Es un momento inolvidable, casi indescriptible. Lo llevas esperando desde hace más o menos tiempo, pero siempre es una sorpresa. El test de embarazo ha dado positivo y te preguntas, "¿que hago ahora?" Aquí te dejamos la hoja de ruta desde que te haces el test de embarazo y sale positivo.
Después de esas emociones al saber la noticia, lo primero a tener en cuenta es que no lo celebraremos con un brindis con alcohol. Fuera los malos hábitos a partir de ahora, si es que no los habías apartado ya. Ahora ya no está en juego solo nuestra salud, también la del bebé. Pero sí podemos disfrutar del momento de una manera sana y relajada.
¿De cuánto estoy? ¿Cuándo lo anuncio?
En estos momentos nos vienen a la mente muchas preguntas: ¿de cuántas semanas estoy? ¿Cuándo nacerá el bebé? ¿Para cuándo está prevista la fecha de parto? Y aunque es probable que hasta que vayamos al ginecólogo no tengamos una respuesta más certera, sí podemos hacer nuestros propios cálculos.
Esto es posible gracias a la "regla de Nagele", una fórmula que consiste en restar tres meses y sumar siete días a la fecha de la última menstruación (el primer día de la regla). Por ejemplo, si mi última regla empezó el 1 de marzo, la fecha probable de parto será el 8 de diciembre.
Ahora bien, este cálculo solo funcionará más o menos bien en las mujeres con una regla regular. Será en la visita al ginecólogo y con las mediciones del embrión y feto cuando se confirme de cuántas semanas estamos y cuándo será la fecha probable de parto, aunque pocas mujeres dan a luz precisamente en esa fecha estimada.
Dado lo delicado del inicio del embarazo y el mayor riesgo de pérdida que suele haber en las primeras semanas, muchas parejas deciden no hacer público el embarazo hasta que pasen unos meses, cuando se confirme que todo está en orden.
Por un lado, esto permite vivir las primeras semanas con cautela y en la intimidad, sin presiones externas, familiares, laborales... Pero cada mujer o cada pareja lo sentirá de un modo diferente, al fin y al cabo, en esto tampoco hay reglas fijas.
Del mismo modo, los sentimientos de la mujer también serán variables en estos primeros momentos. La emoción, los temores, la ilusión... se mezclan, también a causa de la revolución hormonal que está viviendo nuestro cuerpo, y pueden hacer subir y bajar nuestro estado de ánimo como en una montaña rusa.
Buenos hábitos durante el embarazo
Siguiendo estos consejos se previenen muchas anomalías congénitas y otros riesgos para el embarazo y la salud del bebé. Lo ideal es que la madre (y el padre) ya lleve un estilo de vida saludable antes del embarazo, pero si no ha sido así, ahora es el momento. Entre las normas básicas a seguir cuando me entero de que estoy embarazada tenemos las siguientes:
Realiza habitual y moderadamente ejercicio físico si no existe ninguna contraindicación.
No consumas alcohol ni otras drogas.
No fumes y que no se fume junto a ti ni frecuentes lugares cargados de humo.
No te automediques, usa racionalmente los medicamentos y siempre bajo prescripción facultativa.
Evita la exposición a radiaciones ionizantes y a sustancias químicas tóxicas durante el embarazo.
Por descontado, estos hábitos se han de seguir durante toda la gestación y no solo en el primer momento. Probablemente si desconocías alguno de estos puntos, en la primera visita al ginecólogo él te los recomendará.
La primera visita al ginecólogo
Otra de las primeras cuestiones al saber que estamos embarazadas es planificar la visita al ginecólogo. Si no habías hecho una visita preconcepcional, es decir, para comentarle al médico que tenías intención de quedarte embarazada, seguramente esta primera consulta va a ofrecerte muchos consejos a seguir a partir de ahora. Pero ir al ginecólogo sirve para mucho más.
El ginecólogo confirma el embarazo a través de una ecografía transvaginal si estás al inicio de la gestación. Es el primer ultrasonido que se realiza hacia la semana seis de embarazo cuando ya se puede ver el saco gestacional y probablemente escuchar el latido del bebé.
Teniendo en cuenta el tamaño del embrión los expertos pueden calcular su edad gestacional y por tanto la fecha aproximada del parto, aunque también suelen hacerlo teniendo en cuenta la fecha de la última regla (es decir, con la fórmula que hemos mencionado al principio).
Se realiza la historia clínica de la mujer (si no se tenía anteriormente), para conocer los antecedentes familiares de la pareja, preguntará si ha habido abortos previos, alguna enfermedad importante o crónica, alergias, intervenciones quirúrgicas anteriores, hábitos de vida, alimentación...
Control del peso y la tensión arterial, algo que se repetirá en las siguientes visitas.
Realización de análisis de sangre para determinar el grupo sanguíneo y el factor Rh de la embarazada, el nivel de hemoglobina, así como anticuerpos frente a algunas infecciones (rubéola, hepatitis, toxoplasmosis), o de enfermedades como el SIDA y otras de transmisión sexual.
Análisis de orina, para detectar posibles infecciones y comprobar los niveles de azúcar y proteínas (si hay niveles anormales podrían significar la presencia de alguna enfermedad).
El médico recetará suplementos vitamínicos. Es importantísima la suplementación de ácido fólico, durante el periodo preconcepcional y a lo largo de los primeros meses del embarazo. Esto es así porque el ácido fólico disminuye anomalías congénitas del tubo neural, cardiacas...
También sugerirá un suplemento de yodo en aquellas mujeres embarazadas que no alcanzan las cantidades recomendadas de yodo con su dieta.. Una deficiencia de yodo durante el embarazo y primera infancia puede producir una hipotiroxinemia que afecte negativamente al cerebro en desarrollo.
Estos son los primeros pasos cuando te enteras de que estás embarazada. Más adelante vendrán las siguientes ecografías, nuevos análisis, la compra de ropa premamá, las clases de preparación al parto, la preparación de la habitación y todo lo necesario para el bebé, la compra de la canastilla, la elaboración del plan de parto...
Apenas ha dado comienzo una de las aventuras más apasionantes de tu vida. Disfruta de ella, sin descuidar tu salud ni la de tu futuro hijo. Cuando sabes que estás embarazada, estos son los pasos a seguir y solo tendrán que transcurrir unos meses para, por fin, poder ver a nuestro bebé. Un momento que aún sentimos lejano pero que no tardará tanto en llegar.
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