al menos largo o según temas, de forma que pueda encontrarlos fácilmente.
Así, además de inculcarle el sentido del orden y el respeto por los libros estarás fomentando también que lea más.
Procura cada tanto regalarle algún nuevo libro para que vaya aumentando su colección y mantenga vivo su interés.
Independientemente de en qué lugar de la casa decidan armar la biblioteca, puedes reservar en su habitación un sitio especial para rincón de lectura.
Busca un lugar cómodo con una silla, un puff o almohadones en el suelo donde sentarse a disfrutar del placer de la lectura.
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