Abortos naturales: ¿cuándo es necesaria una terapia psicológica post aborto?

Me enfrento a un tema sumamente delicado y que yo tengo dudas sobre que respuesta darle: ¿cuándo es necesaria una terapia psicológica post aborto?

Se trata de algo muy personal, dificilmente generalizable, pero que, acostumbrados como estamos a que el dolor del aborto natural se niegue o se minimice el impacto de la pérdida, no estoy segura que las mismas madres sepan reconocer. Y es que el aborto tiene consecuencias psicológicas reales en la mujer.

Más adelante quisiera complementar esta entrada con conversaciones con expertos en la materia, pues, aportando su experiencia y su sensibilidad podremos, quizá, estar más preparadas para afrontar esta crisis vital y también, los que estamos en el entorno de madres que pierden un embarazo, ayudarlas y reconocer los signos de alarma que pueden hacer preciso el acudir a un especialista para una terapia psicológica post aborto.

El aborto, una crisis vital

El aborto natural es, sin duda alguna, una crisis vital y una pérdida que merece su proceso de duelo.

Yo no he perdido ningún hijo pero si conozco muchas mujeres que han afrontado esta situación, algunas en circunstancias realmente horribles, pérdidas en un embarazo muy avanzado, muertes perinatales pero también reconozco que el dolor no tiene fecha de caducidad y haber perdido un embarazo incluso en los primeros meses les ha supuesto un dolor enorme que han superado, pero que les ha costado temores, dolor, angustia y, en algunos casos, una depresión o pensamientos recurrentes de gran desasosiego.

Un tercio de los embarazos no llegan a término. El aborto natural es natural, forma parte del proceso vital reproductivo, como la semilla de una planta que no germina. Pero el reconocer que el aborto es una circunstancia normal y bastante extendida, no cambia el dolor, ni debería servir para reducir su importancia para la mujer que pasa este proceso.

Una mujer que tiene un aborto es una madre

Una mujer que pierde un embarazo es madre en su corazón. Amó a su hijo que no llegó a nacer desde su mismo vientre, aunque nunca lo haya visto o abrazado. Para ella su hijo es real, y necesita, aunque la pérdida sea en los primeros meses incluso, un proceso de duelo.

Si te dicen eso de que apenas eran unas semanas o que mejor que abortara si el niño venía mal, su dolor puede ser mayor. No reconocer el duelo, no vivirlo o no verse reconocida como persona que tiene derecho a sufrir y a llorar, no ser reconocida como madre, puede causarle la incapacidad de asimilar lo sucedido, vivirlo plenamente, ser consciente y superar, desde el duelo, la pérdida.

El entorno aumenta el dolor con un trato deshumanizado

Si en el hospital el trato es deshumanizado en ese momento de crisis y trauma este puede ser mayor. No sabemos reconfortar en la muerte, menos aún en la pérdida de un hijo o en un aborto temprano.

Recordaré siempre, cuando estaba a punto de dar a luz, a una mujer joven que lloraba, sola, en la sala previa a entrar en las habitaciones de dilatación. Me acerqué a ella, y os aseguro que yo estaba aterrorizada pues mi parto era de riesgo y temía por la vida de mi hijo. Ella, me susurró, sin fuerzas, que no temía el parto, que estaba allí para que se lo provocaran porque su bebé, a los seis meses de embarazo, estaba muerto. Y estaba sola, sola, en ese momento, como si de verdad pudiera perjudicar en algo que su pareja o su acompañante no estuviera en todo momento a su lado. La abracé y me temo que fué lo más cálido que le dieron en ese momento los desconocidos con los que se cruzó.

Mujeres que han perdido un embarazo avanzado sufren los mismos dolores del parto provocado sin la esperanza de ir a conocer a su bebé. Incluso las ponen, en algunos sitios, en maternidad. Hay quien me ha explicado que al lado de su cama había una cunita vacia y su compañera de habitación estaba con su hijo en brazos. No puedo imaginar una situación más adecuada para volverte loca de dolor si el dolor de perder a tu hijo no te ha hecho ya caer en la depresión y la desesperación.

