Contiene aceites puros 100 % naturales (44% girasol, 20% macadamia, 20% sésamo, 10% jojoba y 5% almendras) y vitamina E que neutraliza los radicales libres. Y no lleva parafina, conservantes ni colorantes.
Sus efectos son, según la web, que reduce las estrías existentes, previene la aparición de estrías, mejora la elasticidad de la piel y ésta queda suave y sedosa.
Lo bueno de cuidarnos y mimarnos la piel en el embarazo es que podemos aprovechar estos momentos para un pequeño ritual: relajarnos y que nos den un masaje o masajearnos nosotras intentando conectar con el bebé: acariciando la tripa, intentando sentirle, respirando pausadamente y susurrándole las ganas que tenemos de recibirle.
De todas formas, hay que ser realistas. Aunque es importante cuidar mucho la alimentación y la piel en esta época, ya hemos explicado aquí que la piel puede estirarse hasta 10 veces durante el embarazo.
Personalmente yo usé cantidades industriales de un maravilloso aceite de jojoba (carísimo por cierto) y tuve una piel de terciopelo hasta la semana 41 en que mi gran tripa se agrietó como en un terremoto.
Depende mucho de cada caso, pero os aviso que aunque uséis el aceite de Cleopatra, la piel después del parto os puede quedar así. Es decir, el verdadero trabajo empieza después.
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