Todos respiramos, pero pocos somos conscientes de cómo lo hacemos y de lo mucho que puede ayudarnos la respiración profunda, controlada y consciente. La ciencia ha confirmado que la respiración es un método infalible para controlar la ansiedad, pues tiene un potente efecto sobre la actividad cerebral que ayuda a rebajar el estrés y a gestionar las emociones.
Dados sus incontables beneficios, los padres deberíamos enseñar a nuestros hijos técnicas de respiración, ya que en el momento en que las aprenden e interiorizan, podrán aplicarlas por sí solos como forma de autorregular su comportamiento y alcanzar un estado de calma.
Buena muestra de ello es un vídeo publicado en redes sociales por una madre de Los Ángeles (EE.UU), en donde puede verse a su hijo de seis años ayudando a respirar profundamente a su hermano de cuatro, que estaba al borde de una rabieta. El vídeo se ha viralizado en poco tiempo, ya que muestra de una manera muy visual el poder infalible de la respiración.
Según leemos en el diario Today, todo comenzó por un problema con la videoconsola, que hizo que el pequeño Cory, de cuatro años, estallara en una rabieta. Para evitar la desagradable situación, su hermano Noah, de seis años, se acerca a él y le trata de calmar utilizando la respiración.
Noah le muestra cómo debe inhalar y exhalar para tranquilizarse, mientras le dice la palabra 'Respira' acompañada de un movimiento de sus manos. El pequeño, al que inicialmente vemos visiblemente alterado, acaba poniendo toda su atención en su hermano, y aunque al estar de espaldas no sabemos si llega a imitarle, todo parece indicar que sí, pues su expresión corporal acaba relajándose.
La madre de los pequeños afirma que la respiración consciente es una técnica que emplea con frecuencia en casa para relajarse en estos momentos de pandemia, en donde el estrés está haciendo una especial mella. Cuando sus hijos la ven practicar yoga y meditar, se unen a ella y así han ido poco a poco interiorizando la importancia de la respiración.
"Me he acostumbrado a animarlos para que se detengan y respiren un poco cuando están molestos y enojados, o cuando sus emociones se intensifican" - ha expresado a Today.
Noah, que según afirma su madre tiene un carácter más temperamental, utiliza a menudo la respiración para autorregularse, y por eso quizá tenga más interiorizado sus efectos positivos y haya querido mostrárselo a su hermano pequeño.
La respiración como una forma de control emocional
La respiración es un método infalible para autorregular el comportamiento, volver a un estado de calma y tranquilizar a los niños cuando se enfadan, se sienten tristes o pierden el control.
Muchos colegios también utilizan la respiración profunda y consciente para conseguir que los alumnos se relajen tras una actividad de máxima excitación (por ejemplo, al volver del patio o de hacer gimnasia), y así puedan comenzar de nuevo a trabajar con atención plena.
Existen tres técnicas de respiración que podemos poner en práctica para ayudar al niño que necesita calmarse:
Técnica del 5-2-6: que consiste en inspirar contado hasta 5, mantener el aire en los pulmones contando mentalmente hasta 2 y después soltarlo lentamente mientras contamos hasta 6.
Técnica del globo: inspirar por la nariz lentamente al tiempo que levantamos los brazos, y soplar poco a poco simulando que estamos inflando un globo al tiempo que descendemos los brazos.
Técnica de la flor: simular que sostenemos una flor entre los dedos y estamos oliendo su perfume. Inspirar profundamente por la nariz, y expulsar el aire poco a poco, controlando el ritmo de la respiración.
Lo bueno de enseñar a nuestros hijos a dominar su respiración es que el niño acabará interiorizando está técnica como una herramienta valiosa a la que poder recurrir cuando lo necesiten. Al principio, será necesaria la ayuda de un adulto para guiarles en las inhalaciones y exhalaciones profundas, pero poco a poco, ellos mismos aprenderán a ponerla en práctica por sí solos.
Aprovechamos para recordar que en los primeros años de vida los niños son puramente emocionales, por lo que es normal que pierdan el control y estallen en rabietas cuando menos lo esperamos. El acompañamiento respetuoso por parte del adulto, así como poder recurrir a técnicas y herramientas positivas, no solo le aportarán beneficios a corto plazo -ayudándole a recuperar la calma-, sino que el niño estará aprendiendo sobre gestión emocional, una habilidad fundamental para su vida y su futuro.
Vía | Today
Foto de portada | composición del vídeo de @ashful_
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