Tengo una amiga que pasó por esto. No recibió palabras amables, todo era como si fuera a quitarse una muela. Estando en la habitación con la medicación para provocar el parto tuvo ganas de ir al baño y alli, gritando, pudo ver como su hijo muerto salía de su cuerpo.

Ayuda psicológica para superar un aborto

En estos casos no tengo la más mínima duda que sería necesario que se les ofreciera no solamente un trato cariñoso, delicado, consciente del dolor emocional, sino también, sucedido el aborto, que esta atención psicológica fuera protocolaria pero bien orientada.

Cuando el aborto es más temprano la pena existe igualmente pero parece que, al ser una pérdida temprana, hubiera que negarlo y seguir con la vida como si nada hubiera pasado. No creo que eso sea sano, incluso si la mujer rumia sola su dolor, incluso si es capaz de negárselo a si misma. Ofrecer a todas las mujeres una orientación mínima sería necesario además de, como nos contaba recientemente Transi Álvarez, no decir nada que no fuerámos a decir si quien hubiera muerto fuera el marido.

La depresión postparto es raramente reconocida por las mismas madres. Yo, que sufrí una, a tarde mucho en entender que lo que me pasaba no era normal y mucho más en sanar. Si se tratase de una depresión por un aborto temprano, al que nadie reconoce como merecedor de tanta pena, me puedo suponer que ser capaz de reconocer que se necesita ayuda es todavía más complicado.

En principio, creo que sería conveniente ofrecer a las mujeres que tienen un aborto natural, por protocolo, una orientación general sobre el proceso de duelo y explicarles como y cuando reconocer que necesitan esa ayuda psicológcia si la rechazasen mantener en esa primera entrevista.

Luego, programando las consultas posteriores, que el profesional, aunque sea el ginecólogo, quien le pueda ayudar a reconocer si su estado emocional es bueno, si puede necesitar ayuda.

Reconocer al experto que puede ayudarnos

Eso si, sea cual sea la cualificación del experto que nos ofrezca ayuda, deberíamos ser capaces de reconocer si sus mensajes no son adecuados y decidir si el experto al que hemos acudido puede ayudarnos.

Una persona que niegue nuestro dolor o nuestro derecho a sentir dolor, es inadecuada para ayudarnos. Una persona que nos explique el proceso de duelo, sea empática, no nos juzgue, ni infantilice, ni culpe, ni nos haga sentir culpables por sufrir, esa si puede ayudarnos.

Pero sin duda, es preferible acudir a una psicóloga con una cierta especialización en el duelo y en el aborto, para tener la seguridad de que estaremos acudiendo a quien de verdad puede ayudarnos. y digo psicóloga porque estoy convencida de que en estas cosas una mujer puede conectar mejor con la vivencia, aunque eso no quiere decir que un buen psicólogo masculino sea una opción rechazable.

Terrores, pensamientos suicidas, falta de ganas de vivir, incapacidad para mantener una vida normal podrían darnos signos evidentes de que el duelo no está siendo bien llevado, pero también una tristeza profunda y crisis de ansiedad, una vez pasados los momentos inciales. Nunca negando el dolor ni el duelo, nunca negando que la mujer que ha tenido un aborto es una madre que siente que ha perdido a su hijo.

Hablaremos más profundamente sobre la necesidad de pedir ayuda psicológica post aborto en algunos casos, intentaré entrevistar a expertos en esta cuestión, para entender el proceso de duelo normal, reconocernos en él y ser capaces de dar al hijo no nacido un lugar en nuestra vida emocional y en la familia, para poder no olvidarlos, pero si superar su pérdida.

En Bebés y más | Abortos naturales: aspectos psicológicos, Abortos naturales: causas y tipos de aborto, La depresión por la pérdida de un embarazo puede durar varios años

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