A pesar de que el embarazo es un proceso natural, a menudo se tiene la percepción de que la embarazada es una enferma y a ello ayuda el proceso de medicalización que se da con frecuencia e intensidad a la hora el parto.
Pero, aunque la mujer sí requiere a lo largo de la gestación de unos cuidados y un seguimiento especial para controlar el buen desarrollo del embarazo, tanto este como el parto son procesos naturales.
Por suerte, cada vez son más los profesionales médicos que a lo largo del embarazo en las consultas atienden de manera más personalizada a la mujer, ofreciéndoles las recomendaciones de salud científicamente comprobadas y resolviendo con eficacia sus dudas y preocupaciones. Y ello a pesar de los recortes en materia de salud, que suelen propiciar las consultas demasiado breves.
También son más los hospitales que, de acuerdo a esta premisa, tratan a la mujer embarazada de manera más humanizada, haciendo que el parto sea respetado, atendiendo a las peticiones de la madre y a lo que la Organización Mundial de la Salud recomienda.
Es primordial hacer del parto una experiencia más segura, saludable y gratificante para la madre y el bebé, que también tiene mucho que ver en esto, aunque a menudo sea el gran olvidado. No en el sentido de vigilar su salud, sino de entender sus necesidades, ampliamente vinculadas a su madre.
Hace unos días veíamos un vídeo en el que un recién nacido lloraba cada vez que lo intentaban separar de su mamá. El bebé puede que no vea mucho al nacer, pero siente, percibe y acaba de pasar por un proceso estresante.
Conocemos cómo sería el entorno más acogedor para él al nacer, y habría que favorecerlo. También se conocen ampliamente los beneficios del contacto piel con piel madre-bebé, y habría que favorecerlos. Es importante que el nacimiento sea no sólo un proceso saludable, también lo más gratificante posible.
Afortunadamente, paso a paso se va avanzando en esta dirección y cada vez son más los profesionales médicos y los hospitales que, conscientes de estos hechos, los reivindican y ponen en práctica.
Una atención personalizada y respetuosa, una facilitación de la intimidad y comodidad durante la estancia en el hospital y un parto más humanizado es lo que desearíamos para cada vez más mujeres, sin distinción de hospitales ni países.
Foto | Emery Co Photo en Flickr En Bebés y más | Buenas prácticas en la primera hora de vida, Diez pasos hacia una feliz lactancia materna, Una embarazada no es una enferma... pero qué bien sienta que te cedan el asiento a veces