Una de las molestias más comunes que puede afectar a las embarazadas es un dolor en la parte baja de la espalda que se extiende a la cadera y las piernas, impidiendo que la mujer se mueva con comodidad: la ciática en el embarazo. ¿Por qué se produce? ¿Es posible aliviarla? Os lo contamos todo a continuación.
El útero es la parte del cuerpo que sufre los cambios más significativos durante el embarazo, pasando a aumentar unas 20 veces su tamaño conforme crece el bebé. Este aumento de tamaño provoca que el útero cada vez más voluminoso ejerza más presión a su alrededor. Cuando alcanza al nervio ciático, se produce un dolor en las zona inferior de la espalda, glúteos, caderas y piernas.
El nervio ciático (también llamado nervio isquiático) es el nervio más grueso del cuerpo, terminación del plexo sacro, que se distribuye en los músculos posteriores del muslo, en los de la pierna y en la piel de esta y del pie. El término "ciática" se refiere a dolor, debilidad, entumecimiento u hormigueo en la pierna, síntoma de un problema de salud que en el caso de la mujer embarazada es, como hemos visto, la presión sobre el nervio ciático (también puede ser fruto de una lesión).
Según la investigaciones al respecto, la ciática aparece casi en un 50% de las embarazadas y se da más frecuentemente en las mujeres más jóvenes, las que han padecido o padecen dolores lumbares, las que duermen pocas horas y las que sufren depresión durante esta etapa.
Síntomas de ciática
El dolor ciático puede variar ampliamente como acabamos de mencionar. Puede sentirse algo parecido a un hormigueo leve, unas punzadas, un dolor sordo o una sensación de ardor. En algunos casos, el dolor es tan intenso que imposibilita el movimiento de la persona. Suele ocurrir más frecuentemente en un costado (a mí me sucedió en el lado derecho).
Algunas mujeres presentan dolor agudo en una parte de la pierna o la cadera y en otras partes hay entumecimiento. Tanto el dolor como el entumecimiento también podría extenderse a la parte posterior de la pantorrilla o en la planta del pie. El dolor de la parte inferior de la espalda no es tan grave como cuando el dolor se extiende a la pierna y dificulta el caminar.
Cuando afecta la ciática a la pierna, esta puede sentirse débil e incluso algunas veces el pie queda inmovilizado al caminar si el dolor es intenso e impide a la mujer moverse con normalidad, en los casos más graves y difíciles de sobrellevar.
La evolución del dolor también es variable, puede empezar siendo leve y empeorar debido a varias razones: después de pararse o sentarse, por las noches, al hacer algún movimiento brusco como toser, reír, al doblar el cuerpo hacia a tras o tener una mala postura, si se camina mucho...
Si los síntomas de la ciática siguen empeorando en vez de mejorar, se agravan de manera súbita o se producen asociados a dolores intensos de cabeza, fiebre, debilidad, dolor en las dos piernas... hay que consultar al médico inmediatamente.
¿Cómo aliviar la ciática en el embarazo?
El reposo y aplicar calor sobre la zona de la espalda puede aliviar el dolor de la ciática, al igual que los ejercicios suaves de balanceo pélvico que se realizan de pie, en posición erguida (para la segunda mitad del embarazo). Los ejercicios que mejoran la flexibilidad de la columna vertebral también son recomendables.
La práctica de otros ejercicios como la natación, yoga o pilates también puede aliviar la presión sobre el nervio ciático. Muchas veces la realización de estos consejos calmará el dolor producido por la ciática en el embarazo, otras veces será el simple cambio de postura del bebé en el útero el que nos devuelva bienestar.
No obstante, tras un ataque de ciática es mejor suspender el ejercicio momentáneamente hasta empezar lentamente las actividades físicas moderadas. El reposo en cama, en principio, no se recomienda y hay que evitar levantar objetos pesados y torcer la espalda durante unas semanas después de que haya comenzado el dolor.
En ocasiones, si los síntomas son muy graves, el médico recomienda reposo de la futura mamá durante algunos días, junto a la realización de ejercicios específicos y tal vez algún analgésico adecuado. Existen tratamientos complementarios (quiropráctica, masaje terapéutico...) que también pueden ser beneficiosos si son realizados profesionalmente.
En las estaciones cálidas el dolor suele disminuir, en mi caso la llegada del buen tiempo fue una bendición y el dolor de la ciática en el embarazo (que por suerte era bastante leve) desapareció.
Para prevenir la ciática en el embarazo recuerda las recomendaciones de higiene postural, intentando que la columna cargue con el menor peso posible, manteniendo la espalda recta con asiduidad, durmiendo de lado, evitando el sedentarismo y el aumento excesivo de peso...
Como la mayoría de molestias derivadas del embarazo, si no se ha logrado combatir antes (la pueden llegar a sufrir una de cada dos embarazadas) la ciática desaparece tras el parto. Mientras tanto, si está imposibilitando tu vida normal, acude al médico para que te aconseje la mejor manera de superar este incómodo dolor.
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Imagen | Medline Plus
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