¿Tienes más sueños eróticos de lo habitual? ¿Te imaginas nuevas situaciones excitantes? ¿Quieres probar cosas diferentes? Estos deseos no son incompatibles con el embarazo. Las fantasías sexuales se definen como representaciones mentales creadas por el inconsciente teniendo como tema principal las relaciones sexuales. Se producen de forma voluntaria o involuntaria en la mente y empiezan con la pubertad, acompañando a las personas durante toda su existencia.
Por ello, es normal que tengas fantasías sexuales si estás embarazada. Tanto hombres como mujeres tienen fantasías sexuales al mismo nivel (solo que pueden variar de naturaleza) y aunque la mayoría de veces no se comparten con nadie, están ahí y forman parte de la sexualidad de las personas, en cualquier etapa.
Durante el embarazo, muchas mujeres refieren haber tenido más sueños y fantasías sexuales y los expertos señalan que esto es beneficioso para su salud, física y mental. El hecho de que la embarazada tenga frecuentes despertares durante la noche puede contribuir, no a que se tengan más sueños eróticos, pero sí a que estas imaginaciones se recuerden más vívidamente.
Las fantasías, como veremos más adelante, van desde la intimidad con la pareja, con varias personas, hasta tener relaciones con alguien del mismo sexo o reencontrarse con una pareja anterior, disfrazarse, utilizar juguetes sexuales... El caso es que las fantasías sexuales están entre los exponentes del deseo sexual y constituyen un aspecto positivo de la salud sexual.
Según Sallie Foley, terapeuta sexual y coautora de "Sex Matters for Women" ("El sexo importa a las mujeres"), durante el embarazo la mujer está muy enfocada en su propio cuerpo y los sueños pueden reflejar el hecho de que ama la nueva vida que está creando en su interior y el descubrimiento de que su cuerpo es placentero, excitante y poderoso de una manera que nunca experimentada antes.
Las fantasías y los juegos sexuales
La fantasía está relacionada con el deseo sexual, ya que ambos conceptos se circunscriben al marco mental sobre el mismo contexto, la sexualidad. No obstante, la primera se refiere a la evocación de una situación ficticia, que puede o no hacerse realidad (a veces solo afloran en sueños; a veces hacerlas realidad provoca que pierdan su "magia"), mientras que el deseo es el anticipo de una situación real.
Lo que sucede es que, si decides compartir tu fantasía con tu pareja, probablemente esto lleve a una situación de sexualidad real. Es lo que se conoce como el desarrollo de fantasías sexuales en pareja. De hecho, los especialistas en sexología afirman que las parejas estables que llevan sus fantasías sexuales a la realidad en forma de juegos sexuales reavivan su vida sexual.
Eso sí, las fantasías eróticas son un fenómeno completamente normal, a menos que el comportamiento de uno de los compañeros no obligue al otro a someterse a ellas. Por supuesto, en el caso de la embarazada hay que tener en cuenta que dicha fantasía no implique ningún riesgo para su salud.
En casos extremos, cuando las fantasías sexuales empiezan a realizarse y esto afecta a la vida del individuo o cuando se constituyen la única forma de llegar al orgasmo, se consideran fantasías patológicas.
Tipos de fantasías sexuales
A pesar de un interés cada vez mayor por la sexualidad de las mujeres embarazadas, la cuestión de las fantasías eróticas es relativamente rara en la literatura relevante. Lo que parece claro es que el perfil sexual de una mujer durante el embarazo, en comparación con el período anterior, por lo general cambia considerablemente. Este es el efecto de los factores sobre hormonal, biológico, psico-emocional y cultural de fondo, como veremos en el siguiente apartado.
En cuanto al contenido de las fantasías sexuales, a veces se refieren a acontecimientos del pasado, siendo un intento de reavivar experiencias emocionantes en la memoria. Esto puede incluir parejas anteriores. Otros pensamientos eróticos son imaginaciones mentales, historias creadas por la mujer, basados en deseos, motivaciones y preferencias personales.
En cualquier caso, cuando se trata de sueños, tengamos en cuenta que no son mensajes literales del subconsciente sino reflexiones más complejas sobre la vida. No podemos recoger la totalidad de las fantasías, ya que dependen de cada persona, pero estas son las más comunes en el embarazo:
Si algunos de sus sueños eróticos tienen que ver con antiguos novios o extraños, no significa que no quieras o ya no desees a tu pareja, sino que tal vez parte del subconsciente está diciendo un último adiós a ese yo "perdido" al cruzar el umbral de la maternidad.
