La calidad del semen de los españoles es cada año peor que el anterior, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad

Una de cada seis parejas españolas tiene un problema de fertilidad. Aunque las causas que provocan la esterilidad pueden ser muy variadas, los expertos aseguran que en nuestra sociedad sigue existiendo la falsa creencia o el mito extendido de que el embarazo no se consigue por problemas de fertilidad de la mujer. Pero esto no siempre es así.

De hecho, en un 40 por ciento de las ocasiones los problemas de fertilidad tienen origen masculino. Los datos recogidos por la Sociedad Española de Fertilidad, la autoridad científica que aglutina todas las clínicas de reproducción asistida del país y recopila todos sus datos clínicos, alertan de un descenso de la calidad del semen de los españoles.

Por su parte, el centro de reproducción asistida iGin señala que desde el año 2016 "han aumentado un 138% las parejas que recurren a tratamientos de reproducción por motivos exclusivos de infertilidad masculina".

¿Cómo es el semen de mala calidad?

Según los datos estadísticos, las causas médicas que propician la esterilidad son compartidas, es decir, en el 40 por ciento de los casos el problema está en el hombre, en el otro 40 por ciento el origen reside en la mujer y en el 20 por ciento restante el origen es desconocido.

Así pues, cuando una pareja está buscando embarazo, pero no lo consigue tras un año de relaciones sexuales sin anticonceptivos ni protección, ha llegado el momento de consultar con un especialista.

Además de hacer una revisión del historial clínico y una exploración médica, tanto el hombre como la mujer deben someterse a un estudio para tratar de averiguar la causa de la infertilidad.

A la mujer se le suele realizar un análisis hormonal, una histerosalpingosonografía y otros tests diagnósticos necesarios. En el caso del hombre se le practica un estudio cuantitativo y cualitativo de su semen mediante un prueba llamada seminiograma. El seminiograma mide la calidad del esperma, el recuento de espermatozoides por centímetro cúbico, la movilidad y su forma.

Atendiendo a los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud en el “Manual para el examen y procesamiento del semen humano”, el semen de un hombre fértil debe reunir las siguientes características:

  • Su volumen debe tener un rango comprendido entre 1.5 y 6 mL.
  • El PH debe situarse por encima del 7.1
  • El valor normal es de 15 millones de espermatozoides por cada mililitro de volumen eyaculado ó 39 millones en la totalidad de la muestra
  • Los espermatozoides móviles progresivos (que avanzan) deben superar el 32%, los vivos el 58% y tiene que haber, al menos, un 4% de espermatozoides con morfología normal

Cuando los espermatozoides sufren alteraciones en su forma, vitalidad o movimiento hablamos de:

  • Astenozoospermia o astenospermia: popularmente se los conoce como espermatozoides lentos, vagos o inmóviles; es decir, tienen dificultades para moverse.
  • Terazoospermia o teratospermia: es cuando el espermatozoide presenta alguna anomalía en su forma y estructura.
  • Necrospermia o necrozoospermia: ocurre cuando más del 42% de los espermatozoides del eyaculado están muertos

Las causas que provocan la alteración en la calidad del semen

Las causas por las que puede alterarse la calidad del semen son muy variadas. Entre ellas podríamos destacar:

  • La calidad de los espermatozoides disminuye con la edad del hombre, aunque ocurre de una manera mucho más paulatina que en el caso de la mujer. De este modo, es frecuente que la edad altere el número, la motilidad y el porcentaje de espermatozoides en el eyaculado

  • Estar expuesto a sustancias tóxicas por causa profesional (toxinas ambientales, plomo, pesticidas...) o ser fumador podría dañar el ADN de los espermatozoides. También afecta a la calidad del semen el consumo de marihuana, un consumo excesivo de alcohol y el consumo de ciertos fármacos con un efecto tóxico para la producción de espermatozoides.

  • Cuando se busca un embarazo no solo la mujer debe cuidar su alimentación, sino que también debe hacerlo el hombre. Y es que una dieta poco equilibrada o pobre en antioxidantes empeora la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides. Así mismo, los ácidos grasos Omega-3 y la Vitamina D resultan imprescindibles para ayudar en el proceso de formación de los espermatozoides.

  • El sobrepeso y la obesidad masculina empeora la calidad del esperma, pues se relacionada con un menor volumen de líquido seminal y un mayor número de espermatozoides anormales.

  • Ciertas enfermedades cromosómicas como el síndrome de Klinefelter, el síndrome XYY o el síndrome de Noonan pueden provocar azooespermia (ausencia de espermatozoides). Por si parte, las alteraciones hormonales presentes en diversas enfermedades del sistema endocrino (síndrome de Kallman, déficit aislado de testosterona, hipotiroidismo...) también afectan a la fertilidad.

  • Haber recibido quimioterapia o radioterapia para el tratamiento del cáncer puede dañar los testículos y afectar a la capacidad para producir espermatozoides. Por eso, en ellos también se recomienda preservar la fertilidad antes de someterse a tratamiento.

Pero además de la baja calidad del semen por los motivos mencionados, pueden darse otras causas que provoquen infertilidad masculina, siendo las más conocidas y recurrentes los trastornos o traumas existentes en los testículos y la zona genital.

¿Qué hacer cuando el origen de la infertilidad es masculino?

Cuando se detecta que el origen de la infertilidad es masculino, deberá elegirse la técnica más recomendada para cada caso particular, teniendo en cuenta factores como el grado de gravedad de las anomalías detectadas, la historia clínica del hombre, el tiempo que se lleva intentando embarazo de manera natural y, por supuesto, la edad de la mujer, ya que este dato es de vital importancia a la hora de optar por una técnica u otra.

Así, dependiendo de cuál sea el problema masculino se podría optar por medicamentos, inseminación artificial, fecundación in vitro (FIV), FIV con inyección citoplasmática de un espermatozoide (ICSI) o FIV con inyección citoplasmática de un espermatozoide seleccionado morfológicamente (IMSI).

Fotos | iStock

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