Tener relaciones con varias personas o con famosos. Del mismo modo, no significa que no ames a tu pareja sino que se trata de una manifestación del deseo de experimentar cosas diferentes, de sentirse un importante objeto de deseo...
Las fantasías masturbatorias ponen de relieve el descubrimiento de las novedades en el cuerpo de la mujer y también pueden ser resultado de un periodo de abstinencia.
Otra de las fantasías comunes tienen su desarrollo con el mismo sexo, pero eso no significa tanto que te atraigan las mujeres sino que aprecias más o de forma diferente tu propio cuerpo, el cuerpo femenino, como un organismo poderoso y como fuente de placer.
Disfrazarse, jugar a ser otro o aceptar roles distintos, utilizar juguetes sexuales, dominar o dejarse dominar, atarse... son otras fantasías fáciles de convertir en juegos sexuales con tu partenaire (por cierto, en auge o al descubierto tras el éxito de "50 sombras de Grey").
Aumento del deseo sexual en el embarazo
Que la embarazada sufra un descenso en su apetito sexual es uno de los mitos sobre el sexo durante el embarazo, o al menos no se puede generalizar con ello, ya que para muchas mujeres la gestación es una etapa sexualmente activa y plena (otras, en cambio, dejarán el sexo para otra ocasión, sobre todo al final del embarazo o si sus circunstancias personales son adversas, como en embarazos no deseados). Y si hay apetito sexual, puede haber fantasías.
El estudio "Effect of pregnancy on the frequency of occurrence of sexual fantasies in women" ("Efecto del embarazo en la frecuencia de aparición de fantasías sexuales en mujeres") señala que, mientras antes del embarazo un 89% de mujeres dice tener fantasías, la cifra aumenta casi al 97% si están embarazadas.
Practicar sexo en el embarazo, siempre que no exista un riesgo médico y el coito esté contraindicado, tiene muchos beneficios para la madre y el bebé e incluso hay mujeres que experimentan un aumento de la libido, asociada o no a las fantasías sexuales.
La labor de las hormonas tiene mucho que ver con el deseo sexual de la gestante y si anteriormente se tenía una vida sexual satisfactoria, esto no tiene por qué cambiar durante los nueve meses.
Existen algunas razones que explican que la mujer sienta un deseo sexual evidente, e incluso un mayor placer a la hora de las relaciones íntimas, lo cual podría aumentar la creación de fantasías sexuales:
Determinadas hormonas pueden hacer que la mujer esté más excitada.
El aumento del volumen de sangre, sobre todo en los primeros meses, hace que los genitales femeninos estén más irrigados y adquieren mayor sensibilidad.
El aumento del flujo vaginal provoca que muchas mujeres encuentren especialmente satisfactorio el sexo en esta etapa (la vagina se vuelve más sensible y está mejor lubricada).
El hecho de que la mujer se encuentre más desinhibida (como cuando se buscaba el bebé, porque se olvidan métodos anticonceptivos), podría ser otro motivo. El sexo en el embarazo puede ser más relajado y espontáneo (eso sí, si no hay pareja estable, se ha de utilizar preservativo con el fin de prevenir posibles infecciones de transmisión sexual).
Los estrógenos provocan algunos cambios en el cuerpo de la mujer que pueden resultarle (tanto a ella como a su pareja) una nueva fuente de erotismo (por ejemplo, el aumento en el tamaño de los pechos, aunque a algunas mujeres esto les provoque molestias al principio).
Además, el hecho de que haya numerosos despertares nocturnos para ir al baño, por que ha habido un calambre o simplemente porque no encuentras la postura, puede hacer que la mujer busque una placentera forma de relajarse.
En definitiva, las fantasías sexuales son comunes en el embarazo y los expertos señalan que, si se comparten, son buenas para la vida sexual de la pareja. También pueden quedarse en simples sueños o en la intimidad y producir placer solo a la embarazada, consciente o inconscientemente en sueños. ¿Dónde está el límite? En el de la imaginación y las preferencias individuales, y por supuesto, el acuerdo con tu partenaire, la comodidad y la seguridad de la embarazada.